Para hablar del éxito de estos dos equipos, inevitablemente hay que separar un párrafo para aquellos que cumplen roles menos glamorosos pero igual de importantes.
Esto queda en exposición en el caso de los San Antonio Spurs, pero también se lo ha visto en Miami Heat en distintos puntos de la temporada, y también en varias ocasiones durante los playoffs.
Estos laburantes probablemente nunca ganen el premio al JMV, y con suerte alguno de ellos será galardonado un día con un Mejor Sexto Hombre. Su crédito está en los triunfos del equipo y su satisfacción pasa por haber hecho brillar más fuerte a las estrellas que los rodean.
Esos jugadores, a la hora de levantar el trofeo, confirmarán su lugar en la historia, y nuestro trabajo es no permitir que sus contribuciones hayan pasado desapercibidas:
Este francés, tan talentoso como displicente en algunos pasajes de su carrera, parecía fuera de la liga cucando fue cortado por los Charlotte Bobcats en marzo de 2012. La combinación de un salario elevado y un equipo sin grandes pretensiones lo condenaron a una intrascendencia que solo San Antonio podía cortar.
Los texanos, aprovechando su amistad con Tony Parker, levantaron el teléfono y el resto es historia. El idilio entre la franquicia y el jugador es obvio, y allí Diaw recuperó la memoria y logró finalmente demostrarle al mundo la amplitud de sus talentos.
El europeo es capaz de todo. Puede ser un tirador designado en una esquina, o puede ser el maquinista de la ofensa. Puede encontrar a Danny Green o Kawhi Leonard cortando hacia el canasto, o puede bancarse la asignatura de marcar a LeBron James. Diaw piensa, y luego juega, y más allá de los Spurs, los ganadores somos todos aquellos que disfrutamos del baloncesto bien jugado.
El pase de faja a Tiago Splitter el jueves fue el enésimo ejemplo de su visión de juego y de la calidad, y solidaridad que lo definen. Diaw es magia, una versión light de lo que representó Magic Johnson en una época, y su talento es vital para el andar de los Spurs. En total lleva 39 oportunidades de asistencia en la serie, el número más alto en ambos equipos, según ESPN Stats & Info.
En el cuarto partido, los Spurs anotaron en 9 de sus 10 pases. El francés acabó con 8 puntos, 9 rebotes y 9 asistencias.
Este es un jugador que hace no mucho firmó un contrato de nueve cifras gracias a su combinación de estatura, capacidad reboteadora y puntería exterior.
Orlando Magic pocas veces pudo disfrutar de esa mezcla, aunque les alcanzó para llegar a las Finales en 2009. Lewis fue otro de los jugadores que se marchitaron ante la presión de las expectativas de un vínculo exagerado, pero la pérdida de esos equipos (también perteneció brevemente a Washington Wizards y New Orleans Hornets) fue la ganacia de Miami.
Allí su protagonismo varió, pero nunca fue tan importante como en las últimas semanas. Su capacidad a la hora del tiro fue crucial ante la defensiva de Indiana Pacers, y contra San Antonio su presencia ayudó a finalmente separar a la dupla Tim Duncan-Tiago Splitter.
En los primeros tres partidos de las Finales, Lewis anotó en dobles dígitos, incluyendo 14 puntos en la victoria del Juego 2. El jueves cayó en la mediocridad que mostró el equipo entero, pero si el Heat tiene alguna chance de remontar lo hará con el jugador de Seattle SuperSonics en cancha.
Green ya no es tan anónimo, luego de un demostración de puntería de proporciones históricas en las Finales de 2013. Sin embargo, este escolta-alero sigue desarrollando su juego con una rapidez sorprendente, y gracias a eso los Spurs son mejores hoy que hace un año.
Su capacidad para encestar triples está fuera de discusión, y este año ya ni lo molesta el factor de jugar de visitante. En cuatro partidos metió 9 de 17 triples, incluyendo 4-7 en el American Airlines Arena.
Sin embargo, durante el Juego 3 Green maravilló a todos con su capacidad para poner la bola en el suelo, penetrar y definir con una serie de bandejas y flotadoras. Ese es el siguiente paso en la evolución de un tirador, y de lograrlo, los Spurs podrían tener en sus manos a una futura estrella en una posición en la que hay escasez en los últimos tiempos.
Green, por si fuera poco, es uno de los mejores defensores perimetrales de la liga, tanto en el mano a mano como a la hora de respetar los mandamientos de la maquinaria de Gregg Popovich. Su aporte va más allá de los números, y eso que estos de por sí son bastante buenos.
El australiano ha jugado a un nivel tan alto, en un escenario tan importante, que seguramente se ganó un pasaje a otra ciudad.
Patty Mills es agente libre al final de la temporada, y por más que los Spurs amarían tenerlo de vuelta, la promesa de más dinero y de titularidad podría ser demasiado como para rechazar. El armador logró un nivel de estabilidad en su juego que era un tanto difícil de predecir.
La velocidad siempre la tuvo, así como la puntería, pero necesitaba demostrar que podía manejar la ofensiva de un equipo y también producir al mismo ritmo en el doble o triple de minutos de lo que venía haciendo en la NBA. Esta temporada promedió casi 11 puntos en menos de 19 puntos, con menos de una pérdida y 42.5 por ciento en triples por noche. Además jugó en 81 de los 82 partidos de San Antonio, demostrando su durabilidad.
El jueves aportó 14 puntos, el martes fueron 4 asistencias y en el primer juego fueron 3 rebotes. Esa versatilidad, junto al hecho de que cumplió el rol que le pidieron a la perfección, lo convierte en uno de los tantos héroes de los Spurs.
LA DECEPCIÓN: MARIO CHALMERS
Como en cualquiera buena película, cuando hay héroes también existen villanos, y ese mote le tocará probablemente a Mario Chalmers.
El base titular del Heat está teniendo una serie para el olvido, y cuando esto se suma al brillo de los Spurs y a actuaciones un tanto decepcionantes de Dwyane Wade y Chris Bosh, resulta en la peor combinación.
El hecho de que esté promediando 3.5 puntos y 2.5 pérdidas ilustra lo que han sido sus presentaciones. En este caso, además, las estadísticas describen exactamente lo que ha sido su juego sobre la tarima. Chalmers en todo momento parece perdido y tentativo, y esa falta de agresividad permeó el resto de su juego. Haber metido 1-9 en triples y haber acumulado al menos tres faltas en todos los partidos tampoco lo ayuda.
Su aporte ha venido desde el lado de las asistencias (13 en los últimos tres juegos), pero está claro que hasta ahora restó más de lo que sumó.