Tal vez los focos en Uruguay se suelen centrar en el seleccionado femenino. Las Cimarronas han ganado trascendencia internacional al realizar un crecimiento exponencial en los últimos años y eso dejó en la sombra a los varones; pero el hecho de disputar la Copa América en tierras charrúas hace que ya estén clasificados al certamen y puedan dedicarse para prepararlo de una manera especial para buscar levantar la exposición de la actividad en la rama masculina.
Federico Galindo es uno de los argentinos que está haciendo el proceso Cimarrón, y así lo vive en la tierra en la que prevalece la garra: “El 2025 está siendo mucho más planificado, desde el principio hablamos con la Federación para que nos dé el espacio en la cancha y sea más organizado, porque el año pasado prácticamente entrenamos todo el año, algunos días a las nueve o diez de la noche, otros a las una de la tarde, los viernes eran a las seis y media de la mañana y siempre estábamos; más allá de que por trabajo se complica, pero ahí te das cuenta del entusiasmo que tiene el equipo, que tienen todos los jugadores, los preseleccionados ahora y todos los compañeros que hoy no están en esta lista, pero que siempre estuvieron aportando”, aseveró Fede.
Los Cimarrones estuvieron en tres ediciones de Copa América, la primera vez fue en 2004 y quedaron en el puesto 10° de 11, al vencer a Venezuela 3 a 2 en penales tras igualar 1 a 1 en tiempo reglamentario. La segunda participación fue en Santiago de Chile, en 2009, y consiguieron el 8° lugar al perder el partido por el séptimo puesto en manos de Brasil por 3 a 1. La anterior vez que los caballeros de Uruguay disputaron el certamen fue 2013 y culminaron igual que en 2009: octavos tras perder con Brasil, pero en esa ocasión por 2 a 0 en penales luego de empatar 2 a 2.
La última ocasión en la que Los Cimarrones jugaron en tierra uruguaya fue en el Sudamericano 2008, por lo tanto disputar un torneo oficial en La Cancha Celeste tendrá una connotación especial: “El plantel está súper entusiasmado, con muchas ganas de entrenar, de prepararnos para lo que será la Copa América. Pensando a futuro, la motivación más grande está en el desarrollo del hockey masculino en Uruguay, tener el torneo acá da visibilidad, se pueden invitar a colegios, a chicos que quizá conocen el deporte pero no se animan a arrancar porque tienen pocos amigos que juegan”, afirmó el Galindo.
Más allá de la Copa América en sí, Federico intentará aprovechar su cercanía con su club de Buenos Aires para hacerlos particípes de la preparación hacia la gran cita: “En Argentina empecé a jugar a los seis en Lanús, a los diez pasé a Lomas Athletic, y hoy estoy hablando con los chicos a ver si pueden venir para acá de pretemporada a fines de febrero o principios de marzo para ser hacer amistosos, tanto las chicas como los chicos, con los dos planteles de seleccionados uruguayos”.
Para cerrar, el Cimarrón se refirió a la situación de alejarse de su tierra natal y la recibida que tuvo en la Banda Oriental para quitarse la presión extra de sentirse extranjero: “Desde el cuerpo técnico se dejó claro que nadie tiene el lugar asegurado, todo el mundo tiene que ir a entrenar, todos tienen que demostrar el saber comportarse como un jugador de seleccionado y entonces ahí la tranquilidad de los chicos, más allá de que ellos son de diez, son muy buena gente, el uruguayo en general es de recibir siempre con brazos abiertos, poner el hombro, de ayudar, me pasó en este grupo hockey, también en el trabajo y en otros deportes que hice acá, pero la verdad que está claro que todos competimos, si no soy responsable, si no me cuido, si no estoy bien físicamente, voy a quedar afuera porque para jugar tengo que poder rendir”, cerró Federico.