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Un juego duro y cardiaco

Harris terminó perdiendo en el intenso duelo con Burress AP

MÉXICO -- Pese a las inhóspitas condiciones climáticas en la tundra congelada del Lambeau, el Juego de Campeonato de la NFC, que terminaron ganando los New York Giants por 23-20 sobre los favoritos Green Bay Packers en tiempo extra, fue un partido muy bien jugado entre dos cuadros que mostraron mucho carácter, y que deberá ser recordado como uno de los juegos más duros de la presente temporada.

El partido fue tan parejo en todas sus líneas, que no bastaron 60 minutos de tiempo regular para decidirlo.

Para los que pensaban que las recientes buenas actuaciones de Eli Manning habían sido cuestión de coincidencia, hoy el menor del clan Manning demostró que está en su mejor nivel como pasador puro. Exhibió gran presencia en el bolsillo, completó algunos pases muy buenos con gran toque, y estuvo correcto en la mayoría de sus lecturas sobre la defensiva. Quizás le falta madurar como líder dentro de la organización, pero como jugador, poco se le puede criticar el día de hoy.

Por otro lado, el canoso Brett Favre demostró que está para juegos grandes, y también logró completar pases importantes, aunque lo traicionó por momentos su naturaleza apostadora lanzando pases a la doble y triple cobertura, en lugar de sólo deshacerse del balón hacia las bandas. Desgraciadamente para Favre, el juego se decidió gracias a un error suyo en la costosa intercepción que lanzó en tiempo suplementario.

El ataque terrestre de poder de los Giants fue más efectivo que el bloqueo por zonas de los Packers, y sobre todo destacó la actuación del corredor Ahmad Bradshaw por parte de New York.

Sin embargo, la historia del partido fue la sorprendente eficiencia en general del ataque aéreo, sobre todo si tomamos en cuenta que la temperatura y el frío invitaban a que el juego fuera disputado mucho más a ras de suelo.

Esquemáticamente, a las defensivas no les quedó más que jugar el pase, retrocediendo a sus apoyadores varias yardas por detrás de la línea de golpeo, lo que abría algunos espacios para lanzar en la zona corta.

Pese a que en el juego hubo muchos errores mentales como castigos personales, balones perdidos y goles de campo fallados, realmente no se puede decir que fue un partido malo. Las defensivas fueron duras y físicas, y la batalla en las trincheras fue intensa. Se intuyó desde el inicio del tercer cuarto, que un error de balón sería la diferencia entre dos equipos tan parejos, y así resultó ser, pese a que en tiempo regular, ambos equipos tuvieron oportunidades de irse arriba tarde.

El duelo individual entre Plaxico Burress y Al Harris por sí solo valió la entrada, y al final de cuentas, el receptor de los Giants logró ganar en más instancias que el esquinero.

Los Giants con ello ganaron su décimo partido consecutivo como visitantes, y es seguro decir que luego de la gran demostración que dieron ante New England en la Semana 17, los invictos Pats no pueden confiarse cuando en dos semanas disputen el Super Bowl XLII.