<
>

Clase magistral de un Brian Ocampo decisivo

Que no había dormido, que venía sin rodaje por tener escasísimas chances en la Copa América con Uruguay, que no había entrenado junto a sus compañeros... Brian Ocampo apagó con su juego a cada uno de esos argumentos y fue el hombre clave de Nacional en una victoria histórica.

Alejandro Cappuccio no dudó y lo colocó de titular, así como hizo con Sergio Rochet y Camilo Cándido, y el juvenil dio una enésima demostración de que está teniendo una temporada brillante para ser el hombre más peligroso de su equipo en el clásico.

Peñarol realizó un trabajo especial para contenerlo, con Walter Gargano persiguiéndolo por todo el frente de ataque, y con acumulación de hombres cuando Ocampo tomaba el balón contra la línea.

Cuando comenzó sobre la banda izquierda, recortó hacia adentro y fue el que llevó más riesgo al área de Peñarol durante el primer tiempo, asociándose en velocidad con Maximiliano Cantera y Alfonso Trezza.

En el complemento, cuando el rival crecía por el ingreso de Facundo Torres, le bastó una sola jugada para demostrar que no hay que descuidarlo ni un segundo porque es capaz de inventarse un espacio y castigar. Tras haber enfrentado a Maximiliano Pereira en ese sector, Mauricio Larriera lo cambió por Juan Acosta, y Ocampo le destrozó el planteo en pocos minutos.

Un mano a mano con amagues en una baldosa, con una aceleración brutal en pocos metros, permitió que en un abrir y cerrar de ojos, el futbolista de Nacional sacara una diferencia clave en el área que le permitió definir para el 1 a 0.

Su gol cambió completamente el partido y fue el primer cimiento del triunfo histórico del Bolso en su casa ante el rival de todas las horas. En condiciones muy adversas por todo lo que había pasado antes del partido, Brian Ocampo dio una clase magistral de talento puro, madurez futbolística y rebeldía de potrero. Nacional, agradecido.