Cada año escogemos diez peloteros que, por diferentes razones, serían interesantes de seguir en la temporada.

En algunos casos, se trata de jugadores jóvenes que mostraron destellos de su potencial y deberían dar un salto mayor hasta establecerse por completo como verdaderas estrellas en el mejor béisbol del mundo.

En otros, hablamos de veteranos que por una u otra causas, necesitan demostrar que aún les queda gasolina en el tanque para seguir adelante.

Estos son los diez peloteros a seguir en el 2020.

1.- Javier Báez (Chicago Cubs)

El puertorriqueño de los Cubs es sencillamente el pelotero más divertido de ver en todas las Grandes Ligas. Divertido y espectacular.

No por gusto lo apodan "El Mago". Siempre tiene un truco debajo de la manga, lo mismo con el bate, que con el guante o en el corrido de las bases.

Con 27 años recién cumplidos, posiblemente no hayamos visto todavía lo mejor de Javier Baéz.

2.- Ronald Acuña Jr. (Atlanta Braves)

¿Cuál es límite para el talentoso jardinero venezolano? ¿El cielo?

Acuña Jr. ha dejado claro su objetivo para la campaña del 2020: convertirse en el primer jugador 50-50 (50 jonrones y 50 bases robadas.

El año pasado, en su segunda temporada en las Mayores, se quedó a tres robos de ser el quinto pelotero 40-40.

La meta es difícil, pero con que sólo lo intente, ya valdrá la pena seguirlo día a día en su progreso.

3.- Luis Robert (Chicago White Sox)

Aunque nunca jugó en Grandes Ligas, todo el mundo del béisbol sabe quién fue Omar Linares, el cubano que desde su adolescencia fue codiciado por los cazatalentos como uno de los peloteros más completos que haya pisado jamás un terreno de pelota en cualquier nivel.

Bueno, según aseguran colegas que lo vieron desde sus inicios en la isla, Luis Robert es lo mejor que ha dado Cuba desde Omar Linares.

No debe haber sido por gusto que los White Sox le dieron una extensión contractual por $50 millones sin haber debutado aún en las Mayores.

4.- Luis Arráez (Minnesota Twins)

Si lo que mostró en el 2019 es real, el segunda base venezolano de los Twins es un firme candidato a ganar el título de bateo de la Liga Americana.

Arráez tuvo average de .334, con 109 imparables en 326 turnos, apenas un punto menos que Tim Anderson, el líder de los bateadores del joven circuito, aunque sin las veces requeridas.

Su promedio de embasamiento fue de .399, con un slugging de .439. El 23 por ciento de sus hits fueron extrabases (20 dobles, un triple y cuatro jonrones) y recibió más boletos (36) que ponches (29).

5.- Félix Hernández (Atlanta Braves)

Es difícil creer que uno de los mejores lanzadores que ha tenido las Grandes Ligas en lo que va de siglo XXI esté acabado a los 33 años.

Lo cierto es que desde que cumplió 30 fue como si le hubieran apagado un interruptor, pues en sus tres últimas campañas tuvo récord de 15-27 y efectividad de 5.42 en 314 entradas, mientras que en sus primeras 12 temporadas dejó balance de 154-109 y promedio de limpias de 3.16.

Tal vez lo que necesitaba el venezolano era cambiar de aires, después de jugar 15 contiendas en Seattle.

Quizás lo veamos incluso lanzar en playoffs, la asignatura pendiente en la carrera del Rey Félix.

6.- Miguel Cabrera (Detroit Tigers)

¿Alguien duda que Miguel Cabrera es un futuro miembro del Salón de la Fama?

Con los números que tiene, ya debería alcanzarle para la inmortalidad, pero las cifras redondas llaman más la atención y Cabrera podría llegar en esta misma campaña a los 3,000 hits, 500 jonrones, 1,700 carreras impulsadas, 1,500 anotadas y 600 dobles.

Para ello necesita estar saludable y jugar en al menos 140 partidos, para acumular los 185 imparables, 23 bambinazos, seis remolcadas, 71 anotadas y 23 biangulares que les faltan para esos números cerrados.

7.- Yoenis Céspedes (New York Mets)

El cubano le ha robado hasta ahora el dinero a los New York Mets. En sus tres primeros años de un contrato de cuatro cobró 73 millones de dólares y apenas participó en 119 partidos (81 en el 2017, 38 en el 2018 y ninguno en el 2019).

El equipo consiguió una notable rebaja del salario que devengaría Céspedes en el 2020, al bajar de 29 a seis millones, más incentivos.

El pelotero llegó a los campos de entrenamiento más cerrado que una tumba, negado a conceder entrevistas y dispuesto a que su bate hablara por él en la temporada.

Luego suavizó y dijo a los medios su disposición a estar listo para el Día Inaugural y recuperar todo el camino perdido.

El talento le sobra, aunque la salud no lo ha acompañado y ya son 34 años en las costillas.

Si está saludable y logra ser el pelotero que fue, será de gran ayuda para los Mets y una diversión ver de nuevo sus kilométricos jonrones y certeros disparos desde los jardines.

8.- Chris Sale (Boston Red Sox)

El zurdo Chris Sale tuvo en el 2019 la peor temporada de su carrera, con registro de 6-11 y efectividad de 4.40.

Desde que se estableció como un abridor estelar en el 2012, nunca tuvo números tan bajos en aperturas (25) e innings lanzados (147.1).

De hecho, se perdió por primera vez en ocho años ser invitado al Juego de las Estrellas.

Los Boston Red Sox esperan desesperadamente un rebote de su astro, sobre todo después de ceder al también zurdo David Price a Los Angeles Dodgers y pasarse de tacaños en el arbitraje salarial con el venezolano Eduardo Rodríguez, hecho que podría haber dañado la relación entre el pitcher y el equipo.

9.- Gerrit Cole (New York Yankees)

El pitcher mejor pagado de la historia tiene ahora la oportunidad de hacer realidad un sueño de su infancia: jugar para los Yankees.

Ahora bien. No es lo mismo lanzar en Yankee Stadium que en el Minute Maid Park. No es lo mismo encabezar la rotación del equipo más emblemático de todas las Grandes Ligas, que ser el segundo de los Houston Astros, con Justin Verlander por delante.

Pero hoy mismo, Gerrit Cole es tal vez el mejor lanzador que hay y tiene por delante el reto adicional de liderar a un grupo que ya perdió a Luis Severino por toda la campaña y a James Paxton por las primeras semanas de temporada.

10.- Los Houston Astros

No es uno, sino varios. José Altuve, Carlos Correa, Alex Bregman, George Springer, Yuli Gurriel ...todas las principales figuras de Houston estarán bajo la lupa este año.

