El colombiano selló el título en el GP de Japón, a cuatro fechas del final del calendario, con una victoria memorable, una más en su temporada inolvidable.
La emoción, el llanto, los abrazos, la aceleración con su pequeña minimoto con la que empezó a correr, el video con un repaso de su carrera, el podio, el himno de Colombia… Todas esas imágenes quedarán inmortalizadas porque fueron parte del festejo de David Alonso por su título de Moto3, que lo convirtió en el primer colombiano en ganar un Mundial de motociclismo. Pero antes de eso hubo una carrera en Japón y el piloto del equipo Aspar consiguió un éxito memorable, uno más en una temporada brillante.
Alonso se tomó con calma el arranque de la competencia. Partió desde el tercer lugar y cayó hasta el séptimo, nunca perdió el tren del grupo de punta y esperó. Adelante, Daniel Holgado e Iván Ortolá, dos de sus contendientes, luchaban por los puestos de punta. Alonso esperó su momento y fue letal.
A nueve giros del final comenzó el ataque brutal. Superó a Ryusei Yamanaka para quedar quinto. Y siguió. A siete de la bandera de cuadros superó a Ángel Piqueras y a Holgado, con un hachazo memorable. Y siguió. Una vuelta después pasó a Ortolá y ya era campeón del mundo con el segundo lugar y sus rivales detrás. Pero el hambre de triunfos de Alonso no tiene fin. Y fue por la punta. A cuatro del cierre, superó a Adrián Fernández y pasó a comandar.
Desde ahí, fue implacable. Aplicó un ritmo demoledor para sentenciar la victoria. El colombiano logró su décimo éxito del año e igualó el récord de Joan Mir de triunfos en una misma temporada desde que la división menor se llama Moto3. Además, quedó a una de empardar a Valentino Rossi, el máximo ganador en un año en la más pequeña de las categorías, pero en tiempos de 125cc. Además, y como si fuera poco, llegó a 14 festejos en Moto3 y superó a Romano Fenati para ser el máximo vencedor bajo el nombre actual. Todo, en 38 carreras. Y todavía le quedan otras cuatro como para aumentar sus registros personales.