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José Barrondo: El niño trabajador del campo que se convirtió en marchista olímpico

ESPN

La humildad, el trabajo y la determinación, han llevado al marchista José Alejandro Barrondo de 23 años de edad a convertirse en un ejemplo de superación en el deporte guatemalteco. Hoy, es uno de los 10 atletas guatemaltecos confirmados a competir en los Juegos Olímpicos de Tokio al conseguir su marca de acceso en los 20 kilómetros marcha con tiempo de 1:19:55 en el Gran Premio Internacional Cantonés de La Coruña, España.

El atleta oriundo de la aldea Chiyuc, en San Cristóbal Verapaz, no ha bajado los brazos, ni ha dejado de soñar desde la infancia, cuando trabajaba con su papá en el campo cortando leña y madera. También limpió la milpa, frijol, cortó café, chapeaba terrenos y lustró zapatos en el parque central de la localidad, sin imaginar, la oportunidad que le brindaría el deporte.

“Ordeñaba y cuidaba vacas con mi hermano, cuando Erick Barrondo – su primo –, ganó la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y me di cuenta que el deporte más allá de fomentar la paz y la cultura entre países, era una forma de salir adelante y tenía la posibilidad de ser alguien en la vida con la inspiración que Erick causó en mi vida”, relató el marchista en exclusiva a ESPN.


Conoce la marcha

Fue el 2 de noviembre de 2012 con el profesor Jorge Alberto Coy en Alta Verapaz, cuando José Barrondo tuvo su primer acercamiento con la marcha en el estadio José Ángel Rossi y el Instituto Nacional de la Juventud Alta Verapacense.

“Decidí salir de mi casa a las tres de la mañana para tomar el bus y llegar a las 5:30 a Cobán para iniciar el entreno a las 6:00 AM. Cuando regresé a mi casa, recuerdo que mi mamá me hizo masajes en las piernas porque los músculos no estaban acostumbrados a ese esfuerzo”, recuerda Barrondo, quién es el tercero de 10 hermanos en la familia.

A partir de 2013 iniciaron las competencias. Ganó un segundo lugar en la Copa Centroamericana de Marcha, clasificó al Campeonato Mundial de Atletismo en Donetsk, Ucrania, y en el Campeonato Panamericano de Atletismo en Medellín, Colombia, impuso el récord nacional en 10 kilómetros con tiempo de 42:00. – marca aún vigente.


Etapa difícil de su carrera

Cuando parecía que seguía apuntando al alto rendimiento, el 2014 fue un año difícil para el marchista nacional al presentar una ruptura de menisco que lo obligó a la operación. “Fue lo más complicado que me pudo haber pasado porque perdí las esperanzas de continuar en el deporte. El sobresfuerzo y los exigentes entrenamientos me llevaron a causar la lesión”.

De acuerdo al diagnostico médico, inicialmente eran tres meses de recuperación, pero la ansiedad, falta de responsabilidad y no reposar lo necesario, alargaron la espera por ocho meses.

“Me quise matar llevando 15 días de recuperación porque me desesperé y me puse a pelear con Dios. No podía ver a mi familia sufrir, sin poderlos ayudar para la comida en ese momento. Un día me puse triste por no poder salir a entrenar y había un dulce en la mesa del apartamento de Guatemala. Al metérmelo a la boca, se me trabó en la garganta y no podía respirar. Como pude llegué al baño y tomé agua para tragarme el dulce”, confesó Barrondo sobre esta decisión que marcó su vida.

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La revancha de los Juegos Olímpicos

Tras superar por completo la lesión, José Barrondo volvió a los entrenamientos y competencias enfocado en alcanzar la clasificación a Juegos Olímpicos. “La marca de acceso para los 20 kilómetros en Rio de Janeiro 2016 era de 1:24:00 y me quedé a 50 segundos de lograrlo”, recordó el marchista entrenado en la actualidad por Julio Urías.

Sin embargo, tres años después encontraría la revancha deportiva. “El 2019 fue un año exitoso al hacer un tiempo de 1:19:55 e ingresar en el Top 10 del Gran Premio Internacional Cantonés de La Coruña, España para clasificar a los Juegos Olímpicos de Tokio, además de ganar la medalla de bronce en los Juegos Panamericanos de Lima”.

“Durante la competencia solo pensaba en mi familia y en cuanto me había costado llegar a este momento para no desaprovechar la oportunidad. Cruce la meta con la mente en blanco y fue mi entrenador quién me dijo que había logrado la anhelaba clasificación, que desde entonces me tiene motivado por competir en los Juegos Olímpicos”, puntualizó Barrondo.

En la actualidad y debido a la pandemia del Covid-19, José Barrondo cumple las sesiones de entrenamiento en su vivienda de la aldea Chiyuc, en San Cristóbal Alta Verapaz.