Nadie duda de su talento, pero muchos queremos ver si sus números anteriores son legítimos y si pueden repetirlos en el 2020, sin trampas, ni ayudas adicionales.

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Parecía que Miguel Cabrera superaría sin problemas las barreras de los 3,000 hits y 500 jonrones, cifras que usualmente representan un pasaporte sellado hacia el Salón de la Fama de Cooperstown.

Hoy el camino hacia esas cifras luce cuesta arriba.

Cabrera sufrió ruptura del tendón de su bíceps izquierdo, al fallar un swing ante Jake Odorizzi, de los Mellizos de Minnesota. Un examen de resonancia magnética posterior reveló la gravedad de la lesión, que requerirá cirugía y dejará fuera de acción hasta el 2019 al mejor bateador de las Grandes Ligas en los últimos 15 años.

El venezolano, quien desde el día de su debut con los Florida Marlins en el 2003 pareció destinado a la grandeza, fue además, a lo largo de sus primeras 14 campañas un hombre de hierro, al participar en al menos 150 partidos en 11 de ellas.

Esa salud envidiable (o voluntad para salir al terreno aun con molestias menores), unida a sus extraordinarias habilidades para pegarle a la pelota, le permitieron acumular año tras año números de lujo, que tuvieron su clímax en el 2012, cuando se convirtió en el primer bateador en más de cuatro décadas en conseguir la Triple Corona de bateo.

Pero con la edad comenzaron a llegar las lesiones para el dos veces Jugador Más Valioso y en cuatro ocasiones campeón de los bateadores en la Liga Americana.

En el 2015, con 32 años, se perdió 43 partidos. El 2017 fue el peor de su carrera, pues tuvo que lidiar con molestias recurrentes que limitaron su acción a 130 encuentros, en los que bateó apenas para .249, con 16 jonrones. En el 2018 ya había estado una vez en la lista de inhabilitados y al momento de su infortunado swing al aire, bateaba para .299, con solamente dos bambinazos.

Ahora mismo, el venezolano tiene 2,676 imparables y 465 vuelacercas, con lo que le faltarían 324 hits para los 3,000 y 35 jonrones para los 500.

De la manera en que ha bajado su ritmo productivo, debería estar alcanzando ambos logros para finales de la temporada del 2020, a menos que las lesiones vuelvan a jugarle una mala pasada, lo cual es cada vez más probable.

A su favor tiene el tiempo que le resta de su actual contrato, otro de esos disparatados pactos de más de 200 millones que la gerencia estará lamentando cada día hasta el 2023.

El implacable paso del tiempo ha convertido a Cabrera en un jugador mortal, común y corriente con lógica tendencia a la baja, a quien se le deben todavía nada menos que 154 millones de dólares, con dos improbables opciones para el 2024 y 2025, que pudieran elevar la cifra hasta 214 millones.

Con semejante deuda, el futuro de los Detroit Tigers está hipotecado por los próximos diez años, como si se estuvieran viendo en el espejo de Los Angeles Angels de Albert Pujols.

Pero incluso, en el peor de los panoramas, aunque no consiguiera llegar a los tres mil hits y 500 jonrones, no creo que por una cuestión de cifras exactas alguien pueda cuestionarle su entrada al Salón de la Fama a quien dominó como nadie el arte del bateo en los últimos 15 años.

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Cuando debutó con los Florida Marlins por la puerta grande en el 2003, al venezolano Miguel Cabrera comenzaron a apodarlo Baby Pujols, por su similitud con el toletero dominicano Albert Pujols, que dos años antes había irrumpido en las Mayores con la fuerza de un huracán de categoría cinco con los Cardenales de San Luis.

Pero no pasó mucho tiempo para que el mote de Baby Pujols pasara al olvido y Cabrera, a fuerza de batazos, comenzara a forjarse su propio nombre. Con características similares, capaces de batear para altos promedios y fuerza bestial, ambos pasaron por los jardines y la tercera base, para terminar en la inicial como antesala a una eventual función de bateadores designados, cuando lo mande el Padre Tiempo.

El dominicano en su temporada 17 y el venezolano en su decimoquinta ya tienen méritos sobrados para ser considerados los dos mejores bateadores latinos que han pasado por las Mayores.

La pregunta es ¿cuál ha sido mejor?

En sus primeras diez campañas, Pujols lo ganó todo. Novato del Año de la Liga Nacional (2001), dos anillos de Series Mundiales (2006 y 2011), tres premios de Jugador Más Valioso del viejo circuito (2005, 2008 y 2009), una corona de bateo (2003), dos de máximo jonronero (2009 y 2010), una de campeón impulsador (2010). En ese lapso logró mantener establemente registros superiores a los .300 de average, 30 cuadrangulares y las 100 remolcadas y la primera vez que falló en conseguir el doblete, en el 2011, se quedó a una empujada del centenar y su promedio fue de .299.

Con 32 años de edad, en el 2012 firmó un contrato de 240 millones con Los Angeles Angels y aunque comenzó un declive gradual de sus números, en gran medida por la aparición de lesiones y molestias, mantuvo una contundencia que ya quisieran para sí la mayoría de los mortales.

Sin contar las cifras de este año, en 2,426 juegos, el quisqueyano tuvo 9,132 turnos al bate, en los que conectó 2,825 hits, para un average de .309. Como extrabases acumuló en sus primeras 16 temporadas 602 dobletes, 16 triples y 591 cuadrangulares. Anotó 1,670 carreras y remolcó 1,817. Se ponchó 1,053 veces y negoció 1,214 bases por bolas. Se robó 107 almohadillas y fue capturado en el intento 41 veces.

Está cada vez más cerca de los exclusivos clubes de los 600 bambinazos, los 3,000 imparables y las dos mil impulsadas y cuando se retire, sólo será cuestión de esperar los cinco años reglamentarios para caminar orgulloso sobre la alfombra roja al entrar al Salón de la Fama de Cooperstown.

Por su parte, Cabrera también debutó a lo grande y en su primer juego en las Mayores, en partido interligas ante los Devil Rays de Tampa Bay, decidió con jonrón en el undécimo episodio para dejar al campo a los rivales.

Ese año 2003 fue pieza clave en el triunfo de los Marlins en la Serie Mundial ante los Yankees de Nueva York y por las siguientes cuatro temporadas que pasó en Miami estaría presente siempre en los Juegos de las Estrellas, aunque sus resultados más extraordinarios llegarían al cambiar de aires en el 2008, cuando fue canjeado a los Tigres de Detroit.

Fue en la Ciudad Motor donde el venezolano alcanzaría su mayor dimensión: cuatro títulos de bateo (2011, 2012, 2013 y 2015), dos como máximo jonronero de la Liga Americana (2008 y 2012), dos como campeón impulsador (2010 y 2012), siete visitas más a Juegos de Estrellas, dos veces Jugador Más Valioso (2012 y 2013) y cinco Bates de Plata, premio que ya había obtenido en dos oportunidades con los Marlins.

