MÉXICO -- La historia de cómo Nadia Comaneci desafió la lógica y logró un ‘imposible’ 10 perfecto en los Juegos Olímpicos de Montreal ha sido contada por numerosos años, exactamente 40 a la fecha.
La joven rumana de 14 años impresionó a los jueces en la prueba de barras asimétricas y estos le otorgaron una calificación perfecta, algo que no estaba programado en las pantallas por lo que salió un ya famoso 1.00 que requirió una explicación por parte de los organizadores ante un confundido público.
Aun así, de 1976 a la fecha, la hazaña de Comaneci no ha sido la única capaz de alcanzar la perfección en unos Juegos Olímpicos.
Justo en la contienda en Monteal, la rusa Nellie Kim – la mayor rival de Comaneci - logró otra calificación igual, pero en el salto de caballo y la rutina de piso.
La propia Comaneci volvió a robarse reflectores en Moscú 1980, pero otras tres gimnastas también la acompañaron en su perfección.
En esos Juegos también se dio el primer 10 perfecto en la rama varonil. El ruso Alexander Dityatin lo consiguió en el salto de caballo y además sumó ocho medallas.
Curiosamente, otro hombre en unirse a la exclusiva lista de calificaciones perfectas fue Bart Conner, futuro esposo de Comaneci, en Los Ángeles 1984.
Pese a que la lista siguió creciendo, fue hasta Barcelona 1992 que se registró el último 10 en las pruebas de gimnasia de los Juegos Olímpicos, obra de Lu Li en las barras asimétricas – las mismas donde brilló Nadia – y Lavinia Milosovici en la rutina de piso.