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Townsville hace memoria: el partido de 1983 entre Queensland Country y Los Pumas

Así reflejaba el diario local, The Townsville Daily Bulletin, la llegada de Los Pumas, con Porta y Larrubia en portada. ESPN/vía Paul Radford

Reconstruir un partido jugado hace 38 años puede ser una tarea complicada. En la era previa a Internet, y 1983 definitivamente lo era, no había sobreabundancia ni de comunicaciones ni de registros escritos o audiovisuales.

Y a veces, lo poco que sigue disponible, más el recurso de la memoria, pueden no ser suficientes ni uniformes. Como sucede a la hora de repasar la victoria de Los Pumas 22-12 sobre Queensland Country, en un partido jugado el 3 de agosto de 1983 en Townsville, como parte de la gira del seleccionado argentino por Australia.

Fue una gira histórica por varios motivos. En principio, porque Los Pumas consiguieron la que fue, por mucho tiempo, su victoria más relevante fuera del país, un 18-3 en el primer test ante Australia.

También porque le dio fama mundial al scrum argentino, que con la técnica de la "Bajadita" que patentara Catamarca Ocampo hizo sufrir, y mucho, a los Wallabies, que aprendieron rápido la lección y terminaron llevándose a sus filas a un pilar argentino, Enrique "Topo" Rodríguez.

Y porque terminó de poner en el podio de los mejores aperturas del mundo a Hugo Porta, que ya había tenido una actuación consagratoria con Sudamérica XV ante los Springboks en 1982.

TOWNSVILLE RECUERDA: FUROR ALREDEDOR DEL PARTIDO
Con la excusa del regreso de Los Pumas a la ciudad para el Rugby Championship (todo el Rugby Championship está disponible en Star+), hablamos con un contacto en el rugby local, el de Townsville, para saber más sobre cómo había sido el partido de 1983 y, sobre todo, cómo se había vivido allá.

Nuestro contacto se llama Paul Radford y es el principal motivo por el cual existe esta nota, que se entiende desde su triple rol: es abogado de profesión, vive el rugby con pasión y, quizás sin saberlo, tiene un talento natural como productor periodístico.

Con una mezcla equilibrada de capacidad investigativa y entrega incansable, consiguió documentos y material y nos facilitó testimonios que ayudaron a reconstruir la historia y resolver algunas de las contradicciones que mencionamos arriba. Aunque a la vez, el ejercicio de memoria colectiva también dejó en claro que el paso del tiempo y la subjetividad de los recuerdos potencian y magnifican algunos detalles por sobre otros.

Entre todas las voces que se brindaron por completo para rearmar la historia que une a un equipo con una ciudad, no se puede empezar por otra que no sea la de Col Harkness, en ese momento presidente del Comité Organizador del evento de la TDRU (Townsville and Districts Rugby Union).

Col cuenta que Townsville vivió esos días "en estado de excitación" y que el estadio de Hugh Street, que aún sigue en pie, "estaba colmado, debe haber habido unas seis mil personas". Y recuerda que en el seleccionado local, que abarca todo el estado excepto la ciudad de Brisbane, hubo al menos tres jugadores locales: Terry Shiels como pilar, Jeff Dillon de centro y Murray Smee de fullback.

Justamente, Jeff Dillon tiene un recuerdo similar: "Mucha gente fue al aeropuerto a recibir a Los Pumas, se escuchaba música argentina por las calles y se trataba de aprender sobre los visitantes, ya que se conocía muy poco de ellos y de su país; por ejemplo, se comparaba a los gauchos con los ganaderos de la región".

Paul agrega que, en esa época, las giras eran muy distintas y ayudaban al crecimiento del rugby local y a que el talento joven madurara de a poco.

"No solamente Los Pumas, también los All Blacks y los British Lions, entre otros, pasaron por la región, abrían sus prácticas y dejaban sus enseñanzas", dice con nostalgia. "Incluso, los jugadores más jóvenes tenían la chance de jugar los partidos de mitad de semana e ir foguéandose de a poco".

Col Harkness cuenta una anécdota que resume la camaradería que se generaba y el aprendizaje que se obtenía, a partir de una cena compartida y una charla sobre el scrum argentino.

"La noche antes del partido en Townsville, vinieron a comer a mi casa, entre otros, el entonces presidente de la UAR (Hugo Tozzi) y el entrenador de Los Pumas (Rodolfo O'Reilly)", relata. "Ya era bastante tarde cuando los convencimos de que nos mostraran cómo funcionaba la Bajadita... ¡y terminamos armando scrums en la cocina!".

EL SCRUM ARGENTINO, UN RECUERDO IMBORRABLE
Es que la Bajadita era tema de conversación obligado después de que fuera el arma clave para que Los Pumas se impusieran en el primer test en Brisbane. Col se acuerda del impacto que causó la técnica: "Jamás habíamos visto una posición tan baja ni un empuje coordinado tan efectivo".

Desde la Asociación de Referís de la TDRU hace su aporte Paul Martínez, cuyo padre naciera en Argentina, más precisamente en Trelew.

"Sin dudas, el de Los Pumas era el mejor scrum del mundo en ese momento", recuerda. "Fueron los primeros en anotar un try penal desde el scrum, cuando los Wallabies derrumbaron yendo sin freno marcha atrás".

