Respondemos seis preguntas clave para entender el futuro de San Francisco en la posición de receptor abierto
SANTA CLARA -- Mientras los San Francisco 49ers estaban ocupados seleccionando a ocho jugadores en el Draft 2024 de la NFL, la conversación en torno a ellos no tenía que ver con lo que hicieron.
En lugar de eso, gran parte del debate se centró en lo que no hicieron. Pese a recibir llamadas respecto a ambos, los Niners optaron en contra de traspasar a cualquiera de sus dos receptores abiertos estelares --Brandon Aiyuk y Deebo Samuel-- con todas las señales apuntando a que ambos estarán en la plantilla del 2024.
Invertir un turno de primera ronda (el N° 31 global) en el receptor abierto de Florida, Ricky Pearsall, no precisamente le cerró las puertas a los rumores de canje, tampoco, pero los 49ers no participaron de manera seria en esas charlas durante el segundo y tercer día de selecciones del draft. Ha sido un movido receso de campaña para los 49ers cuando se trata de receptores abiertos. También, retuvieron al agente libre restringido Jauan Jennings, y seleccionaron a Jacob Cowing de Arizona en la cuarta ronda.
"Estamos contentos con nuestro grupo de receptores abiertos", manifestó el gerente general John Lynch. "De hecho, más que contentos. Estamos realmente emocionados con él, y emocionados de haber añadido a Ricky a ese grupo para fortalecerlo todavía más".
Las movidas hechas por los Niners --y las que no hicieron-- se combinan para arrojar una dinámica interesante en la posición para el 2024 y más allá. Por ello, vale la pena responder las múltiples preguntas que siguen en el aire respecto a su grupo de receptores.
¿Por qué los 49ers no traspasaron a Aiyuk o Samuel?
En un equipo que ya ha pagado a Samuel y otro puñado de jugadores estelares, la presunción externa ha sido que Aiyuk, quien está por comenzar su año final de contrato de novato, sería el elemento que sobra.
Equipos han preguntado acerca de la disponibilidad de Aiyuk remontándose hasta marzo del 2023. Los Niners rechazaron esos avances entonces, y cuando el tema salió a la luz este año, hubieran considerado traspasarlo en caso de recibir una oferta demasiado buena para no ser aceptada.
Cuando quedó en claro que los 49ers no estaban abiertos a ningún acuerdo en torno a Aiyuk que no los colocara en posición para quedarse con uno de los tres mejores receptores abiertos disponibles este año en el draft --Marvin Harrison Jr., Malik Nabers o Rome Odunze, elegidos en los turnos N° 4, 6 y 9, respectivamente-- no se materializó ningún canje y los ojos se posaron en Samuel.
A Samuel todavía la restan dos años en un contrato firmado previo a la campaña del 2022 con impactos contra el tope salarial de 28,633,765 para el 2024 y 24,200,529 en el 2025. Eso es una espada de doble filo, dado que un contrato tan elevado se convierte en una posibilidad lógica para sacar de los libros, pero al mismo tiempo dificulta un acuerdo.
Pesando sobre todo esto, está el hecho que los 49ers, quienes han alcanzado como mínimo el Juego de Campeonato de la NFC en cuatro de las últimas cinco temporadas, se mantienen dentro de una ventana de Super Bowl. Perder a Aiyuk o Samuel casi con certeza los degradaría para el 2024, que es probablemente el último año en que el quarterback Brock Purdy esté jugando bajo un contrato de recluta de draft de séptima ronda, antes de que una extensión incremente significativamente su impacto contra el tope salarial, que actualmente está pautada para 1.12 millones de dólares en el 2025.
Por lo tanto, San Francisco no necesitaba deshacerse de ninguno de los dos jugadores, y no lo iba a hacer a menso que se pagara el precio solicitado.
"Amamos a esos chicos", complementó el head coach Kyle Shanahan. "Siempre escuchamos a todos... eso no cambia ayer, hoy, mañana, nunca".
¿Cuáles son las implicaciones financieras de retener a Aiyuk y Samuel?
Contrario a la creencia popular, los 49ers pueden pagar a ambos en el 2024. Actualmente se combinan para un impacto de 42.76 millones de dólares contra el tope salarial. Pero, una extensión para Aiyuk probablemente reduciría su cifra de 14.124 millones de dólares para la próxima campaña.
Para efectos de referencias, cuando Samuel firmó su extensión, sus números contra el tope salarial eran de 6.8 millones de dólares para el 2022 y 8.7 millones de dólares la temporada pasada. Asumiendo que haya un pacto similar para Aiyuk, para el momento en que su convenio se infle en el 2026, Niners de salarios elevados como Samuel, el ala cerrada George Kittle, corredor Christian McCaffrey y el esquinero Charvarius Ward ya no estarían en la contabilidad, descartando extensiones.
¿Cuál es el status de las negociaciones con Aiyuk?
Otro factor ha sido lo que se percibe como insatisfacción de Aiyuk con los 49ers. Ha usado redes sociales para expresar su descontento con el modo en que se han desarrollado las charlas contractuales, incluyendo dejar de seguir al club en Instagram, y no ha estado asistiendo al programa voluntario de temporada baja del equipo.
