Jorge Martín no dejó dudas en el GP de Portugal, segunda fecha de MotoGP de 2024. Con la Ducati del equipo Pramac, el español saltó a la cima no bien se apagó el semáforo y controló todas las vueltas para conseguir su sexto triunfo en la máxima categoría del Mundial.
Para el madrileño fue comenzar el vínculo más ameno tras un comienzo difícil con la Ducati 2024. Martín sufrió de vibraciones en los ensayos de pretemporada y los volvió a vivir en el GP de Qatar. Es más, en el sprint de Portimao también lo sintió. Pero en la carrera principal se terminó llevando un éxito que lo impulsa en su objetivo de pelar el título que se le escapó con Pecco Bagnaia en 2023 y para despedirse a lo gran de su paso por el equipo Pramac. Pase lo que pase, el madrileño dejará el team porque en 2025 quiere una moto de fábrica.
“Hoy no tuve ningún problema con la moto. Sabía que era capaz de ir rápido hoy, trataba de ir manejando los neumáticos durante la carrera. Traté de dar todo y mantener la diferencia. Es un gran alivio volver a ganar después de la temporada anterior y estoy muy contento”, dijo el subcampeón y candidato otra vez al título. De hecho, se fue de Portimao como líder.
La carrera fue monótona y solo la genial actuación de Pedro Acosta, la figura emergente y llamado a ser la gran estrella más temprano que tarde, le dio emoción a toda la parte media de la competencia. El murciano batalló con su GasGas (una KTM en definitiva) y le ganó el duelo nada menos que a Marc Márquez y Pecco Bagnaia. En apenas su segunda carrera en la máxima categoría del Mundial, el piloto de 19 años se despachó a dos pilotos que suman ocho títulos de MotoGP, con maniobras para el aplauso absoluto. “La verdad que el equipo hizo un gran trabajo, necesitamos mejorar en muchas áreas, pero estoy muy feliz con este podio. Hoy no es rojo Ducati, es rojo GasGas. Solo quiero agradecer a todo el equipo que trabaja muchísimo", dijo el piloto espera por una KTM de fábrica para el Mundial 2025 y que se transformó en el tercer piloto más joven de la historia en lograr un podio en la máxima categoría.
Esa monotonía que solo había roto la frescura de Acosta con una carrera alucinante, se sacudió definitivamente en el final, cuando Marc Márquez y Pecco Bagnaia batallaban por el quinto puesto y ¡se tocaron! El español superó por afuera al italiano, quien fue por todo en su intensión de defender por adentro y terminó en toque y suelo para los dos. Temprano en la temporada para Ducati ya tener lío en el gallinero.
Y Maverick Viñales entregó la emoción final. El español de Aprilia, quien había ganado el sprint del sábado, tenía casi seguro el segundo puesto, pero un problema en la transmisión de su moto en la recta principal, cuando ingresaba al giro final, lo dejó en el piso y se quedó con las manos vacías. Eso lo aprovechó Enea Bastianini para llegar al podio con la Ducati oficial y, claro, también le permitió a Acosta llevarse una copa.