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Manuela Rotundo, y la chance "sin tanta presión" de clasificar a los Juegos Olímpicos

Manuela Rotundo compitiendo en los Juegos Panamericanos 2023 en Chile. EFE

Manuela Rotundo, atleta uruguaya de lanzamiento de jabalina, habló en el programa “Derechos exclusivos” (Radio Uruguay) sobre sus recientes logros en las competencias continentales, y la chance que tiene de llegar a los Juegos Olímpicos de París 2024.

Rotundo, de 19 años, posee el récord nacional en su disciplina, que consiguió en el último Campeonato Iberoamericano de Cuiabá con 61,84 metros. Actualmente vive un presente tan alentador como exigente. Habiendo llegado en los últimos días de Brasil tras una semana de intensas competencias, la atleta reconoció que se trataron de días son estrés, pero con felicidad por lo logrado.

Actualmente, además de sus demandantes entrenamientos, Rotundo está estudiando la carrera de Medicina, lo que hace que su agenda esté más que cargada. “Entreno doble horario de lunes a sábado. De mañana suelo hacer gimnasio, porque la fuerza es fundamental para los lanzamientos, y después en pista hago lo específico: lanzamientos, multilanzamientos y también entreno saltos, carreras, hago bastantes cosas, es completo”, contó.

La joven deportista señaló que “es difícil” tener que justificar sus faltas en su centro de estudios y que tengan en cuenta su situación particular, aunque existe una normativa que la ampara. “Pasé dos semanas compitiendo fuera del país y si no me justifican las faltas, perdería el año. Es una ley, están obligados a justificarte. Sé que elegí una carrera difícil. Tenemos prácticas en laboratorios con los cuerpos, que tengo que hacer sí o sí. Estamos buscando la manera de justificarlo y reponerlo, es una movida bastante grande”, contó.

De todas maneras, la situación de Rotundo puede tener un cambio importante en los próximos meses, ya que una universidad de Atlanta, Estados Unidos, está interesada en invitarla a estudiar allí. “Surgió del interés de un entrenador de allá que vio mis marcas, me venían siguiendo y habló con la Confederación y el Comité Olímpico de Uruguay, que me hicieron llegar la información. Estuvimos charlando, y la semana que viene tengo que ir a ver si me gustan la universidad y el campus. En caso de que decida irme, el semestre empezaría en setiembre. La idea es irme a estudiar y entrenar allá, y lo bueno es que vuelvo cada vez que tenga competencias con Uruguay”, indicó. Una de las ventajas de esta situación sería que al entrar a dicha universidad como deportista, los planes de estudio y los horarios se adaptan al entrenamiento y la competencia que tenga.

La deportista también contó que comenzó en el mundo del lanzamiento de la jabalina a los 14 años, de una forma “muy loca” porque ella formaba parte de otras disciplinas atléticas cuando era estudiante del Liceo N° 4 de Paysandú. “Empezaron los juegos liceales y un profesor de Educación Física me anotó para salto largo, correr y lanzamiento de disco. De ahí me gustó el atletismo, llegué hasta los Nacionales y empecé a ver distintas pruebas con un entrenador. Probé la jabalina y al mismo tiempo hacía otras, pero era la que más me llamaba la atención. Yo también jugaba al voley y mi entrenador me dijo de probar con la jabalina porque tenía un brazo rápido. Ese año fui a mi primer Sudamericano en Perú y lo gané con récord nacional. Desde ese día, no paré”, relató.

Ha pasado mucho desde aquel encuentro casual con la disciplina, ya que en el presente tiene buenas posibilidades de clasificar a los Juegos Olímpicos de París 2024. “Hasta hace poco era un sueño y ahora es una posibilidad. Mi idea y la del Comité Olímpico era participar en los próximos JJ.OO., los de Los Ángeles, pero las marcas se adelantaron y hoy por hoy estoy en el puesto 23 del ránking de las mejores 32 que clasifican. Le estoy metiendo, tratando de no meterle tanta presión porque no es el objetivo principal. Si se da, bien y, si no, no pasa nada”, expresó.

En junio, Rotundo tiene planeado competir en Europa, y al final de ese mes hay otra instancia en Quito, Ecuador, que es la última antes de que se defina la clasificación a París 2024. La capital ecuatoriana tiene el ingrediente adicional de la altura, que ayuda a los lanzamientos. “A los lanzadores nos ayuda mucho, favorece los lanzamientos. Nos cansamos más, pero en los saltos también ayuda. Los fondistas la sufren, como le pasa a los futbolistas”, contó.