Fue también en Detroit donde firmó un contrato de 240 millones de dólares, al igual que Pujols, aunque por dos años menos, lo cual obviamente le reporta más dinero por campaña.

El pacto expira en el 2023, aunque el equipo tiene opción de extenderlo hasta dos años más, al 2025.

Antes de arrancar la presente campaña, el poderoso venezolano sumaba 2,096 partidos, en los que había pegado 2,519 hits en 7,853 turnos, para un average de por vida de .321.

Entre sus imparables hay 523 dobletes, 17 triples y 446 cuadragulares, había pisado el plato en 1,321 ocasiones y remolcado 1,553 carreras. Acumulaba 1,011 boletos y 1,516 ponches, con 38 bases robadas en 58 intentos.

Ocho veces ha logrado combinarse para average superior a .300, con 30 o más jonrones y más de un centenar de impulsadas.

Su momento de mayor lustre fue en el 2012, al convertirse en el primer bateador en conseguir la Triple Corona desde que lo hiciera Carl Yaztrzemski 45 años antes, en 1967.

Con 34 años de edad, a Cabrera le restan al menos seis campañas más para seguir engordando sus números rumbo a Cooperstown.

¿Pujols o Cabrera? ¿A quién elegir si uno fuera gerente general de un equipo y tuviera que escoger entre ellos dos en el draft?

"¿A quién escogería si fuera gerente general? Por suerte no lo soy y así no tengo que elegir. No podría", opinó por su parte el venezolano José Altuve, segunda base de los Astros de Houston.

"Uuyyyyy, qué pregunta esa tan difícil, hombre", dijo el segunda base de los Bravos de Atlanta, Brandon Phillips, rascándose la cabeza. "Estamos hablando de dos de los mejores que han pasado por este juego, muy similares, que van a ir ambos al Salón de la Fama. No sé...¿tengo que escoger uno? ¿No puedo tenerlos a los dos?... Creo que Albert, me llevaría a Albert", escogió Phillips.

"Pujols, definitivamente. Las cosas que hizo en San Luis esos 11 años no creo que las haya hecho mucha gente. Cuando yo llegué a las Grandes Ligas en el 2008 con los Cardenales él estaba allí y lo vi de cerca. Miguel ha sido otro gigante, pero me quedo con Pujols", opinó por su parte el lanzador zurdo mexicano Jaime García, ahora con los Bravos.

También coincidiendo con García, el colombiano Julio Teherán se decantó por el dominicano. "Sin restarle méritos a Cabrera, Pujols no sólo ha sido el mejor latino, sino uno de los más grandes bateadores en la historia de las Mayores".

"¿Por qué me haces eso? ¿Por qué me pones a escoger?", se preguntó Nick Markakis, jardinero de Atlanta. "Estuve nueve años con Baltimore y pude verlos mucho en la Liga Americana. Ambos son extraordinarios, aunque me quedaría con Cabrera.

"A los dos. Me los llevaría a los dos. O quizás lanzaría una moneda al aire y lo dejaría a la suerte. Cualquiera que escogiera saldría ganando", consideró Brian McCann, receptor de Houston.

"Miggy. Me voy con Miggy", dijo su compatriota Marwin González, de los Astros.

Y usted, ¿a quién escogería? Se lo dejo de tarea.

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En las nuevas instalaciones del complejo primaveral de Lakeland, la casa de los Tigres de Detroit, se respira un ambiente muy fresco durante esta primavera, y sobre todo cuando nos acercamos al casillero del referente ofensivo de este equipo, Miguel Cabrera.

El ganador de la triple corona hace sentir su alegría contagiosa acompañada de un halo de optimismo que se percibe en el camerino de los felinos.

"Con mucho animo y mente positiva trataremos de mantenernos sanos en la temporada. Yo pienso que eso es lo primordial para nosotros" dijo el nativo de Maracay cuando contempla el escenario de la División Central en la Liga Americana.

En 2016 esta zona del joven circuito vio emerger de nuevo a una franquicia que durante la década de los 90 gozó de muchos éxitos aunque no pudo conseguir el titulo, los Indios de Cleveland, equipo que junto a Kansas City y Detroit lucen en el papel como los candidatos para luchar por el banderín.

"Como siempre nos dijo Jim Leyland, para ganar la división hay que ganarle a los rivales de la misma. Yo creo que los juegos que perdimos contra Cleveland el ano pasado fueron la clave para que no pudiéramos ganar la división", declaró el cuatro veces campeón bate para las plataformas digitales de ESPN.

La primavera de 2017 tambien es especial para Cabrera porque tiene otra responsabilidad de gran peso, el Clasico Mundial de béisbol. Este evento tiene un significado de gran importancia para los países de habla hispana, y Cabrera es el líder de los jugadores de la selección de Venezuela en todos los aspectos.

"El Clasico significa muchísimo porque la motivación no es por lo que yo haga en el terreno de juego, sino la motivación que yo les vaya a brindar en el terreno, antes de los juegos y en las practicas en Arizona. Lo mas importante es la confianza que podamos tener entre nosotros, y la hay", remato el toletero venezolano sobre el equipo vinotinto que jugara la cuarta edición de la cita mundialista del béisbol.

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El primer zumbido justo después de que la temporada terminó fue que los Medias Blancas de Chicago y los Detroit Tigers podrían convertirse en vendedores esta temporada baja, y escucharían ofertas por todos sus jugadores, incluso por las estrellas. Bueno, ahora conozca a los primeros pretendientes para esas estrellas.

Los Medias Rojas de Boston, Astros de Houston y Dodgers de Los Ángeles están bien posicionados y deseosos de hacer una carrera por los mejores jugadores de los Medias Blancas y Tigres. El presidente de los Medias Rojas, Dave Dombrowski, dijo que le encantaría traer a Chris Sale, Justin Verlander o Miguel Cabrera si pudiera hacerlo sin renunciar a Yoan Moncada o Michael Kopech en los paquetes de prospectos fuertes. Mientras tanto, los Astros se comprometen a aterrizar un bate del centro de la alineación como Cabrera, y los Dodgers necesitan un slugger diestro y ya han sido vinculados con el jardinero de los Tigres J.D. Martínez.

Una cosa es segura: los tres equipos tienen suficiente en el departamento de prospectos para adquirir a uno de estos jugadores de impacto esta temporada baja.


Planes de los Nacionales

(1) Los Washington Nationals están comprometidos a adquirir un cerrador de impacto y harán un gran esfuerzo por sumar a Kenley Jansen, Aroldis Chapman o re-firmar a Mark Melancon. También tratarán de persuadir a los Indios para que negocien a Andrew Miller por un paquete de prospectos de pitcheo.

