El Gobierno de Japón decidió este viernes extender el estado de emergencia sanitaria por coronavirus en Tokio y otras 8 regiones hasta finales de junio, para cuando restará solo un mes hasta el inicio de los Juegos Olímpicos de la capital nipona.
El Ejecutivo que lidera Yoshihide Suga optó así por mantener las restricciones vigentes en las principales regiones niponas para tratar de contener la cuarta ola de contagios que persiste en el país, y al mismo tiempo se comprometió a acelerar el ritmo de vacunación de su población.
La ampliación de la emergencia sanitaria hasta el próximo 20 de junio tiene lugar cuando quedan 56 días para los Juegos, un evento rodeado de dudas y del rechazo creciente de la población nipona, según muestran las encuestas.
"Sé que hay muchas opiniones sobre los Juegos. Nos las tomamos muy en serio e intentamos tomar medidas", dijo Suga al anunciar la extensión de la emergencia en rueda de prensa, donde también afirmó que la prioridad de su Ejecutivo es "proteger la vida y la salud de los japoneses".
BAJAN LOS CONTAGIOS, PERO NO LO SUFICIENTE
La emergencia sanitaria conlleva restringir los horarios de bares y restaurantes y la prohibición de que sirvan alcohol, además de fijar un tope de asistencia de público a eventos deportivos y otros acontecimientos multitudinarios, entre otras medidas que en ningún caso incluyen el confinamiento obligatorio de la población.
Estas acciones han permitido reducir el ritmo de contagios diarios, aunque las autoridades consideran que el número sigue siendo excesivo y que aún existe "riesgo de repunte", según dijo hoy el ministro a cargo de respuesta gubernamental contra la pandemia, Yasutoshi Nishimura, en una reunión del panel del Ejecutivo.
En Tokio y Osaka, las prefecturas más afectadas por la cuarta ola de contagios, también hay una tendencia a la baja aunque los niveles siguen siendo "altos", según dijo Suga, quien también subrayó la "presión sobre el sistema médico" en el caso de la segunda región.
En Japón, que supera los 738.500 contagios acumulados y las 12.800 muertes por covid-19, se vienen registrando desde mediados de mayo entre 6.000 y 4.000 infecciones diarias.
Suga también prometió "esfuerzos" para acelerar el ritmo de vacunación en el país, donde por el momento solo se ha inoculado con al menos una dosis al 6 % de la población debido a problemas de suministro del fármaco, escasez de personal médico y otras dificultades.
Su Ejecutivo se ha marcado la meta de vacunar hasta un millón de personas por día hacia mediados de junio y de concluir la vacunación de toda su población mayor de 65 años para finales de julio, coincidiendo con el inicio de los Juegos.
COMPLICACIONES PARA LOS JJOO
La extensión de la emergencia sanitaria, una medida excepcional a la que el Ejecutivo nipón ha recurrido tres veces desde el inicio de la pandemia, no ayuda a despejar la continuada incertidumbre sobre los Juegos de Tokio y la preocupación sobre el riesgo de que el evento se convierta en un foco de contagios.
Con vistas a despejar esos temores, se ha reducido el número total de participantes extranjeros que asistirán a los Juegos hasta 78.000 personas, la mitad de lo inicialmente previsto, a lo que se sumará un "estricto sistema" de prevención de contagios, subrayó Suga.
La presidenta del comité organizador de Tokio 2020, Seiko Hashimoto, admitió hoy que la extensión de la emergencia "dificultará" la decisión pendiente sobre si habrá público, y en qué medida, en los estadios olímpicos.
Hashimoto señaló que los organizadores esperarán a que concluya la emergencia para tomar una resolución al respecto, y añadió que en cualquier caso "se tendrán en cuenta las directrices del Gobierno" sobre la asistencia de espectadores a eventos multitudinarios.
Actualmente las autoridades niponas imponen un tope de 5.000 personas en los estadios o del 50 % de su capacidad total.
La situación en Japón ha llevado a los anfitriones de los Juegos a decidir organizar el evento en un férreo formato "burbuja" para los atletas y participantes de comités y federaciones, además de a vetar la entrada en el país de visitantes extranjeros.
En este contexto, tanto los organizadores como el Comité Olímpico Internacional han reiterado en los últimos días su determinación de seguir adelante con el evento, sin dar demasiada importancia al descontento generalizado entre los nipones ni a las peticiones para su cancelación de colectivos sanitarios.