El remero Bruno Cetraro comentó sus sensaciones luego de haber finalizado, junto a Felipe Klüver, en la sexta posición en la doble par ligero de los Juegos Olímpicos de Tokio. En declaraciones a la Secretaría Nacional del Deporte, el uruguayo comentó qué fue lo primero que conversó con su compañero tras haber disputado la final olímpica y destacó: “Ahora habrá que soñar en París 2024 y trabajar más duro”.
Cetraro indicó sobre la regata final: “Fue espectacular. Se dejó todo en la cancha, eso era lo que había que venir a hacer. A veces los rivales son mejores y hay que admitirlo. Son gente que entrena duro y se sacrifica día a día al igual que nosotros para poder estar acá y conseguir una medalla”.
Los uruguayos disputaron la final olímpica y terminaron en la sexta posición, obteniendo diploma olímpico e igualando la mejor actuación de Uruguay luego de Sidney 2000 (en Río 2016, el atleta Emiliano Lasa también terminó sexto en salto largo).
El remero destacó que con Klüver llevan trabajando sólo desde hace un año y medio, y que lo logrado es mucho en relación al poco tiempo de preparación en conjunto: “Esta fue nuestra segunda competencia internacional, la primera había sido el clasificatorio a los Juegos. También fuimos la pareja más joven de la competencia, por ejemplo, los italianos (medalla de bronce) tienen un promedio de 30 años (Stefano Oppo tiene 26 y Pietro Ruta 33). El mejor momento para un remero es alrededor de los 30 años, porque el remo es un deporte que lleva mucho tiempo de preparación, llevando cúmulo y cúmulo de entrenamiento, con esta edad (Cetraro nació en marzo de 1998 y Klüver en junio del 2000) y poder haber logrado todo esto, a uno le da para soñar y soñar en grande”.
“Al terminar la regata nos bajamos del bote y nos agradecimos mutuamente porque sin el otro no hubiera sido posible llegar a donde llegamos. Lo primero que nos dijimos fue que en París 2024 se agarren porque venimos por ellos. Habrá que seguir soñando en París y trabajar más duro”, valoró Cetraro.
Y agregó sobre lo conseguido: “Esto vale mucho y se lo debo todo a mi familia y amigos, que siempre están, en las malas primero y luego a las buenas. También le agradezco al entrenador (Osvaldo Borchi) que nos hizo buscar la perfección en cada entrenamiento”.