(2) A los Nacionales les encanta el guante, el brazo y el poder de Danny Espinosa, pero ellos han renunciado a su bate. Están considerando mover a Trea Turner, que se está convirtiendo en uno de los mejores bateadores del juego, de nuevo a su posición original de campo corto.

(3) También esperan hacer otra carrera por el jardinero Yoenis Céspedes, a quien pondrían a jugar en el jardín central por el primer año del contrato y luego lo moverían a la pradera izquierda cuando el contrato de Jayson Werth expire después de la próxima temporada.

(4) Los Nats también están pujando por obtener a Chris Sale. Imagínense una rotación de Max Scherzer, Sale y Stephen Strasburg la próxima temporada.

Hablando de Strasburg, me dijeron que hace un año en este momento ellos se lo ofrecieron a los Dodgers a cambio del paracorto estrella Corey Seager. Los Dodgers lo rechazaron y se alegraron de haberlo hecho.


¿Tiempo de Otani en 2018?

Los equipos están babeando por la posibilidad de que el lanzador y jardinero derecho japonés Shohei Otani, de 22 años, esté llegando a la MLB la próxima temporada baja cuando se convierta en agente libre. El derecho tiene una bola rápida 95-99 mph con una curva aniquiladora, una slider y una splitter. Tuvo un récord de 10-4 el año pasado con una efectividad de 1.87, y también tiene un bate de poder con 20-25 jonrones, lo que lo hará intrigante para los equipos de la Liga Nacional. Los Dodgers en particular están interesados y lo han estado deseando durante años.

Muchos analistas están proyectando que Otani acabará siendo el jugador japonés mejor pagado en la historia del béisbol si decide venir a los Estados Unidos.

Grandes contrataciones en oficinas centrales

A menudo vemos a algunos llamativas contrataciones para las oficinas centrales en este punto cada temporada baja, pero los Mellizos de Minnesota, Diamondbacks de Arizona y Rockies de Colorado la sacaron del parque con sus recientes decisiones de personal.

Los Mellizos aterrizaron un fuerte dúo de ejecutivos en el presidente Derek Falvey y VP/GM Thad Levine. La experiencia de Falvey bajo el CEO de Blue Jays, Mark Shapiro, y el presidente de los Indios, Chris Antonetti, lo preparó para trabajar bajo los difíciles parámetros financieros de operar en Minnesota, y Levine aporta profesionalismo y ha sido comparado con un joven John Schuerholz. Falvey y Levine han estado bien preparados en dos organizaciones altamente exitosas para dar vuelta a los Mellizos rápidamente de la manera correcta. Van a cambiar la cultura de los Mellizos dramáticamente para mejor con la combinación perfecta de análisis y scouting.

Mientras tanto, la contratación de los Diamondbacks del VP/GM Mike Hazen y la posterior contratación del manager Torey Lovullo fue un cambio importante de la historia previa de contrataciones del equipo, y fueron capaces de desembarcar un combo GM/manager que podría terminar recibiendo una década de ejecución con el club. Hazen es considerado el mejor ejecutivo salido de Boston que no se llama Theo Epstein, y Lovullo se probó a sí mismo hace un año pilotando a los Medias Rojas, entonces en el último lugar, a un récord de 28-20 después de que John Farrell se retiró para recibir tratamiento contra el cáncer.

La relación Hazen-Lovullo data de sus días con los Indios, y la relación entre GM y manager es uno de los aspectos más subestimados en el deporte. Cuando dos grandes trabajan juntos -como Brian Sabean de los Gigantes y Bruce Bochy, o Bobby Cox de los Bravos y John Schuerholz, o David Dombrowski y Jim Leyland de los Marlins y Tigres- puede ser mágico.

En cuanto a los Rockies, el GM Jeff Bridich conectó un jonrón cuando consiguió que Bud Black dirigiera el equipo. Por último, Colorado ha contratado a alguien con un profundo conocimiento de pitcheo, que es justo lo que el equipo necesita. Tienen la ofensiva y la defensa para ser un equipo de postemporada y ahora han desarrollado suficiente pitcheo para ser contendientes el próximo año. Black es fenomenal en la manipulación de su personal de pitcheo y un gurú en ganar juegos por diferencia de una carrera. Si alguien puede hacer el trabajo de lanzamiento en el refugio del bateador Coors Field, es negro. Como he escrito antes en este espacio, el manager de los Dodgers Dave Roberts me contó esta postemporada, Black ha sido más influyente para él que cualquier otro manager con el que haya trabajado. Por supuesto, agregó que no quería que Black tomara un trabajo en un club del oeste de la Liga Nacional, pero sólo le queda tener que lidiar con esto.

Los Rockies son ahora mi elección para emerger como un contendiente sorpresa en 2017.


Posiciones, posiciones

Los agentes libres Ian Desmond y José Bautista están diciendo a los equipos que jugarán en cualquier lugar que los equipos quieran que estén, ya que ambos peloteros están más preocupados por conseguir el mejor trato posible. Desmond está abierto a jugar la pradera central o al campo izquierdo o, incluso, al regreso al campo corto, mientras Bautista ha dejado claro que jugará en el jardín derecho o izquierdo, o incluso en la primera o la tercera base.


Más zumbidos

Los Astros están comprometidos a mejorar el equipo lo suficiente para ponerlos en posición de superar a los Rangers de Texas el próximo año, y con Colby Rasmus y Pat Neshek ya fuera de los libros, están buscando un bate de impacto en la primera base o el jardín izquierdo. Ellos han estado conectados al agente libre Edwin Encarnación y a Miguel Cabrera si los Tigres deciden cambiarlo.

El gerente general de los Yankees de Nueva York, Brian Cashman, ya ha sido vinculado a varios agentes libres, incluyendo a Aroldis Chapman y Kenley Jansen, y al lanzador Rich Hill, y está dispuesto a hablar con los clubes sobre un comercio exitoso, pero él está dando a los ejecutivos rivales la impresión de que quiere aferrarse a la mayoría de sus mejores prospectos, que ha trabajado duro para obtener. Podría tener sentido para los Yankees negociar al veterano jardinero Brett Gardner para adquirir un lanzador abridor si pueden firmar a Céspedes para que juegue en el jardín izquierdo. También podrían preguntar sobre Edwin Encarnación, que les daría un bate de poder que tan desesperadamente necesitan para ayudar a desarrollar a sus jóvenes bateadores. Estos son algunos grandes nombres que se lanzan alrededor, lo que demuestra que el equipo está listo para agregar algunos jugadores veteranos a su grupo de estrellas y prospectos.

