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Jesús Gil, presidente del Atlético de Madrid, declaró que a partir de ahora, una vez que abandone el club, el próximo presidente tiene libertad para hacer y deshacer lo que crea conveniente

MADRID -- Jesús Gil, presidente del Atlético de Madrid, declaró que a partir de ahora, una vez que su decisión de abandonar el conjunto rojiblanco es firme, el próximo presidente de la entidad tiene libertad para hacer y deshacer lo que crea conveniente, pues él no interferirá en esas decisiones.

"Quiero dejarlo bien claro: carta blanca para el próximo que venga. Yo ya no seré un estorbo, pero que llegue gente con dinero o el club se irá a la quiebra. Me da igual quién sea, pero que lo haga con capital suficiente para cubrir las necesidades de esta institución. Ahora es el momento. Ya me he quitado del medio y a partir de ahora quien paga, manda", declaró a Efe Gil.

El hasta el momento máximo mandatario atlético aseguró que su decisión es irrevocable pero que el club necesita dinero. "En mi decisión no hay vuelta de hoja, pero en todas las sociedades anónimas de la vida, incluidas las deportivas, sin dinero no se funciona y si te quieres quedar con una sociedad gratis, aprovechándote de la situación, eso no es bueno. Gangas y rebajas, al Corte Inglés".

"Sé que aquí o sacas el dinero o vendes el Vicente Calderón y te vas a la Peineta o lo que traspasas son grandes futbolistas, porque no podemos ir a la disolución del club, que es a lo que está abocado con la deuda, y yo no quería firmar eso", agregó.

Gil fue más allá y aseguró que no va a vender al estandarte del club. "Yo ya no venderé a Fernando Torres, pero no entro ni salgo en lo que haga el próximo que venga".

El grupo opositor que suena con más fuerza cuenta con Ignacio del Río en sus filas, teniente alcalde del ayuntamiento de Madrid, al que se refirió el dirigente colchonero. "Del Río debería ser menos romántico y pensar que los aficionados del Atlético de Madrid no van a suscribir acciones. Por ese camino se fracasa".

Gil dio sus razones para dejar el cargo dieciséis años después de llegar a la presidencia del Atlético de Madrid. "No tengo más bienes para hipotecar. Ahora me tocaba hipotecar una finca por valor de 3.000 millones de pesetas para ir con dinero a la próxima ampliación de capital sabiendo que iba a fracasar. Me quedaba sin patrimonio y no agradecido".

También dijo cuándo se dio cuenta de que debía marcharse. "Cuando a Teresa Rivero en el estadio del Rayo Vallecano le gritaron vete ya por perder un partido, me di cuenta de que no merecía la pena seguir".

- EFE


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