<
>

'Seba, se te ve contento': Basquetbolista argentino Sebastián Vega cuenta su historia de salir del armario

play
El impacto que tuvo en la carrera de Sebastián Vega hacer pública su orientación sexual (1:14)

El basquetbolista de Gimnasia de Comodoro contó en una nota con ESPN cómo fue 'salir del armario', las reacciones de sus compañeros y la influencia que tuvo en su rendimiento. (1:14)

El basquetbolista professional Sebastián Vega salió del armario en marzo de 2020, y dice que lo hizo en parte para combatir el machismo en el deporte. Vega juega para el club Gimnasia de Comodoro en la principal liga del básquetbol argentine.

¿Cómo fue el proceso de aceptación con vos mismo de tu orientación sexual?

Al principio fue un proceso bastante difícil de entender qué es lo que estaba pasando, entender por qué me pasaba a mí cuando yo quería ser igual a mis compañeros y por qué era distinto. Estuve de novio un tiempo y eso me ayudó un montón. En ese proceso fui dando pasos cortos y seguros. Lo que más me importaba era que las personas más importantes de mi vida, como mi familia y mis amigos, lo fueran sabiendo. Fui haciendo ese camino muy suave con las personas que más confianza tengo. Quería que mis padres, por ejemplo, se enteraran de mi boca lo que me estaba pasando y quién era yo realmente. Después fui con mis amigos más íntimos de Gualeguaychú y poco a poco me fui abriendo un poco más. Una situación que me costaba mucho era el tema de mi trabajo, el ambiente del básquetbol. Cuando pude decirlo y hacer pública la carta fue cuando realmente terminó ese proceso que fue bastante complejo y bastante largo.

¿Hubo alguna razón específica por la que decidiste hacer pública tu orientación sexual en los medios y/o redes sociales en vez de mantenerla como algo privado?

Al principio, me acuerdo una charla que tuve con mi papá sobre este tema, decía: ‘soy esto pero no necesito que nadie más lo sepa’. Poco a poco fui dándome cuenta de que inconscientemente iba ocultando lo que yo hacía, con quién estaba o parte de mi vida para que nadie se enterara de que yo soy gay. Entonces, no estaba siendo realmente yo y no me sentía libre ni me sentía tranquilo. Seguía ocultando cosas cuando no estaba haciendo nada malo. Hasta que en un momento fue como ‘ok, esto soy yo’. Me estaba haciendo mal y no veía o no le encontraba sentido a por qué yo tenía que ocultarlo. Entonces, yo sabía que el ambiente del básquetbol es bastante machista y sentía que yo al no estar haciendo nada, desde mi lugar en el que podía aportar un montón, estaba contribuyendo a eso (estigma) y no estaba aportando mi grano de arena para que la situación empezara a cambiar.

El hecho de haber salido del armario, ¿tuvo algún impacto en tu carrera deportiva?

Sí. Justo cuando yo hice pública mi orientación sexual llegó la pandemia. Yo publiqué la carta el 10 de marzo de 2020 y el 16 de marzo se terminó la competencia en Argentina. Entonces, la temporada pasada, que fue bastante atípica porque no hubo público, fue la primera experiencia desde que lo comuniqué. Hubo un cambio rotundo no tanto desde la técnica, los porcentajes de lanzamientos o las sensaciones sino principalmente desde el disfrute o la seguridad que yo tuve en la cancha. Hacía mucho tiempo que yo no la pasaba tan bien y disfrutaba de lo que estaba haciendo. Disfrutaba mucho del día a día y de todo lo que me estaba pasando, cosa que antes no porque siempre había obstáculos, cosas en mi cabeza, fantasmas que no me lo permitían. Me pasó que muchos periodistas, muchos compañeros y conocidos me dijeran: ‘Seba, se te ve distinto, se te ve contento y bien en la cancha’. Eso, inevitablemente, influyó en que mi rendimiento mejorara mucho más.

LEA: 17 deportistas comparten sus historias de salir del armario

¿Qué cambios hubo en el ambiente de tu deporte en relación a la comunidad LGBTQ+ a lo largo de tu carrera?