Volviendo a los Dodgers, les gustaría retener al tercera base Justin Turner, pero no con números al nivel del contrato de Pablo Sandoval. También le gustaría traer de vuelta a Rich Hill, pero el zurdo titular ha dicho que le gustaría regresar a la costa este si es posible. Esta será probablemente la temporada baja que Yasiel Puig finalmente sea cambiado, y probablemente parta con los veteranos Howie Kendrick y Chase Utley (aunque este último es el jugador favorito de todos los tiempos de Andrew Friedman). Los Dodgers también están comprometidos con la re-firma de Jansen o traer a Chapman.

Los Cardenales van a hacer un juego completo por el jardinero central Dexter Fowler, a quienes gustaría robárselo a Cachorros un año después de que éstos tomaron de ellos a Jason Heyward y John Lackey. Las cartas entonces moverían a Randal Grichuk al campo izquierdo, donde está mejor adaptado defensivamente. Los Cardenales van a confiar la primera base a Matt Carpenter, y esperan que la estabilidad en el interior ayudará a su defensa a mejorar el próximo año después de un año en el que tuvieron suplentes en el trabajo en todo el campo debido a lesiones.

A los Marineros les encantaría firmar al primera base Mike Napoli, mejorar una posición de la esquina del cuadro y mejorar su profundidad de bullpen. Tienen un montón de lanzadores de calidad en los niveles superiores de su sistema de granjas y están dispuestos a negociar algo de ello. No tendrán tantos movimientos esta temporada baja como lo hicieron el año pasado, pero algunos movimientos de calidad podrían hacerlos un mejor contendiente de playoff el próximo año.

Los Bravos de Atlanta estaban tan alentados por su juego en la segunda mitad que esperan contender antes de la línea de tiempo esperada. Los Bravos, que abrirán su nuevo estadio en abril, se comprometen a agregar un lanzador abridor probado y un receptor defensivo de impacto esta temporada baja y son un equipo para ver tanto en los canjes como a través de la agencia libre. No les gusta el contrato del veterano cátcher de los Yankees, Brian McCann, ni el precio de venta del agente libre Matt Wieters, por lo que podrían conformarse con el excatcher de los Astros Jason Castro o con el lesionado Wilson Ramos.

Los Medias Rojas sienten que Carlos Beltran sería un buen jugador en un contrato de un año, y prefieren no firmar otro contrato a largo plazo con un jugador de posición hasta que puedan cambiar el contrato de Pablo Sandoval el próximo año. La habilidad de batear de Beltran es importante para los Medias Rojas, ya que les gustaría reemplazar a David Ortiz con un bateador que puede batear a la zurda. Sus objetivos primarios, sin embargo, están en agregar un lanzador abridor de elite y mejorar el bullpen.

Los Marlins continúan ofertando al jardinero izquierdo Marcell Ozuna como al campo corto Adeiny Hechavarría por un económico pero efectivo pitcher abridor. El problema es que los equipos que tienen ese tipo de pitcheo o no quieren cambiarlo o no tienen una necesidad en esas posiciones. Los Marlins saben que tienen los jugadores de posición para llegar a la postemporada, pero deben de alguna manera encontrar una manera de mejorar su rotación, lo que tuvo un golpe desafortunado con la muerte de uno de los mejores del juego: el cubano José Fernández. Esta será una importante temporada baja para los Marlins.
Si los Tigres de Detroit deciden deshacerse del venezolano Miguel Cabrera podría caerles una maldición como la que sufrieron los Medias Rojas de Boston cuando vendieron a los Yankees de Nueva York a Babe Ruth.

La torpeza de soltar al mejor pelotero de la historia le costó a Boston una sequía de 86 años.

Ahora los Tigres han anunciado su interés de salir del mejor bateador de las Grandes Ligas en la última década, a quien le dieron una extensión contractual por ocho temporadas y 240 millones de dólares, que comenzó en el 2016 y concluirá en el 2023, cuando el toletero venezolano tenga 40 años de edad.

En la recién concluida campaña, Cabrera demostró de lo que es aún capaz cuando está saludable.

En 158 partidos disparó 188 hits, 31 de ellos dobletes y 38 vuelacercas, con 108 carreras impulsadas y 93 anotadas.

Su promedio fue de .316 y participó en su undécimo Juego de Estrellas.

Es muy posible que para cuando lleguen los dos o tres años finales del pacto sus aptitudes hayan mermado, aunque luego de ver la temporada de retiro que acaba de tener el dominicano David Ortiz, Cabrera se merece el beneficio de la duda.

El equipo que decida acceder a sus servicios probablemente deberá absorber, sino el 100 por ciento de su contrato, una buena parte de él, además de deshacerse de valiosos prospectos que comprometerían su futuro.

Pero claro que hay que soltar prendas de lujo. Estamos hablando de un hombre que no parece entrar aún en su curva descendente de rendimiento y que en 14 campañas en las Mayores acumula 2,519 hits, 446 jonrones y 1,553 remolcadas.

En su hoja de servicios se incluye una Triple Corona y otros cuatro títulos de los bateadores, además de exhibir un promedio de por vida de .321, el más alto entre todos los peloteros activos.

Detroit está en plan de reconstrucción y no es solamente Cabrera el que está en vidriera para cortejar el mercado.

El estelar derecho Justin Verlander, quien renació en el 2016 y es uno de los tres finalistas al premio Cy Young de la Liga Americana, el poderoso jardinero cubanoamericano J.D. Martínez y el veterano bateador designado venezolano Victor Martínez están también en venta, convirtiendo a los Tigres, de sempiterno aspirante al banderín divisional a candidato al sótano junto a los Mellizos de Minnesota.

De hecho, la gerencia de Detroit ha dicho que todo el mundo es prescindible, por lo que hasta Ian Kinsler, ganador del Guante de Oro en la segunda base, podría hacer las maletas, como ya las hizo prematuramente el jardinero central Cameron Maybin rumbo a Angelinos de Los Angeles.

Por lo pronto, en el caso de Cabrera, ya los Astros de Houston han expresado interés en hacerse de sus servicios.

Y cuidado con Houston si eso ocurre. No vaya a ser que les pase lo mismo que a los Yankees en los años 20 del pasado siglo, cuya suerte cambió para bien con la llegada del Bambino y desde entonces atesoran 27 trofeos en sus vitrinas.

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El martes, Miguel Cabrera conectó su 35º cuadrangular y remolcó cinco anotaciones para elevar su total en la temporada 100. Lideró a los Tigres de Detroit a una paliza 12-0 sobre los Indios de Cleveland que colocó a los Tigres a un juego de los Orioles de Baltimore por el segundo comodín de la Liga Americana. Ellos se enfrentarán de nuevo este miércoles (7 p.m. ET, ESPN/WatchESPN).

