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Los Cimarrones y el gran desafío de la Copa América

La Copa América se lleva los flashes, las noticias y ademanes en las festividades, pero lo que sucede en tierras charrúas es mucho más significativo. Dentro de la víspera del certamen internacional, un referente de Los Cimarrones, Diego Laborde, se atrevió a atestiguar lo que ocurre narrando, desde las profundidades, la forma en la que considera posible cumplir con la máxima proeza que llevan sus entrañas: “no dejar que muera el hockey de hombres en Uruguay”.

El torneo que albergará la Banda Oriental será clasificatorio hacia el próximo Mundial en 2026, pero aquel espejismo no obnubila a los referentes del Uruguay, sino que los alientan a buscar su verdadero deseo… que el hockey de caballeros perdure en el tiempo: “El objetivo principal es volver a mostrar una buena cara del hockey de hombres y que esto crezca, que mañana sean Los Cimarrones y no jugadores peleando para que exista un espacio. Lograr una estructura y que la Federación lo pueda llevar adelante como un deporte en sí y no como personas buscando que subsista”, mencionó Laborde.

Y siguió, “qué exista un torneo local uruguayo, tener equipos de caballeros jugando hockey 11, generarle un espacio para esos jugadores chicos que están arrancando consigan un lugar a donde ir a entrenar, para competir los fines de semana. No olvidarnos del interior del país, que es muy importante”.

Dentro de ese contexto, un club inició gestiones para ampliar las fronteras y así lo reconoció Laborde: “Hoy tenemos un equipo en Paysandú, El Trébol, que está jugando con distintos equipos argentinos, creo que es relevante destacar lo que ellos hacen, a pesar de que en Montevideo no hay liga, continúan entrenando, tienen varios jugadores; también en el interior, otros lugares como la zona más centro del país, que están jugando y hay niños para abarcar de cara al futuro”.

Pero si nos posicionamos en lo que será el futuro de la actividad en el Uruguay, Diego también mencionó lo que vislumbra para el corto y largo plazo: “Se está planificando para que los seleccionados juniors de hombres existan, que haya un hockey 5, uno de sub-18, también que esos jugadores puedan empezar a prepararse y que haya una cantera para caballeros. Creo que es un desafío gigante para todos, sobre todo los actores que están involucrados, los jugadores, los clubes, también te diría, más que nada, el Estado, con el desarrollo y el apoyo que pueden brindarle a través de jornadas en distintos lugares, la Federación obviamente, pero es muy complejo en un país que es muy futbolero, donde hoy tenés el básquetbol como segundo deporte y el rugby que ha tomado mucha fuerza”.

Es difícil, pero no imposible. Los Cimarrones tienen la posibilidad de ser anfitriones de un torneo tras muchos años y en Uruguay no lo sienten como un beneficio hospedarlo, sino una oportunidad para hacer crecer la actividad que tanto les dio como deportistas y seres humanos: “El torneo que nos toca es un orgullo, a veces no le damos dimensión de que desde el Sudamericano 2008 que no se juega una competencia en Uruguay, entonces tener esta oportunidad y mostrarle el deporte a esas personas que tienen interés y lo quieren conocer, es importantísimo. Es un torneo muy duro para nosotros, hoy nuestro foco está en prepararnos de la mejor manera, de una a la que no estamos acostumbrados, y por eso la cantidad que estamos entrenando, tenemos un profe que está muy enfocado en eso, porque sabemos que la parte física es clave para poder afrontar la calidad de partidos que vamos a tener”.

A pesar de no tener aceitada la forma de entrenarse para un certamen de esta índole, Los Cimarrones están trabajando en silencio y doblegando esfuerzos, con la idea de arribar al torneo sin poder reprocharse nada: “Nosotros entrenamos de 10 a 12 de la noche, son exigencias que para la vida cotidiana de todos es muy difícil afrontarlo. Cuando volvimos en enero, empezamos a tomar conciencia y a darle dimensión a lo que nos íbamos a enfrentar y a lo que necesitábamos poner cada uno de nosotros para poder llegar lo mejor posible con la idea que tenemos, que no es solo participar del torneo, porque nos tocó ser locales, sino mostrar una buena versión nuestra a pesar de la realidad que tenemos”.

Pero hagamos un trato: yo quisiera contar con usted. Es tan lindo saber que usted existe. Uno se siente vivo y cuando digo esto, quiero decir contar, aunque sea hasta dos, aunque sea hasta cinco. No ya para que acuda, presurosa, en mi auxilio. Sino para saber, a ciencia cierta, que usted sabe que puede contar conmigo’, lo escribió Mario Benedetti, escritor y poeta uruguayo, con la simpleza necesaria para -tranquilamente- poder adjudicársela a Diego Laborde dirigiéndose al hockey: “La garra no va a faltar nunca y es lo primero que tenemos como base de toda nuestra pirámide: la entrega, eso es lo que los referentes del hockey nos han inculcado. Hoy tengo 30 años, para mí el hockey en mi vida ha sido fundamental y es parte de lo que me formé como persona. Con 15 fui a jugar un torneo a Río Janeiro, nosotros nos organizábamos todo y nos quedábamos en apartamentos en Copacabana. Era una locura. No era solamente lo que dábamos dentro de la cancha, sino afuera, después de llegar de un partido, ir al súper a comprarte la comida para cocinarte. Si hay algo que no va a faltar en este equipo es el dar todo por el compañero que tenemos al lado”.

Para culminar con cualquier otra analogía, Laborde otorgó el mensaje que le dieron a él como legado… el mismo que intenta emitir hasta que decida hacerlo desde afuera del campo: “El deporte es el lugar donde te formás como persona, no es solamente jugar al hockey sino los valores que recibís, que te inculcan y querés transmitir. Hoy, con 30 años, si estoy jugando es porque siento la responsabilidad de no dejar morir al hockey de hombres; y que, si hay algo que pueda ayudar, ahí estaré. Nuestro norte principal es ese, junto con los referentes, la Federación y el cuerpo técnico actual, dejar armado para que el día de mañana el jugador que esté en la selección piense solamente en jugar”, finiquitó Diego.