En el deporte, hablo del básquetbol que es el ambiente en el que me muevo, todavía falta un montón. Y creo que en la sociedad todavía falta un montón de cosas por mejorar con respecto a los derechos LGBTQ+. Pero, sin dudas que en el básquetbol se fue mejorando. Antes, lo recuerdo de cuando era más chico, no se hablaba de estos temas. Era algo que estaba totalmente prohibido, se menospreciaba a la gente gay diciéndoles (insultos). Y poco a poco fue evolucionando como lo hizo la sociedad o como uno ve en televisión. Me pasó con mis compañeros, que de a poco van generando hábitos de vocabulario, de cómo hablar, de cómo manejarse, de cómo decir ciertas cosas o tocar ciertos temas muy sensibles. Noto que hay mucha más visibilidad y se van tocando temas que antes no se podía. Creo que este es el camino y, aunque falta mucho por recorrer, para las nuevas generaciones ese camino va a estar un poco más allanado.

¿Cuál fue el mayor beneficio o situación inesperadamente favorable que recibiste desde que anunciaste tu orientación sexual?

Fue muy loco porque fue todo muy repentino. Entonces, estaba preparado para que pasaran cosas no tan positivas y otras muy positivas. Quedé muy sorprendido por el masivo apoyo. Un beneficio ese ese apoyo, no solamente del ambiente del básquetbol. Me sentí muy bien, sentí que me abrazaron realmente y durante la temporada pasada lo pude corroborar con árbitros, entrenadores y jugadores que en los partidos me felicitaban y me daban su apoyo. También me ha pasado de personas que me agradecieron y me felicitaron por la valentía y me dijeron que se sienten identificadas con mi historia y que gracias a ello pudieron contarle a su familia o tomar coraje y contarles a sus amigos, a sus padres o a quienes necesitaban. Eso me hizo sentir muy orgulloso.

¿Qué consejo les darías a las personas que se enfrentan a conflictos con su identidad?

Desde mi experiencia les diría que primero y principal vivan el proceso como ellos lo sientan porque el proceso de aceptación es muy individual y como uno lo va sintiendo. Que se den tiempo, que se den espacio, que confíen, que se apoyen en la gente que tienen al lado, la gente que los quiere porque en mi caso me ayudó muchísimo. No les diría ‘no pasa nada, háganlo, no tengan miedo’ porque sería muy ingenuo. Sí les diría, que fue algo que yo leí antes de hacer la carta: ‘hacelo con miedo igual, hacé lo que sientas porque miedo va a haber siempre. Tené el coraje de hacerlo porque si es lo que sentís o necesitás y te hace feliz, ese es el camino, no hay otra opción’.

Cuando te debatías si hacer o no pública tu orientación sexual, ¿cuáles eran tu mente los mejores y los peores escenarios posibles y qué de eso finalmente ocurrió?

Los peores escenarios, eran que me discriminaran, quedar muy expuesto y que por mi orientación sexual los clubes no me quisieran contratar. Realmente pensaba en quedarme sin trabajo. El panorama era bastante oscuro en ese sentido porque era como un salto al vacío muy grande en el que no sabía cuál iba a ser la respuesta, pero era lo que yo necesitaba. Con el diario del lunes, como se dice habitualmente, fue todo positivo, fue todo increíblemente hermoso. El club me apoyó en todo, también afuera de la cancha porque hicimos comunicaciones en conjunto. No solo eso, sino que me renovaron el contrato por dos años. Me di cuenta de que lo que le importa a la gente es que uno sea feliz y cuando lo ven feliz a uno, están tranquilos y también son felices.

¿En algún momento sentiste presión, ya sea internamente o del público, para ser un modelo a seguir para la comunidad LGBTQ+? ¿Es algo que te genera interés y de lo que formas parte?

Al ser un deportista profesional, inevitablemente, la noticia tomó mucha difusión. Inconscientemente y sin darme cuenta, me convertí en un referente. Un par de años atrás, cuando empecé con todo este proceso, estaba con una computadora buscando ‘basquetbolista gay’ o ‘deportista gay que lo haya hecho público’ porque yo necesitaba un referente o una persona con quien sentirme identificado para ver que estaba todo bien, para ver que podía ser gay y deportista profesional, que podía ser lo que quisiera, que nada cambiaba. Pero en ese momento no lo conseguía, no lo encontraba. Entonces, al ser el primer basquetbolista públicamente gay me transforma en ese referente. Es una responsabilidad muy grande y si bien cuando hice la carta no me sentía tan activista, hoy me siento mucho más porque tengo el conocimiento, tengo la fuerza para hacerlo y también he conocido gente del colectivo maravillosa que me ha ayudado mucho y cuando empecé a tener contacto con ellos me di cuenta de un montón de cosas y de por qué hay que seguir con esta lucha que es fundamental.