México logró este jueves su segunda semifinal en la natación olímpica, precisamente en el ciclo en que no hubo federación nacional.
En medio del abandono y el desprecio, la natación mexicana ha tenido en los Juegos Olímpicos Paris 2024 su mejor actuación en más de cuatro décadas. Dos semifinalistas, Miguel de Lara en 200 metros dorso y Gabriel Castaño en 50 metros libre. Dos entre los mejores 16 del mundo, como no sucedía desde Moscú 1980.
La historia de las miserias en la natación no es nueva, apenas esfuerzos individuales para calificar a Juegos Olímpicos y luego salir en la primera ronda. Pero ahora hubo otro ingrediente: La Federación Mexicana de Natación fue desconocida por su par internacional, se creó un Comité de Estabilización que poco avanzó en resolver el problema y la CONADE retiró los apoyos. Si de por sí no había nada, ahora tenían menos.
Y la respuesta fue que buscar por su parte, como se pudiera y con quien quisiera. Además del esfuerzo individual y familiar, alcanzaron a rasguñar algo en los institutos del deporte y una iniciativa de Nelson Vargas para fondear viajes. Pero eso si, el 80% de la preparación de Gabriel fue de sus padres.
Esa idea, presentada como un utópico fideicomiso para llevar a un mexicano a los mejores 16 del mundo, funcionó. “Se ha cumplido el objetivo, el apoyo fue de cuatro empresarios; no creas que fueron muchos”, reveló Nelson Vargas a ESPN.
Entre los cuatro empresarios juntaron 2.65 millones de pesos y con eso apoyaron con estancias y campamentos en el extranjero, transportación, viáticos. En ese grupo fueron apoyados siete deportistas y tres llegaron a París: Gabriel Castaño, Miguel de Lara y Jorge Iga.
En el caso de Castaño, el instituto del deporte de Nuevo León, Melody Falcó, dijo a ESPN que ellos apoyan desde antes de Tokio 2020 a Castaño con beca y algunos viajes o reembolsos que necesita. Todo suma en medio de la nada.
En cuanto a apoyos de CONADE, solo aparece Miguel de Lara con 987 mil pesos en becas e incentivos por participar en Juegos Centroamericanos y del Caribe, o en los Juegos Panamericanos. Esa cantidad fue entre 2021 y 2023, porque este año ya no recibió beca, como el resto de los deportistas de acuáticos en México.
“Mis papás me han ayudado mucho, sin ellos no se hubiera logrado este sueño”, compartió Castaño a ESPN. “Quiero decir cosas por las que no iría bien, pero ellos saben qué tienen que hacer para mejorar esta situación. Yo tengo todo el orgullo del mundo en ser parte de México en estos Juegos Olímpicos, pero duele. El Comité Olímpico ha apoyado bastante, pero hay otros grupos que no lo han hecho”, agregó.
“Todos nuestros semifinalistas, con excepción de Felipe Muñoz, entrenaron en universidades de Estados Unidos”, reconoce Vargas. “El talento de Castaño es impresionante. Él fue a Tokio, estaba en una Universidad que no tenía la especialidad de los velocistas, luego de Tokio se retiró un año, regresó, trató de dar la marca en el Grand Prix de San Antonio y en esa competencia tres veces dio la marca, le ganó a finalistas olímpicos ese día”, recuerda.
México había tenido como último semifinalista a Juan José Veloz en Atenas 2004 en los 200 metros mariposa. Y dos individuales entre los mejores 16 no se veía desde Moscú 1980 cuando Miguel Santiesteban participó en 100m pecho (12), Isabel Reuss en 100m libre (11) y Teresa Rivera en 100m dorso (9).