Aunque no hay un acuerdo inminente, hay señales de progreso. Aiyuk envió mensaje de texto de aprobación a Lynch y Shanahan después de que seleccionaron a Pearsall, su ex compañero con Arizona State, indicación de que las cosas no son tan tensas como podrían parecer en redes sociales.
Receptores abiertos comparables como DeVonta Smith de los Philadelphia Eagles (tres años, 75 millones de dólares, 51 millones garantizado) y Amon-Ra St. Brown de los Detroit Lions (cuantro años, 120 millones de dólares, 77 millones garantizados) han firmado recientemente acuerdos que podrían trazar el mapa hacia un convenio con Aiyuk.
Los 49ers han estado planeando extender a Aiyuk en este receso de campaña por más de un año, de acuerdo a múltiples fuentes del equipo. Aunque todavía podría llevarse algo de tiempo --como ha sucedido con estelares como Samuel, Kittle, ala defensiva Nick Bosa y linebacker Fred Warner-- los Niners siempre han cerrado esos tratos antes del arranque de la temporada, principalmente antes o durante el campamento de entrenamiento.
¿Cuándo tendrán los Niners que decidir entre Aiyuk y Samuel, y cómo pinta esa decisión?
El momento más probable para dicha decisión siempre fue 2025, y nada parece haber cambiado eso.
El convenio de Samuel no tiene más dinero garantizado después de la próxima campaña, lo que brinda a los Niners una salida si desean desprenderse de él. Existiría un cargo por dinero muerto de 15.1 millones de dólares en caso de cortar o canjear a Samuel antes del 1° de junio del 2025, pero se ahorraría un total de 9.1 millones contra el tope del 2025. Sólidos argumentos pueden esgrimirse para retener a cualquiera de los jugadores, porque ambos han sido críticos al éxito de San Francisco.
A menos de que los Niners no puedan acordar una extensión con Aiyuk, parece probable que Samuel vaya de salida. Samuel es de mayor edad (cumplirá 29 en el siguiente receso de campaña, a comparación de los 27 de Aiyuk), y Aiyuk ha probado ser más durable (Samuel se ha perdido siete encuentros en las tres temporadas pasadas, mientras que Aiyuk se ha perdido uno).
¿Es posible que ambos se queden más allá del 2025? Nada es imposible, pero probablemente requeriría una extensión para Samuel, lo que sería difícil de conseguir porque pagarle a Purdy será la máxima prioridad del siguiente receso de temporada.
¿Podría acabar todo en un drama para los 49ers a lo largo de la siguiente temporada?
Estas situaciones llegan con una cuota inherente de combustibilidad. La primera parte de la ecuación es pagarle a Aiyuk. Entre más tarden las negociaciones con Aiyuk, más posibilidades hay de que explote el asunto.
Si se logra un pacto con Aiyuk, es posible que Samuel descifre el mensaje y quede insatisfecho.
También, hay otro modo de considerarlo: Samuel estaría entrando a año de contrato, es amigo cercano de Aiyuk, y desea ganar un Super Bowl de mala manera. Samuel logró su mejor campaña en el 2021 (1,770 yardas desde la línea de golpeo con 14 touchdowns) en camino a su contrato actual, y un motivado Samuel es su versión más productiva.
Samuel y Aiyuk han sido informados de los planes de los Niners a lo largo del receso de campaña. Muchas cosas pueden descarrilar una temporada prometedora, pero los jugadores del núcleo de San Francisco comprenden cómo funcionan los negocios, motivo por el que una campaña decepcionante sería, probablemente, resultado de algo más que solo sentimientos heridos.
¿Cómo embonan Jennings, Pearsall y Cowing en el 2024 y más allá?
Como Aiyuk, Jennings está por comenzar el año final de su contrato de novato. Los 49ers han estado trabajando para renovar con el ex recluta de séptima ronda, pero hasta el momento no se ha materializado nada. Los 49ers usaron una oferta calificada de nivel segunda ronda para amarrar a Jennings por un año y 4.89 millones de dólares.
Esa oferta india que Jennings hubiera generado bastante interés en el mercado abierto, algo que seguramente sus representantes entienden. Existe poca motivación para que él firme algo, antes de explorar cuál puede ser su real valor, y eso dificulta que acceda a un convenio que lo amarre con el club.
El prospecto de perder a Jennings y Samuel evidencia la razón por la que San Francisco seleccionó a Pearsall y Cowing. Los Niners necesitaban mejorar su profundidad entre los receptores abiertos --empeoraban 1.4 yardas por jugada, cuando él no estaba enel terreno de juego durante el 2023-- y Pearsall y Cowing podrían brindar algo más, incluso como novatos, que nombres como Ray-Ray McCloud III y Ronnie Bell.
Además, Shanahan es notoriamente duro contra receptores abiertos novatos, así que insertar a Pearsall y Cowing al sistema ahora les permitirá aclimatarse antes de que sus roles se vean presumiblemente expandidos en su segunda temporada. Si progresan del modo que esperan los Niners, es realista suponer que se unirán a Aiyuk como los mejores tres receptores de San Francisco en el 2025... y más allá.