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Suicidios y depresión: historias que marcaron al fútbol uruguayo

El querido delantero uruguayo se quitó la vida el 4 de febrero del 2021. Getty Images

Gilson Madruga jugaba en Frontera. Llevaba seis meses sin cobrar el sueldo. Apareció ahorcado en un terreno baldío de la ciudad de Santana Do Livramento. Se brindó el lujo de jugar con Ruben Walter Paz, de ser compañero de Walter Guglielmone, hermano de Edinson Cavani, y ser dirigido por Gerardo Pelusso. Cumplió el sueño de vestirse de jugador en los vestuarios del Centenario.

La dirigencia del club aclaró que el tema no obedeció a lo económico. Pero, polémicas al margen, la realidad es que su caso quedó en el olvido.

Hoy, 21 años después de aquel trágico hecho que ocurrió en octubre de 2000, el fútbol uruguayo se vuelve a estremecer por tres suicidios ocurridos el mismo año.

Muchos pueden ser los motivos que lleven a una persona a tomar una decisión de esas características. Problemas económicos, familiares, la soledad del retiro o no encontrar trabajo para mantener la mente ocupada.

En el libro Son cosas del fútbol hay un relato desgarrador del el excampeón uruguayo con Bella Vista, Carlos De León.

El “Tierno”, como se le conocía, contó: “Pasé dos años sin trabajo, dos años muy jodidos. Me quedé sin nada, pero sin nada, sin nada. Tenía lo puesto, no tenía para pagar la luz, no tenía ni para comer, no le podía comprar una bolsita de caramelos a mi hija. Yo tenía un revólver en el ropero, lo miré y se me pasó por la cabeza salir a robar o matarme, es un segundo”.

El pasado jueves se quitó la vida otro joven. ESPN trae el tema nuevamente al tapete con hecho y reflexiones de jugadores que pasaron momentos complejos.

El caso Madruga

Gilson Madruga jugaba de lateral en el club Frontera Rivera. El 2 de octubre de 2000 apareció muerto en Santana Do Livramento. La primera información que brindaron los medios fue que su caso obedeció a que estaba agobiado por las deudas. Los jugadores llevaban seis meses sin cobrar.

Unos días después, el periodista Ricardo Gabito informó en La República que el entonces presidente del club, Ivo Da Rosa, reveló que “la muerte de Gilson no fue inducida por problemas financieros sino por motivos estrictamente personales. Es más, el presidente de Frontera comentó que el pasado viernes él le había arrimado unos pesos a los jugadores y a Gilson, le dio un poco más porque le dijo que necesitaba unos mangos. Como Gilson era un tipo que sólo pedía plata cuando tenía un compromiso insalvable, Ivo le dio más plata”, informó el diario en su artículo.

El Huevo Toresani

Pocos recuerdan que el técnico Julio César Toresani se quitó la vida al poco tiempo de haber dirigido a Rampla Juniors. El citado profesional se encontraba desempleado desde su salida del club picapiedra y padecía una profunda depresión.

Toresani fue encontrado muerto en el predio de la Liga Santafecina en donde estaba viviendo.

El Huevo, como se lo conocía en el ambiente del fútbol, fue cesado de la conducción de Rampla el 26 de febrero de 2019 luego de perder 5 a 0 ante Peñarol en el Campeón del Siglo. De ahí en más no encontró trabajo.

Gabriel Coffi, encargado del predio de la Liga Santafesina de Fútbol donde vivía Julio César Toresani reveló en TyC Sports: “No me sorprende lo que pasó. Cada vez que hablábamos, tocaba el tema del suicidio. Horas antes de encontrarlo, le había enviado un video a su amigo donde le manifestaba su intención de suicidarse”.

Los últimos mensajes de WhatsApp que publicó el Toresani revelaban la profunda depresión que atravesaba. “Llegó el momento. Demasiado la espera”, publicó un día.

El dolor por el Morro

El año 2021 fue durísimo para el deporte uruguayo. Tres suicidios, un retiro y relevaciones que dejaron al desnudo la problemática a la que se enfrentan los futbolistas.

En febrero el país se sacudió con la noticia de la muerte de Santiago Morro García. El jugador fue hallado sin vida en la ciudad de Mendoza donde se encontraba jugando defendiendo a Godoy Cruz.

La agencia de noticias EFE, citando fuentes de Godoy Cruz, reveló que el jugador estaba tratando de superar un cuadro de depresión profunda.

García estaba solo en Mendoza y extrañaba mucho a su familia a la que no veía por las restricciones de la pandemia del coronavirus.

Gonzalo García, hermano del jugador, en una nota con el programa Ovacion 90 de Radio Nihuil de Mendoza expresó: “Santiago te demostraba que estaba bien. Me acuerdo incluso que cuando tuvo coronavirus me mandó un video entrenándose y yo lo subí a Instagram. Él estaba bien. Nos hablaba de que quería volver a Uruguay, que extrañaba, que necesitaba estar acá. Lo que uno ve ahora es que había cosas que le estaban afectando y que él no las decía. Cuando pensás para atrás vas sacando conclusiones. No sé si es que no nos dimos cuenta. No pensábamos que le estaba afectando tanto. Yo puedo hablar contigo ahora, te pregunto cómo estás, me decís que estás bien y yo no puedo saber si cuando cortás te ponés a llorar. Él con nosotros era siempre positivo”.

La depresión de Nahuel Tuya

Un mes después de lo ocurrido con el Morro García, un juvenil de 19 años de las formativas de Montevideo City Torque, Nahuel Tuya, decidió ponerle fin a su carrera como consecuencia de las crisis de ansiedad y de depresión sufridas en el último año.