Cuatro días después, Queensland Country ya estaba sobre alerta, y los recuerdos coinciden en que el pack local hizo muy buen trabajando neutralizando la Bajadita. Pero para Jeff Dillon, eso no impidió que los forwards argentinos impusieran sus condiciones.

"Nuestro pack se plantó con coraje, pero era bastante más chico", cuenta. "Y esa diferencia se hizo sentir con el correr de los minutos".

HUGO PORTA, UN MITO VIVIENTE
Si el scrum no marcó tanta diferencia, si el equipo local marcó tres tries contra solamente uno del lado argentino, entonces la pregunta se vuelve obligada: ¿dónde estuvo la diferencia que terminó inclinando el partido para el lado de Los Pumas?

Hay un primer intento de explicación que aparece en la primera plana del The Townsville Daily Bulletin, esbozada por el redactor y apoyada por una frase del entrenador de Queensland Country, Andy Purcell: los cinco intentos errados a los palos frustraron lo que hubiera sido un batacazo.

Pero ese motivo se cae rápidamente para dejar paso a una razón en la que todos coinciden: el botín derecho mágico de Hugo Porta.

De los 22 puntos argentinos, 18 llegaron por medio de sus patadas, con cinco penales y un drop. El try, si bien algunos se lo adjudican también a él, parece haber sido obra de quien jugara como medio scrum esa noche, Marcelo Larrubia, fallecido en 2019.

Pero claro, una actuación tan dominante como parece haber sido la de Porta admite algunas desviaciones de la memoria. Como adjudicarle un try que no hizo, o recordar que todos sus puntos llegaron en los últimos 20 minutos, e incluso mencionar que ingresó desde el banco en ese cuarto final para cambiar el rumbo de un partido que parecía perdido.

En principio, si le creemos al registro escrito, Argentina empezó perdiendo 8-0, pero pronto se recuperó para irse al descanso 13-8 arriba, una ventaja que luego estiró hasta 19-8, se redujo a 19-12 y se cerró con el último penal del 10 en 22-12.

Con esa progresión, Hugo Porta no habría entrado como salvador, sino que fue titular y capitán esa noche, como lo anunciaba el mismo diario en la previa.

Puede generar dudas que, habiendo jugado de entrada ese miércoles, habría jugado tres partidos completos en una semana, algo imposible en el rugby actual, pero común hace casi cuatro décadas. Lo prueba el hecho de que no habría sido el único: junto a él, repitieron Marcelo Loffreda, Gustavo Milano, Eliseo Branca y el "Topo" Rodríguez.

Los cinco jugaron el primer test un sábado, luego el duelo con Queensland Country el miércoles y el segundo test al sábado siguiente, en el que Australia se tomó revancha imponiéndose 29-13.

Pero como decíamos antes, el recuerdo se distorsiona y se agiganta cuando un jugador acapara el centro de la escena.

Jeff Dillon, por ejemplo, todavía tiene grabado el drop que clavó Porta en el segundo tiempo. Y con visión de árbitro, Paul Martínez recuerda una historia muy particular.

"Uno de los alas de QC tenía como misión mantener a Porta contenido, con tackles que siempre llegaban un poco a destiempo, un poco alto y otro poco en el aire", dice con cierta ironía, recordando algunas reglas un poco laxas de la época.

"Ya en el segundo tiempo, mucho después de una patada, este ala llegó nuevamente tarde al contacto", continúa. "Porta, ya harto, lo persiguió por todo el campo, hasta que su rival se escondió en un maul. El 10 se acercó a sus forwards, les dijo unas palabras, y hasta que terminó el partido, este ala no se le volvió a acercar".

Paul se disculpa y dice que como era un adolescente tiene recuerdos borrosos, pero lo que cuenta es una síntesis perfecta: "Íbamos ganando hasta que Hugo empezó a meterla desde todos lados".

Col Harkness también resume todo en una frase: "Si Porta no era tan conocido antes del partido, sin duda lo fue después y se convirtió en EL tema de conversación en toda la ciudad".

Greg Thorne, otro abogado con pasado rugbístico, que se perdió el partido por lesión, comparte un recuerdo similar: "Estuve ese día en Hugh Street y vi algo imposible de olvidar: Hugo Porta se adueñó del show, metiendo patadas desde lejos y desde todos los ángulos".

Jeff Dillon se sintió un privilegiado ese día: "Como era tradicional, intercambiamos camisetas tras del partido, y tuve la suerte de recibir la número 10 de Porta, con quien después compartimos un gran tercer tiempo".

Pasaron 38 años, pero los recuerdos están intactos. Cargados de subjetividad, pero con la fuerza de las experiencias que dejan huella tanto en las personas como en los grupos.

Como seguramente suceda este sábado en el North Queensland Stadium, cuando Townsville vuelva a vivir una jornada histórica, de esas que quedan grabadas en la memoria colectiva.

*Además de la ayuda invaluable de Paul Radford, un agradecimiento especial para otr@s que hicieron posible esta historia: Eduardo Morán, Sonia Morán, los "Townsvillians" que compartieron sus recuerdos y distintas personas y organizaciones que proveyeron material ilustrativo y de archivo.