Esta es la 12ª temporada de Cabrera con al menos 100 empujadas, empatado en quinto puesto en la lsita de todos los tiempos. Solo Lou Gehrig, Jimmie Foxx, Alex Rodríguez y Albert Pujols tienen más.

Temprano en la temporada era cuestionable si Cabrera podía llegar a las 100 impulsadas. Antes del receso del Juego de Estrellas tenía 53, el segundo total más bajo de su carrera (excluyendo su temporada de novato en 2003 cuando debutó en junio). Desde el receso, Cabrera ha traído al plato 49 carreras en 66 juegos, y realmente le ha dado vuelta a las cosas en el plato.

Cabrera lidera la Liga Americana con OPS de 1.025 en la segunda mitad, y además está entre los primeros cinco en la liga en promedio de bateo (.336), OBP (.412) y slugging (.607). ¿Cómo lo ha hecho? Una mirada a un par de factores:

Éxito ante lanzamientos quebrados

Cabrera no se quedó atrás ante lanzamientos quebrados en la primera mitad, con promedio de .299, en 14º puesto entre los bateadores calificados y muy por encima del promedio de Grandes Ligas de .242. Sin embargo, él ha llevado sus números a un nuevo nivel desde el receso del Juego de Estrellas.

En la segunda mitad, Cabrera batea .404 en turnos que terminan en lanzamiento quebrado, 30 puntos más que el siguiente bateador calificado (Nolan Arenado). Cabrera tiene OPS de 1.126 ante lanzamientos quebrados, que es además el mejor en las mayores. El promedio de la liga es de .686 en ese mismo periodo.

En particular, Cabrera ha tenido éxito ante lanzamientos quebrados. Batea .460 en la segunda mitad en turnos que han terminado con un lanzamiento quebrado; el bateador calificado más cercano es .387 (Yadier Molina). El OPS de Cabrera de 1.263 en turnos que terminaron con lanzamiento quebrado en la segunda mitad también es la máxima cifra en las mayores.

Una gran razón es que Cabrera tiene una tasa de 29.7 por ciento de pelotas bateadas duras ante lanzamientos quebrados en la segunda mitad. El promedio de Grandes Ligas para bateadores calificados es de 12.0 por ciento. De las pelotas quebradas que Cabrera ha puesto en juego en la segunda mitad, 37.3 por ciento de ellas han sido líneas, la tasa más alta en las mayores.

La mejoría en su tasa de pelotas bateadas duro no solo se limita a lanzamientos quebrados. Cabrera tiene un promedio general de pelotas bateadas duro de 22.6 por ciento en la segunda mitad, el cuarto mejor en la segunda mitad entre bateadores calificados. En la primera mitad fue de 18.9 por ciento, lo que lo ubicó en el puesto 54.

Estar atrás en el conteo no es problema

Cabrera siempre ha sido un bateador peligroso independientemente del conteo. En las últimas cinco temporadas batea .302 luego de que el conteo llega a 0-1, la segunda mejor tasa entre los bateadores calificados.

En la primera mitad en esta temporada, tuvo problemas según sus estándares en lo que parecían conteos de lanzadores (0-1, 0-2, 1-2, 2-2), bateando .247 en turnos que terminan en esos conteos.

En la segunda mitad, ha vuelto a ser el de antes, bateando .333 en turnos que terminan en conteos de lanzadores, el segundo mejor en la Liga Americana y el quinto mejor en las mayores.

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Si Miguel Cabrera es el mejor bateador de beisbol hoy en día, como sus propios colegas afirman, ¿es el primera base indiscutible en la alineación ideal de América Latina?

Es una pregunta capciosa. Ciertamente, el venezolano no es igual de reconocido por su ofensiva que por su guante, ciertamente, y viene de completar su temporada menos productiva desde que saltó al estrellato con los Marlins de Florida Marlins, hace más de una década.

Esa cosecha, aun siendo baja para sus estándares, cerró con el título de bateo de la Liga Americana, el mejor promedio de embasado del circuito y un robusto OPS de .974, mejor incluso que el que consiguió en 2014.

Cabrera es un adversario formidable. En sus peores torneos ha puesto los números que ya quisieran haber logrado alguna vez la mayoría de los grandeligas.

¿Entonces? ¿Lo ponemos junto al receptor puertorriqueño Yadier Molina como parte del lineup soñado del beisbol latinoamericano actual? ¿O como ocurre con Molina y el venezolano Salvador Perez entre los catchers, hay alguien que le disputa la supremacía?

LA HUELLA DE PUJOLS, LA PROMESA DE ABREU

Hace 10 años no existía duda. El dominicano Albert Pujols era el rey, no sólo de la posición, sino de las mayores. Era el principal productor de la MLB, con promedio, empujadas y jonrones.

Pujols impulsó 100 carreras en sus primeras 10 campañas en las Grandes Ligas, sacudió 30 vuelacercas en sus primeras 12 zafras y bateó sobre .300 entre 2001 y 2010.

"Es uno de esos peloteros que aparecen una vez por cada generación", sostuvo hace poco el manager de los Ángeles, Mike Scioscia. "No hay duda de que él es quien marca la meta a emular por todos, tanto por lo que hace en la caja de los bateadores como por su defensa. Es un primera base con Guante de Oro, con números increíbles".

Es cierto. Pujols ha sido premiado dos veces por su buen mascotín y ya es uno de los mejores bateadores de todos los tiempos. Pero acaba de cumplir 36 años de edad, en enero, y empieza a recorrer la última curva de su estupenda carrera.

Hoy no se compara con Cabrera. Dejó una línea ofensiva de .244/.307/.480 en 2015, contra .338/.440/.534 del venezolano, aunque el poder floreció, con 40 bambinazos.

El gran mérito del nativo de Santo Domingo está en lo que ya ha hecho con el madero. Ha sacado 560 pelotas del parque. Ha llevado 1.698 rayitas al plato. Su average de por vida es de .312, con .977 de OPS. Su OPS ajustado es 59 por ciento mejor que la media de la MLB. Brillante.

El cubano José Abreu asomó hace dos años como el nuevo contrincante de Cabrera, ante el declive del gran quisqueyano.

Su estreno en la gran carpa fue clamoroso. Fue el Novato del Año en la Americana en 2014, con una línea de .314/.383/.581, más 36 vuelacercas y un OPS de .964. Aunque bajó ese rendimiento en su segundo torneo, sigue siendo una fuerza, a sus 28 años de edad.

"Su poder es lo que le da más notoriedad", admitió el gerente general de los Medias Blancas, Rick Hahn. "Pero él es un toletero completo. Tiene la habilidad para ajustarse y ser un bateador profesional".

Es así. Pero todavía le queda un camino por recorrer para igualarse con Cabrera y con Pujols.