“Yo desconocía lo que eran las crisis de pánico, la ansiedad, la depresión, son cosas que uno escucha pero no le da mucha importancia, hasta que me tocó vivirlo. Es la experiencia más cercana a la muerte que he tenido, y a su vez la más lejana porque es un tema psicológico. Nadie ve que es lo que te pasa, pero yo ese día sentí que se me terminaba todo. Dije 'hasta acá llegué, se me acaba la vida', pero acá estoy, la estoy luchando”, expresó el chico en nota con ESPN el 19 de marzo de 2021.

Tuya narró que primero padeció ataques de pánico pero tras ese primer episodio llegaron otros.

“Empecé con pensamientos suicidas, me acuerdo de que estaba por cruzar Av. Agraciada y por dentro me preguntaba '¿por qué no te tirás adelante de ese bondi?'. No quería ir a practicar, quería estar en casa y cuando llegaba me ponía a llorar. Ni siquiera me hacía de comer, no tenía ganas de nada. Cuando pasó lo del Morro tuve una recaída. Estuve una semana que no pude salir de casa. Por dentro pensaba 'si el Morro no aguantó, ¿cómo voy a aguantar yo que no soy nadie?”.

El juvenil se despidió del fútbol escribiendo y dejando un mensaje en su muro de Instagram.

“Desde mi primera crisis yo no volví a ser el mismo, cambio mi actitud, mi personalidad, mis pensamientos, mi físico, cambió mi vida, noches sin dormir, noches en emergencias, pasado de medicación para poder dormir, hablarle mal a mis padres, a mi novia, sin sentido, sintiendo que la muerte se acercaba, pensamientos negativos, en fin, no veía salida. Si conoces a alguna persona que sufre de lo mismo no la dejes sola, sean pesados y pregúntenle siempre, que si te habla mal sin sentido no es queriendo, de verdad sentimos ese dolor horrible cada día, aunque no se note, se nos hace imposible pensar positivo, estamos confundidos, sentimos dolor emocional, físico, psicológico, no damos más. Luchen, sean fuertes, que siempre pudimos salir adelante, y pronto vuelve a salir el sol, la lucha continua”.

La valentía del Lolo Estoyanoff

El 20 de mayo el Lolo Estoyanoff sorprendió a propios y extraños hablando de una profunda depresión que padeció en 2016.

“Nunca he hablado de este tema pero cuando vuelvo de Arabia Saudita en el 2016 yo sufro una fuerte depresión, como le pasó al Morro (Santiago García). Tuve la suerte de tener un entrenador como Gustavo Ferrín y unos compañeros de fierro”, comenzó diciendo el jugador en el programa 100 % Deporte (Radio Sport).

El Lolo agregó: “Es un tema muy delicado de hablar, e incluso mencionarlo ahora como que me ahogo porque fueron feos momentos. Yo no le encontraba motivación a la vida”.

En febrero del 2017, Fénix empató 4 a 4 con Danubio en Jardines del Hipódromo y el Lolo marcó tres goles: “En esa semana sólo había entrenado el viernes, se hacía inaguantable mi situación para mis compañeros que no sabían lo que me pasaba y Ferrín igual terminó poniéndome. Era una falta de respeto a mis compañeros, sólo Ferrín sabía hasta que me dijo que había que decírselo al plantel; entre llantos le conté a mis compañeros y fue una liberación muy grande que me ayudó mucho en lo que fue mi recuperación”.

Y concluyó: “Hoy estoy lleno. Ya pasaron cinco años y es la primera vez que lo cuento públicamente porque tal vez sirva para que alguien no se guarde lo que le pasa. Cuando estuve en Peñarol sólo a Marcel Novick le conté eso que había vivido. Si mirabas había tenido una vida plena y sana, con familia, salud, pero es algo que te hace un click en la cabeza, a mí me agarra una separación en Arabia Saudita y quizás ahí es donde la cabeza comenzó a fallar”, consideró.

Los casos de Martínez y Cabrera

El mes de julio fue durísimo para el fútbol uruguayo. El 17 se quitó la vida el defensa Williams Martínez y unos días después el exjugador de Boston River y Juventud, Emiliano Cabrera.

El caso de Martínez fue más mediático. El zaguero, de 38 años, estaba disputando el torneo Apertura de la Segunda División con Villa Teresa, aunque llevaba algunas fechas fuera del plantel debido a que había contraído Covid-19.

Unos días después se suicidó Emiliano Cabrera, futbolista de 27 años, que estaba jugando en el interior.

Su excompañero, Felipe Rodríguez, expresó en una nota televisiva en Perú: “Este año perdí al Morro, la semana pasada fue Williams Martínez y anoche le tocó a Emiliano. Tenemos que hablar. Vivimos en una sociedad machista y nos da miedo decir lo que le pasa. Yo sufrí depresión pero pedí ayuda y salí adelante. Hablemos del tema”.

Otro exjugador que pasó por una situación similar fue Richard Porta que, imprevistamente, transmitió su reflexión pidiendo disculpas a su señora ante las cámaras de Canal 10.

“Gracias a Dios somos una familia unida, una pareja ensamblada hace muchos años y con mucha charla, buenas discusiones, pudimos salir adelante, pero en estos dos años (tuvo) depresión mi señora, ataques de pánico, por suerte todo eso llevó a que ella tenga su profesión, encontró su camino y yo el mío. El mañana, que para mí en lo deportivo fue una semana, no lo sentí. Pero sí el post económico, el post qué hacer, el cómo pagar las cuentas, o como me pasó con mis hijas que traen una carta de la escuela y había que poner profesión del padre y no sabía qué poner. Entonces, hablen, escuchen, hay mucha gente que se guarda, los deportistas somos de guardarnos todo, y hay mucha gente que necesita ayuda. Hay mucho gesto, hay que estar atento, hay que buscar ayuda porque es la única manera de salir”.