El argentino Agustín Tapia y el español Arturo Coello, integrantes de la dupla número uno del mundo, conquistaron este domingo en el Premier Padel P1 de Málaga, España, su tercer título consecutivo -séptimo de la temporada- tras aprovechar una mala noche del ibérico Alejandro Galán, compañero de Federico Chingotto, para quedarse con la gran final por 6-4 y 7-5.
Los Nº1 siempre obligan.
Obligan a jugar mucho tiempo al máximo nivel. Obligan a arriesgar, casi al milímetro. Y obligan, sobre todo, a nunca perdonar.
Es mucha la presión mental que ejercen sobre sus rivales. Y hasta el más pintado puede ceder.
Esta vez le tocó a Ale Galán, que junto al argentino Chingotto forman la pareja Nº2 del planeta.
No es que haya jugado definitivamente mal. Pero le faltó ese ojo de tigre que suele mostrar en los momentos cruciales. Esto fue más notorio en el segundo set, cuando los escoltas del ránking mundial dejaron escapar cuatro break points.
Primer set: sorpresas y confirmaciones
La primera manga mostró un panorama diferente al de los últimos enfrentamientos en cancha indoor -donde los Nº1 son casi imbatibles-, porque Chingotto mostró desde el comienzo una faceta desconocida en él: el smash de potencia.
El 'Súper Ratón' ganó varios puntos con esa herramienta y sorprendió a propios y extraños en los primeros pasajes de la final.
El problema es que Tapia y Coello están hace ya tres años en un permanente estado de gracia, que les permite adaptarse a cualquier modificación, ya sea del juego mismo, como en este caso, o de las condiciones de cancha.
Supieron aguantar esos minutos iniciales y luego, como siempre, fueron a buscar la presa.
El momento fue en el noveno game. Allí, con el saque de Chingotto, generaron el primer break point y lo aprovecharon. Luego, cerraron el parcial con el servicio de Coello.
Segundo set: perdonar es pecado
La paridad fue regla también en el segundo set, más allá de que Galán seguía cometiendo algunos errores no forzados sorprendentes en él.
Uno de ellos fue en un momento bisagra: cuando consiguieron su primera oportunidad de quiebre, en el cuarto juego. El español tiró afuera un globo que parecía simple de elaborar.
No sería la última oportunidad que tendrían los Nº2 para quedarse con el servicio de sus rivales. En el octavo game, generaron tres nuevas chances. No pudieron aprovechar ninguna.
Decíamos al principio: los líderes del ránking obligan a no perdonar. Chingotto y Galán lo hicieron y pagaron caro.
No desequilibraron en ese momento y, algunos games después, en el 5-5, quienes consiguieron la rotura fueron Tapia y Coello.
A renglón seguido, cerraron el set y el partido con el saque de Coello.
Séptimo título del año para ellos, tercero consecutivo. No pierden una final indoor desde mayo de 2024. En el pádel, todo parece cambiar menos ellos, que se ratifican como los mejores de todos.
Entre las chicas, Bea González fue profeta en su tierra
Bea González, nacida en Málaga, fue este domingo profeta en su tierra y, junto a Claudia Fernández, conquistó el P1 de esa ciudad tras derrotar en la final por un contundente 6-2 y 6-1 a la nueva pareja integrada por Marta Ortega y Tamara Icardo.
El score fue un poco mentiroso, ya que se trató de un encuentro muy táctico, que duró una hora y 36 minutos (20 minutos más que la final masculina).
Segundo título de la temporada para la dupla Nº3 del planeta, que aprovechó la sorpresiva eliminación en cuartos de final de las dos parejas más encumbradas del ránking mundial, las españolas Ariana Sánchez y Paula Josemaría, y la argentina Delfina Brea junto a la ibérica Gemma Triay.