¿Y quién, en definitiva, debe quedar como el actual número uno entre los latinoamericanos?

Cabrera se lleva la distinción, si apelamos al presente. Pero ojo, que su compañero Justin Verlander tiene una opinión superlativa que algunos creen posible: "Si se mantiene sano, podría convertirse algún día en el mejor bateador de todos los tiempos".

Ya se verá.

LO QUE VENDRÁ

La primera base es una posición atípica. La mayoría de sus defensores pasaron por otros lugares, antes de recalar allí. Cabrera, Pujols o Hanley Ramírez fueron antes campocortos, antesalistas o jardineros.

Eso impide determinar quiénes vienen pisando fuerte, pidiendo espacio y reconocimiento. Ningún latinoamericano figura entre los 10 principales prospectos del primer cojín en el escalafón de MLB.com. No siempre surge un Adrián González o un Andrés Galarraga, inicialistas puros.

En la receptoría teníamos casi una decena de nombres de futuras estrellas nacidas en la región. En esta esquina del infield habrá que esperar.

TAMBIÉN SON TITULARES

Hanley Ramirez (Dominicana, Medias Rojas) Adrián González (México, Dodgers) Yonder Alonso (Cuba, Atléticos)

ESPERAN SU OPORTUNIDAD

Jesus Guzman (Venezuela, Cachorros) Jesus Montero (Venezuela, Marineros) Luis Valbuena (Venezuela, Astros)

LA PRÓXIMA OLA Jesus Aguilar (Venezuela, Indios) Jose Osuna (Venezuela, Piratas)

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El equipo con mayor presupuesto en la división Central de la Liga Americana, los Tigres de Detroit, vuelven por sus fueros, después de cerrar en la última posición de su llave, el año pasado.

Hace rato que no están Max Scherzer ni Prince Fielder. Se fueron David Price y Yoenis Céspedes. Justin Verlander dejó de ser el as que aterrorizaba a sus rivales. Y aún así, casi 200 millones de dólares invertidos en la nómina de 2016 sugieren que algo puede pasar en Detroit.

Los Tigres esperan volver por sus fueros, y sus aspiraciones pasan por el verdadero estado físico de Miguel Cabrera y Víctor Martínez.

"Noto la diferencia, puedo usar mis piernas", proclamó Cabrera después de tomar su primera práctica de bateo, esta semana.

"Me siento como Superman", terció Martínez, algunas horas antes.

La buena salud de ambos venezolanos será determinante para que los felinos vuelvan a la batalla, tras ser desplazados el torneo pasado por los Reales de Kansas City.

Cabrera viene de poner un brillante OPS de .974 y fue el campeón bate de la Liga Americana con .338 de promedio, el año pasado. Pero eso no basta. Su escuadra necesita que vuelva a aparecer unas 150 veces adicionales en la alineación, es decir, que no vuelva a pasar por la lista de incapacitados, y que recupere su capacidad para sumar al menos 30 jonrones, 70 extrabases y 100 empujadas.

"El poder va a regresar", ha asegurado el inicialista aragüeño. No verse obligado a hacer rehabilitación en esta época del año, estar en plenitud de condiciones, asegura, debería ponerle de vuelta entre los mejores toleteros del beisbol.

Una cosecha así no garantiza un buen año para los Tigres. Hace falta más. Es necesario que Martínez vuelva a ser el productor de 2014.

El bateador designado guayanés cayó de .335 a .245 con el madero. Su OPS pasó de .974 a .667 y empujó 39 rayitas menos que en 2014, cuando fue una de las grandes fuerzas de la Americana. Uno de los peloteros más peligrosos del circuito se convirtió en un adversario casi inofensivo para el pitcheo rival.

Tener a ambos de vuelta sería mejor que cualquier adición. Detroit sobrevivió a la salida de Fielder y puede sobrevivir a la marcha de Céspedes, si la pareja de venezolanos recupera su nivel.

Claro que eso representa algunos desafíos. Cabrera pesa más de 100 kilogramos y ello, a los 33 años de edad, obliga a cuidar las rodillas y los tobillos. Martínez acaba de cumplir 37 y debe demostrar que no ha iniciado la parte descendente de su carrera.

El alto mando rayado consiguió algunos jugadores notables en el mercado invernal. Aseguró al cubano J.D. Martinez con un contrato multianual. Se trajo a Justin Upton, que de por vida tiene .825 de OPS y un OPS ajustado que es 21 por ciento superior a la media de las Grandes Ligas. Cameron Maybin regresó a casa, con la esperanza de ser la chispa del lineup.

Ellos, junto al camarero Ian Kinsler, serán armas realmente eficientes si Cabrera y Martínez vuelven a su nivel.

El propietario de los felinos, Mike Illitch, se aseguró otras buenas piezas. Ahora tiene a Francisco Rodríguez para cerrar los juegos y la rotación está remozada, con Jordan Zimmermman y el hippie Daniel Norris en la rotación, junto a Verlander, Aníbal Sánchez y el relativamente discreto Mike Pelfrey.

No suena mal. No hay un legítimo número uno, como lo eran Scherzer y Price, pero Norris es un aspirante a serlo y, con salud, al menos los cuatro primeros abridores son brazos eficientes. Rodríguez, además, es uno de los mejores relevistas de todos los tiempos.

Las victorias que pueden anotarse en el staff y los salvados que puede sumar K-Rod dependen en buena medida de las carreras que anote el lineup. Y allí es donde el par de venezolanos entra en juego.

"Se ve fuerte", dijo el manager Brad Ausmus, tras reencontrarse esta semana con V-Mart.

"Es la primera vez en tres años que puedo entrenarme con normalidad", aseguró Cabrera, que llegó a los entrenamientos primaverales de 2014 y 2015 en plena rehabilitación, tras sendas operaciones. "Me siento muy emocionado".

Todos en Detroit lo están también.

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El corazón de todos los partidos de las Grandes Ligas son aquellas batallas individuales que tienen lugar a 60 pies y 6 pulgadas de distancia, por lo menos un par de cientos de veces cada noche. Aquí están 10 de los duelos más interesantes que conviene prestarle atención, cuando definitivamente no vas a cambiar de canal.

1. Bryce Harper contra la rotación de los Mets

Harper destruyó a sus oponentes del Este de la Liga Nacional la temporada pasada en su camino a la consecución del premio de Jugador Más Valioso... excepto los Mets, así es. Contra los desventurados Bravos, Marlins y Filis bateó .344 con 21 jonrones en 54 juegos. Contra los Mets bateó .254 con cuatro cuadrangulares en 18 partidos, con uno de los cuadrangulares logrado en la serie de fin de temporada que ya no tenía sentido entre los clubes. El duelo a seguir: Harper lleva de 20-0, con siete ponches, en su carrera contra Matt Harvey. Él fue mejor contra Jacob deGrom (18-7, .389, 1 HR) y Noah Syndergaard (9-3, .333). Harper no luchó exactamente contra bolas rápidas de alto octanaje en 2015 - él bateó .310/.479/.507 contra las rectas de más de 95 mph, pero aplastó la velocidad de 94 mph o menos, conectado para .395/.521/.882. Se espera que los 'tres de Mets' lo desafíen con bolas duras en la zona interior.

