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Marc Márquez tiene en vilo a MotoGP y a Honda

El vía crucis de Marc Márquez con su indomable Honda de MotoGP (campeonato que se vive por Star+) no tiene fin. El español sufrió una durísima caída en el warm up del GP de Alemania, acumuló cinco rodadas en el fin de semana y decidió plantar bandera y dejar el circuito de Sachsenring sin correr la carrera. El portazo del hexacampeón de la máxima categoría del Mundial de motociclismo tiene un destinatario directo: la marca del Ala.

La fábrica japonesa tuvo en Takaaki Nakagami al único representante en pista durante el Gran Premio alemán, a pesar del golpazo que sufrió en ensayos. Los otros tres no pudieron correr por lesiones sufridas por caídas con la incontrolable RC213V 2023: Joan Mir (compañero de Márquez), Alex Rins (coequiper de Nakagami en LCR y el único que logró un triunfo este año con Honda) y Marc. Es decir, el problema no es Márquez…

Las lesiones que presentó el piloto de Cervera tras la caída en el warm up probablemente le hubieran permitido correr con la ingesta de analgésicos y alguna infiltración con los que se habrían aplacado los dolores en el tobillo derecho y en la fractura del pulgar de la mano izquierda. De hecho, el doctor Ángel Charte, jefe médico de MotoGP, aseguró: “No tiene fractura en el tobillo y lo del pulgar no le impedirá correr”. ¿Entonces? Márquez se cansó.

El español bregó muchísimo para llegar a tener la condición física ideal para afrontar un Mundial después de pasar cuatro veces por el quirófano para operarse el maltrecho húmero derecho, fracturado en el GP de España de 2020. Fueron dos años de padecimiento hasta que, finalmente, a mediados de 2022 llegó la cuarta intervención que solucionó todo. El ejercicio 2023 sería, para el catalán, el del retorno a los primeros planos, pero se encontró con una Honda inmanejable, que queda en evidencia con las lesiones de Mir y Rins.

Márquez ya sufrió en el inicio del Mundial, en Portugal, al entrar muy pasado en una curva durante el sprint y se llevó puesto a Miguel Oliveira. ¿Error? Sí. ¿Motivo? Necesita entrar muy sobre el filo de las curvas para exprimir su moto. En síntesis: la debe llevar más allá del límite para lograr ser competitivo. Y cuando eso ocurre, llegan las caídas. En Alemania se fue cinco veces al piso, acumulando 11 en cuatro fines de semana que ni siquiera completó. Porque en Portugal y Sachsenring no llegó a la competencia del domingo. Apenas cerró las citas de Francia e Italia y su presencia en Assen, el 25 de este mes, es una incógnita.

“Después de cuatro o cinco caídas, sobre todo la de esta mañana, pues no me siento listo para correr, para hacer la carrera. Y he decidido calma... y en Holanda más. No me siento listo. Tengo muchos golpes en el cuerpo, sobre todo en el tobillo, una fractura... No me siento listo", dijo Márquez antes de abandonar el circuito alemán en el que venció en las últimas 11 veces que corrió. Al menos su ida temprana no le cortó la racha.

Márquez se fue golpeado en su ánimo competitivo. Sabe que, con esta Honda, marca que tantas alegrías, triunfos y títulos le dio, no tiene chances de pelear por nada. Para muestra, sobra un botón. En el sprint de Alemania no arriesgó de más, fue a lo que da la moto y peleó por el décimo lugar. No tiene para más y su espíritu ultra competitivo de achicharra. La postura del español tras su quinta caída, posado sobre una de las defensas de la pista alemana y meneando la cabeza es una muestra clara y un mensaje lapidario para Honda. Así, no quiere más. Así, prefiere renunciar a correr porque su alma lo hará ir siempre por más y golpearse. Como el calvario que alguna vivió Valentino Rossi en su sombrío paso por Ducati. El futuro de Márquez es incierto. Su vínculo con Honda vence al cierre de 2024.