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Gian Luca Pasini: "Cuminetti es uno de los jugadores que ha permanecido más tiempo en el corazón de los aficionados de Módena"

El 5 de mayo próximo, con transmisión de Star Plus, Marcelo Méndez buscará convertirse en el primer entrenador argentino en ganar la Champions League de vóleibol. Pero hay un argentino que hizo historia en este torneo.

Juan Carlos Cuminetti es uno de los jugadores que ha permanecido más tiempo en el corazón de los aficionados de Módena. Incluso hoy, casi veinte años después de sus éxitos en la Copa de Campeones (como se llamaba entonces la Champions League), muchos de ellos quieren hacerse un selfie con él o lo invitan a cenar para recordar esa experiencia en el equipo amarillo y azul”, dice Gian Luca Pasini, uno de los periodistas de vóleibol más reconocidos de Italia, en diálogo con ESPN.

El legendario periodista, recientemente jubilado en La Gazzetta dello Sport, permite graficar lo que significa “Nacho” Cuminetti para Módena y para el vóleibol internacional: el argentino, que ganó tres veces la Copa de Campeones en los años noventa, es una leyenda, uno de esos apellidos asociados al Olimpo.

“De las tres finales consecutivas ganadas, quizás la que quedó más grabada fue la de 1996, que se jugó en Bolonia, obviamente con todas las localidades agotadas”, apunta Pasini. “Las apuestas para ese Final Four iban más enfocadas hacia Treviso, con el Sisley de Bernardi y compañía. La semifinal enfrentó precisamente a Treviso y Módena, y los modeneses se impusieron 3-2, en un partido ‘loco’ en el que Cuminetti fue uno de los protagonistas de la remontada”, recuerda con notable precisión.

En esa tarde, Cuminetti anotó 53 puntos: 18 puntos directos y 35 cambios de saque. La epopeya dejó como postal una foto de la pelota de ese partido, en la que escribieron el 53 bien grande y al que le añadieron las firmas de todos los compañeros de Cuminetti.

“En ese período histórico, Módena-Treviso era el partido clásico en Italia. En ese contexto, Cuminetti tenía una muy buena conexión con el armador Fabio Vullo, quien había regresado a Módena precisamente durante la era de Vandelli, el presidente que devolvió a Módena a la cima después de los tiempos difíciles y la gran fuga de 1990, cuando todos los campeones habían dejado el equipo”, contextualiza Pasini.

“Era un jugador muy sólido, capaz de poner muchos balones en el suelo en un partido, cuando aún se jugaba con cambio de saque. A mediados de los años noventa, Cuminetti encarnaba el espíritu histórico de Módena, con temporadas muy buenas”, completa Pasini.

Elogios en celeste y blanco

El argentino Raúl Quiroga fue ídolo absoluto en Módena. Muchos aseguran que era el opuesto más poderoso del planeta en la segunda mitad de los años ochenta. Como pocos, el sanjuanino conoce el paladar del público de Módena y la simpatía que despiertan ciertos jugadores. Y no tiene dudas sobre la incidencia de Cuminetti como leyenda de uno de los equipos más tradicionales de la NBA del vóley.

“En Módena, Nacho es un ídolo total. Lo que pasa es que es introvertido, muy humilde, y quizás eso le juegue un poquito en contra. Pero es muy, muy querido. Más allá de las tres Copas de Campeones, ganó muchísimo en el equipo y la gente lo ama”, explica el sanjuanino en contacto con ESPN. “Pasó muchos años sin volver a Módena, pero regresó el año pasado y ahora, en 2024, para entrevistas y eventos, y la gente se ‘copó’ muchísimo con volverlo a tener en la ciudad”, agrega.

Era un jugadorazo, impresionante, con una gran potencia. Tenía un látigo en ese brazo ‘loco’. Además, saltaba muchísimo y, largo como es, con 2,02 metros, ‘te cascaba’ de lo lindo”, grafica Quiroga.

También lo sube al altar otro compañero de Selección: Oscar “Cachorro” Vizzari. “Módena es ‘el templo’ del vóley italiano. ¡Hay que ser muy bueno para jugar y ser ídolo ahí! Y Nacho es ídolo absoluto en Módena. Aparte, es ‘un pan de dios’, un tipo buenísimo, un genio”, enfatiza el cordobés, que se destacó en la Liga de Italia en los noventa y compartió la celeste y blanca con Cuminetti en la temporada 1998.

Para mí, Nacho está entre los mejores opuestos de la historia, junto con Raúl Quiroga, el estadounidense Steve Timmons y el italiano Andrea Zorzi, con quien también me di el gusto de jugar. Fue de los mejores opuestos que pisó una cancha de vóley. Sin dudas”, enaltece Vizzari a su compañero Cuminetti, el argentino con más consagraciones en el máximo torneo de clubes de Europa.