Han pasado 121 años desde su nacimiento, 81 de su retiro y 68 de su muerte, pero no pasa un día sin que se mencione el nombre de Babe Ruth en el universo del béisbol.
Y es que George Herman Ruth, 'Babe', el 'Bambino', el 'Sultán de la Estaca' o como quieran llamarle, es la encarnación suprema del béisbol y la figura que más haya dominado en su momento cualquier deporte profesional en Estados Unidos.
Y lo hizo en una época en que el triunfo se conseguía a base de virtuosismo puro, sin los actuales avances científicos, ni novedosas técnicas de entrenamiento.
Cuando Babe Ruth masacraba a los lanzadores rivales con 40, 50 y hasta 60 vuelacercas, el que le venía detrás en la lista a duras penas llegaba a 20 o 30, prueba inequívoca de su jerarquía indiscutida.
En 1914 debutó con 19 años en las Grandes Ligas como lanzador con los Medias Rojas, y una temporada después ganó la primera de sus tres Series Mundiales con la novena de Boston.
Fue un pitcher de los mejores de su época, líder en efectividad de la Liga Americana en 1916 con un promedio de 1.75 y capaz de ganar 1-0 un duelo de 14 innings en el Clásico de Octubre de ese año frente a los Dodgers de Brooklyn.
En total ganó 94 juegos, perdió 46 y tuvo efectividad de 2.28 en 163 partidos, de los cuales completó 107.
Pero si grande lució en la lomita, fue en la caja de bateo donde su dimensión se multiplicó a niveles únicos y en 1918, todavía como serpentinero, se llevó la primera de sus 12 coronas como máximo jonronero de la liga.
Con sus turnos al bate limitados por su condición de pitcher, Ruth botó 11 pelotas, una cifra notable para una era en que las bolas no tenían el poder de bote de la actualidad.
Un año más tarde pasó a defender los jardines casi a tiempo completo y rompió con 29 cuadrangulares el récord vigente hasta entonces, que era de 27 y pertenecía desde 1884 a Ned Williamson.
Así, fue elevando el listón cada vez más, hasta llevarlo a la impensable cantidad de 60 en 1927, una marca que tardó 34 años en romperse.
Surgió el término bambinazo para referirse a los jonrones, justo honor para quien enloqueció a las tribunas al convertir en una costumbre el acto de sacar pelotas sobre las cercas.
Pero fue en 1920 que Babe Ruth cambió para siempre la historia del béisbol.
Necesitado de dinero para financiar una obra de teatro, el dueño de los Medias Rojas, Harry Frazee, vendió a Ruth a los Yankees de Nueva York por la entonces exorbitante cifra de 100 mil dólares.
Hasta entonces, la novena neoyorquina no había ganado aún ni un título. Ni siquiera había estado en una Serie Mundial.
La llegada del 'Bambino' convirtió a los Yankees en la franquicia deportiva más famosa del mundo, con las inconfundibles N y Y entrelazadas, que hoy se encuentran hasta en países donde jamás se ha lanzado una pelota de béisbol.
Desde entonces, los Yankees han ganado 27 Series Mundiales, mientras que a los Medias Rojas les cayó una maldición que les impidió levantar el trofeo de campeones por 86 años.
Sus 714 cuadrangulares son cifras de tiempos modernos y si no hubiera pasado sus primeras cinco campañas como pitcher a tiempo completo, posiblemente habría superado las ocho centenas de vuelacercas, a pesar de haber sido un tipo bastante despreocupado en su cuidado y ser un aficionado empedernido a la cerveza y las juergas.
¿Es 'Babe' Ruth el más grande deportista en la historia de Estados Unidos?
Según estudios científicos, no hay nada más difícil en cualquier deporte que batear una pelota de béisbol lanzada a gran velocidad y nadie consiguió hacerlo mejor que el 'Bambino'.
Entonces, la respuesta es: Sí.