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Simone Biles, en Argentina: confesiones de una estrella olímpica, "humana y vulnerable"

Simone Biles visitó Argentina y brindó una charla motivacional titulada "El poder de creer". La mejor gimnasta de todos los tiempos desplegó con total carisma una entrevista descontracturada, en la que se centró en la importancia de la salud mental y habló de su futuro.

En el marco de la designación de la "Capital Mundial del Deporte de 2027", la multicampeona expuso en el auditorio de la Sede del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, ante más de 300 personas que lograron conseguir un codiciado cupo para este evento inédito.

La entrevista fue conducida por el periodista Cecilio Flematti y Yolanda Sosa, pionera del Taekwondo femenino en México y activista de la salud mental. Durante una hora, se recorrieron variadas temáticas que abarcaron desde la incógnita sobre presencia de la estadounidense en Los Ángeles 2028 hasta el poder destructivo de las redes sociales y la fama.

Con la perfecta sonrisa que la caracteriza y un elegante conjunto color chocolate, Simone se presentó ante el público y fue recibida con aplausos y gritos que quebraron el clima protocolar del recinto. Algo ruborizada y con un semblante humilde, se sentó y rompió el silencio: "Mis primeras horas en Buenos Aires fueron increíbles".

La gimnasia, los referentes y el éxito

Después de admitir su sorpresa ante el fervor de los hinchas locales y elogiar la calidad de la carne nacional, Simone se dispuso a contar cómo casi por casualidad conoció la disciplina que la catapultó a lo más alto del deporte mundial. Un día de lluvia, su escuela decidió suspender la excursión a un rancho y cambiarla por una visita a un gimnasio, que implicó su primer contacto con el ambiente.

"Empecé a hacer gimnasia por error. Íbamos a ir a ver vacas y la tormenta hizo que fuéramos a ese lugar. Un entrenador se me acercó y me dijo que no era normal lo que estaba haciendo. Enviaron una carta para mis familiares muy poco después y mi mamá tuvo que correr todos los muebles de la casa para que entrene. Más tarde, yo solo quería una beca para la universidad, no sabía lo que eran los Juegos Olímpicos. Decía que me gustaría ir porque me copiaba de los demás. No tenía idea de lo que significaba ser un atleta de elite", confió.

"He logrado mucho más de lo que jamás soñé. Nunca pensé en ser la mejor del mundo", confesó la multicampeona, dueña de 11 medallas olímpicas y 20 podios mundiales, que también hizo un balance sobre su recorrido y se animó a elegir una profesión que le hubiera apasionado practicar. "La gimnasia es mi vida, todo lo que sé hacer. Creo que todo pasa por algo, me adoptaron por una razón. Ojalá sea gimnasta en otra vida, pero tal vez sería una enfermera pediatra. La gimnasia me ha dado muchísimo y he aprendido mucho a fuerza de prueba y error"´, reflexionó.

Al ser consultada por sus modelos a seguir, no dudó en destacar a Nellie y Ronald Biles, quienes adoptaron a Simone porque su madre biológica era víctima del consumo problemático: "Mis padres han sido mis grandes inspiradores".

Sin embargo, para puntualizar en el deporte, la gimnasta mencionó a grandes estrellas como Serena Williams, LeBron James, Kobe Bryant, pero eligió a Gabby Douglas, quien sin dudas fue espejo y le abrió la puerta a soñar con que un podio era posible para alguien como ella.

La salud mental: el estandarte que Simone decidió levantar en Tokio 2021 y aún promueve

Biles se ha convertido en una de las atletas que mayor difusión le ha dado a la importancia de la salud mental, sobre todo en atletas de alto rendimiento. Su abandono parcial en Tokio 2021 fue tapa en todos los diarios del mundo.

La estrella olímpica sufrió una desconexión entre su cuerpo y su mente que la empujó a tomar la decisión de bajarse de la cita máxima, a pesar de los altísimas expectativas que pesaban sobre sus hombros. Para recordar ese momento, Simone necesitó ir algunas páginas más atrás: "En Río 2016 tenía 19 años y sentí que estaba controlando todo mi mundo. Hubo muchos artículos que decían que ya era 'vieja' porque era la edad en la que otros atletas se retiraban. Yo era la más grande en ganar en un all around. Y llegué a creer que tenían razón".

"Sin embargo, decidí que prefería intentarlo. Empecé a entrenar de nuevo y a sentir que estaba mejorando. Estaba en la mejor forma física de mi vida cuando llegaba Tokio, en la época del COVID. Pero estaba tan enfocada en la salud física que dejé de lado mi salud mental", relató. Y contó: "Estaba en el avión yendo a Tokio pensando que esto no iba a salir, pero no quería decírselo a nadie. Estaba mejor que nunca físicamente, pero mentalmente no. Este momento era distinto, yo estaba más grande, solo dormía, comía y entrenaba".

Y fue allí cuando Simone entendió lo que lo que le sucedía y decidió contarlo frente a millones de personas, que solo querían verla volar en Tokio: "Encontré una desconexión entre mi mente y mi cuerpo... y eso es muy peligroso en gimnasia. Por eso decidí que no iba a competir. Dijeron que nunca había perdido en 10 años y que por eso iba a abandonar. Yo decidí hablar de lo que me estaba pasando, los 'twisties', esa desorientación en el aire, era algo que no solamente me pasaba a mí. Yo no era la primera en hablar, pero como todos los ojos estaban puestos en el mundo olímpico, fue muy ruidoso".