2. Mike Trout ante Félix Hernández

Trout ha estado en la liga sólo cuatro temporadas completas pero esos dos ya se han enfrentado 72 veces en las 21 aperturas que ha realizado Hernández contra los Angelinos en esos cuatro años. Hasta el momento todo ha sido para Trout: .354/.389/.646 con cuatro jonrones en 65 turnos al bate. Saca el 7-1 de Trout en 2011 y su promedio sube a .379. Trout conectó dos cuadrangulares a Hernández en 2015, incluyendo uno en una memorable batalla de ocho picheos en su primer partido de la temporada.

3. Buster Posey versus Clayton Kershaw

La versión de la Liga Nacional de Trout vs. Hernández, excepto que en este caso el picher ha sacado la mejor parte. Posey se ha enfrentado a Kershaw 79 veces, pero está bateando apenas .224 /.253/.329 en su contra, con dos cuadrangulares y 16 ponches. Pero Posey tuvo un poco más de éxito en el año 2015, pasando de 16 a 6, incluyendo un jonrón en abril.

4. Yasiel Puig versus Zack Greinke

O, en realidad, Greinke contra todos los Dodgers. Pero esta es la batalla individual más intrigante, tanto como Greinke y Puig no fueron exactamente los mejores amigos de acuerdo al libro de Molly Knight "The Best Team Money Can Buy" (El mejor equipo que el dinero puede comprar). Greinke a golpeó a 14 bateadores las últimas tres temporadas, por lo que los va a separar del plato de vez en cuando.

5. Miguel Cabrera ante Chris Sale

Cabrera se ha convertido en el maestro artesano en el plato, ganando su cuarto título de bateo en cinco temporadas con una marca de .338 en 2015. Su poder ha disminuido las últimas dos temporadas debido a las lesiones, pero tal vez un saludable Cabrera vuelva a ser la amenaza de 40 cuadrangulares. Sale viene de 274 ponches en apenas 208 entradas. Hasta el momento, su historia ha sido un Sale en su mayoría poniéndole mucha atención a Cabrera, quien está bateando .242/.405/.424 en contra de Sale con dos cuadrangulares, pero nueve bases por bolas en 42 apariciones en el plato. Tal vez Sale es consciente de lo que Cabrera ha hecho en contra de otro as de la División Central: Miggy está bateando .571 con cinco jonrones en 34 turnos al bate contra Corey Kluber.

6. Los toleteros de Blue Jays contra los relevistas de Yankees

Debe haber muchos momentos intensos al final del partido cuando los Azulejos enfrenten al trío de relevistas yankees Dellin Betances, Andrew Miller y Aroldis Chapman. Para el registro, he aquí cómo a los grandes bateadores de Toronto les fue en contra de bolas rápidas de 95 mph o más en 2015:

Josh Donaldson: .339/.443/.768
José Bautista: .328/.432/.776
Edwin Encarnación: .232/.300/.377
Troy Tulowitzki: .189/.259/.396
Russell Martin: .222/.321/.444

Buena suerte tratando de tirar una bola rápida para pasar a Donaldson o Bautista si están detrás en el conteo. Ellos calificaron cuarto y segundo lugar en las mayores en wOBA contra picheos de 95 mph o más (Eric Hosmer de Kansas City ocupó el primer lugar y Shin-Soo Choo de los Vigilantes fue tercero).

7. Bateadores de los Cardenales versus Jake Arrieta

Es posible que los cuatro o cinco juegos que comience Arrieta contra los Cardenales podrían ser el factor decisivo en la División Central. Por los Cachorros, tal vez Joe Maddon varíe su rotación para obtener seis aperturas de Arrieta contra San Luis. En ocho aperturas en las últimas dos temporadas, Arrieta tiene 1.86 de efectividad contra los Cardenales y ellos le han bateado .208. Sin embargo, él también ha promediado sólo seis entradas por apertura y no lanzó más de siete entradas en sus cuatro aperturas contra ellos en 2015. Clave en los enfrentamientos: Matt Carpenter tiene de 19-1 en contra de él (aunque con cinco bases por bolas) y Matt Holliday lleva 17-2.

8. Paul Goldschmidt versus Madison Bumgarner

Goldschmidt domina a Tim Lincecum - .536, siete cuadrangulares en 28 turnos al bate- pero también le fue bastante bien contra Bumgarner, el lanzador que ha enfrentado con mayor frecuencia en su carrera. Está bateándole .316/.426/.579 con dos cuadrangulares y tantos boletos como ponches, incluyendo una marca de 13-7 con tres extrabases en 2015.

9. Kris Bryant versus Gerrit Cole

Poder contra poder de dos de las estrellas emergentes del juego. Ellos se enfrentaron 14 veces en la temporada de novato de Bryant y firmaron un empate: Bryant se fue de 11-3 con tres bases por bolas, pero seis de sus ocho outs fueron ponches. La velocidad por encima de 90 mph de Cole no intimida a Bryant, que bateó .317/.404/.585 contra rectas de 95 mph o más y fue especialmente eficaz contra las rectas pegadas. Cole lanza slider, curva y cambio de velocidad junto con su recta de cuatro costuras y la de dos costuras. Espere un montón de sliders contra Bryant, su mayor debilidad estuvo cubriendo la parte exterior del plato. Bateó para .250 con un promedio de 42 por ciento de ponches frente a sliders.

10. David Ortiz versus todos los que enfrente

La carrera de Big Papi expira en el año 2016 por lo que vamos a disfrutar de todos sus turnos al bate. Se enfrentó a Roy Halladay la mayoría de las veces en su carrera y golpeó .273 con seis jonrones, la mayor cantidad contra cualquier lanzador. Cinco lanzadores que ha enfrentado ya están en el Salón de la Fama (Randy Johnson lo dominaba pero el jonroneó una vez a Pedro Martínez, Greg Maddux y John Smoltz). Se fue de 8-4 en contra de Seth McClung -los cuatro hits fueron jonrones. Mike Mussina lo ponchó el mayor número de veces, 27 veces en 83 apariciones en el plato (Ortiz bateó .243 con cuatro cuadrangulares ante él). Ha bateado apenas .154 con un cuadrangular 52 turnos al bate contra Bartolo Colón. Los Medias Rojas y los Mets no juegan entre sí por lo que es probable que esos números se mantengan.

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