En aquella crisis vital que atravesó, Simone pudo tomar conciencia de que había algo en la sociedad que estaba trunco y que ella definitivamente sería una de las impulsoras para que esto cambie. "Deberíamos dar vuelta la conversación y decir que quien habla de salud mental es valiente. Todos necesitamos recibir ayuda. Yo no quería ser la 'goat' por decirlo, pero ahora me emociona que se hable de esto. Yo quiero ayudar a los niños y niñas de todo el mundo. Quiero darle luz a este tema".

Ser un modelo a seguir: la responsabilidad que abrazó Simone Biles

Así como de pequeña necesitó atletas inspiradoras que le abrieran paso, Simone empezó a notar que se estaba transformando en inspiración para otros. Lo abrumador de aquello fue que su masividad y su éxito hicieron que su comportamiento sea observado por fuera del ámbito deportivo y que su vida privada fuera de interés público.

"Ser una ídola o un modelo para las gimnastas jóvenes me intimidaba mucho, pero pensé que si yo podía ser honesta y vulnerable en todas mis plataformas, si podía ser un ser humano que trata poder ser lo más normal posible, cuando alguien se acerque a mí podrá conectar conmigo. Vivir mi vida honesta y vulnerable, eso es lo que hago. No es normal lo que hacemos los deportistas olímpicos, me gusta mostrar en mis redes sociales que la vida no es solo eso", reflexionó la estrella ante la atenta mirada de todo el auditorio.

"La salud mental y esta conversación sigue siendo un gran estigma en el mundo. No se habla fuertemente de esto. Hay que romper con eso. Hay que dejar de mostrarlo como una debilidad. Empezamos a hacerlo y a tener conversaciones globales. Hay muchos atletas que se están expresando y eso es muy importante. Yo hago muchas charlas como estas. Mi mamá siempre fue insistente con el descanso y con pasar tiempo con la familia. Hay que cambiar la narrativa", insitió.

¿Simone Biles competirá en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles?

El interrogante sigue latente. El mundo del olimpismo quiere volver a ver a Biles en acción y vive con melancolía ante la posibilidad de su retiro.

Como ya explicó, las gimnastas suelen terminar su carrera en los primeros años de su juventud. Sin embargo, la estadounidense demostró que es una completa fuera de serie y que ningún desafío la amedrenta si se lo propone.

¿Qué respondió cuando le preguntaron sobre su presencia en los próximos Juegos Olímpicos? Sencillo. Ante la honesta incertiudumbre sobre qué es lo que hará con su mente y su cuerpo en estos años, eligió sonreir y apelar a la complicidad del público. "Voy a ir...", dijo e hizo una pausa dramática. "Aunque no sé si a competir o como hincha".

Y retomó: "Es la pregunta del millón, todos quieren hablar de Los Ángeles. No estoy entrenando en este momento. En París tuve éxito porque mi salud mental y física estaban codo a codo. Todavía voy a terapia una vez por semana, antes lo odiaba y ahora es parte de mi rutina diaria. No sé qué tal se ve, pero de alguna manera voy a ir. No sé si estaré en el suelo, en la tribuna o como parte de alguna organización, pero seré parte de ese movimiento".

El efecto de las redes sociales: un enemigo peligroso

Al repasar aquellas dificultades que tuvo que afrontar por la exposición, Simone admitió que las redes sociales se volvieron un calvario para ella. Miles de personas comenzaron a opinar sobre su aspecto físico, sobre sus decisiones personales e incluso se atrevieron a hacerle críticas técnicas desde el anonimato absoluto.

"Cuando empecé Instagram cada vez era más popular y aparecían seguidores de la noche a la mañana. Fue difícil porque había comentarios fantásticos, yo estaba en la pubertad y un comentario negativo te puede afectar mucho. Para los padres tampoco es fácil, a mis padres los dañó mucho. Al principio me molestaba, pero yo soy muy terca y comenzaba a responderle a la gente. No es lo más sano, pero lo hice".

Tras confesar que le costaba manejar la exposición y la impunidad de las redes, reflexionó: "Después crecí y me di cuenta que ellos nunca podrían hacer lo que yo hice, ni entender desde mi lugar. Por eso, dejé de prestarle atención. Debería haber ciertas reglamentaciones porque las redes son muy difíciles, sobre todo para los más chiquitos".

Y, entre risas, marcó: "Hay muchos bots, inteligencia artificial que filtra comentarios, pero no es suficiente. Ahora soy más madura y se convirtió en algo gracioso que alguien me diga lo que tengo que hacer sentado en un sillón comiendo papas fritas. Pasó a ser algo divertido. No me conocen y, si me conocieran, me pedirían un autógrafo. Es irónico".

"Mi esposo me ayuda a regularme. Siempre le pregunto si debería contestar y él me dice que debo dejarlo pasar", dijo sobre Jonathan Owens, el jugador de la NFL.

Simon Biles para deportistas: Paula Pareto, en modo fan, y Edinson Cavani, representante de Boca

La presencia de la estrella mundial del deporte generó una revolución entre muchos de sus colegas. En la mañana porteña se apersonaron íconos del país como Paula Pareto, que escuchó atentamente a la gimnasta y se dejó emocionar por su presencia en suelo nacional.

Con ella conversó ESPN.com y esto dijo sobre Simone Biles: "Está buenísimo que venga y pueda exponer todo lo que le tocó vivir. Es muy importante escuchar su visión. El psicólogo es indispensable, de hecho yo vine con el mío a esta charla. Es la primera vez que la veo y su experiencia de vida me impactó profundamente".

Además de la judoca campeona olímpica estuvo Belén Succi, excapitana de Las Leonas, que se mezcló entre el público para disfrutar de la presencia de Simon Biles.

Y otra presencia destacada, que horas más tarde se volvió viral, fue la de Edinson Cavani, referente de Boca Juniors, que le regaló una camiseta del Xeneize a la estadounidense.