No ha pisado el octágono, pero ya promete un nocaut de primer round, se visualiza campeona y no escatima en confianza. Ailín Pérez sabe que llega a las 145 libras del UFC como aire fresco; en una división donde Amanda Nunes es campeona, pero con pocas contendientes, ella quiere ser la siguiente.
La argentina debuta en el UFC ante la suiza Stephanie Egger, que entró de reemplazo por Zarah Fairn, en la cartelera de París este sábado.
Con marca de 7-1 (con su única derrota por descalificación), Pérez llega con un mensaje claro: quiere ser campeona, con el cinturón pluma como primera meta.
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“Yo me siento preparada para pelear en 66 kilos (peso pluma). Amanda Nunes, defiende tu título o entrégalo. Hace año y medio que ella no defiende su título, el sábado van a ver una atleta debutar en esta categoría y van a decir que soy la indicada. Me vine preparando, encontré una nueva división en mí, no tengo que cortar mucho peso y me fortalezco en cada entrenamiento”, sentenció la peleadora radicada en Concordia en entrevista con ESPN Deportes.
A sus 28 años, Pérez cambió su preparación física para poder fluctuar entre las dos categorías más altas que tiene el UFC, como lo ha hecho la ‘Leona’ Nunes, quien considera está lejos de su mejor rendimiento.
“Esperaba más de ella, pensé que se coronaría como antes. Las últimas dos peleas de Amanda son muy malas, yo creo que le puedo ganar fácilmente”, agrega.
La recepción en la promoción, asegura, la ha convencido de querer pelear para quedarse ahí hasta el final de su carrera. “Me están haciendo sentir la princesa que soy, la princesa Fiona, es una semana única, como jamás la había vivido. El hotel tiene las mejores comodidades, tenemos los mejores doctores, me dan la alimentación que necesito, me pesan diario, me ayudan con la deshidratación, no puedo pedir más”.
Aunque firmó meses antes del combate, el cambio de rival de última hora provocó ajustes que considera podrían ser benéficos para su desempeño, ya que significaría una mejor pelea.
“Cuando me cambiaron la rival tuve que hacer un par de estrategias para la nueva rival, pero como veníamos entrenando todo para llevarnos la victoria en cualquier área, no modificó nada mentalmente. Es más, yo creo que Stephanie tiene más recursos, que nos va a dejar mostrar más cosas nuestras dentro del octágono”, explicó.
Ailín tiene una de las mayores motivaciones en su hijo de cinco años, al que ha tenido que dejar por periodos largos para sus campamentos o combates en Brasil, pero la campeona de la promotora sudamericana Samurai Fight House está segura de que su carrera cambiará de rumbo en unos días.
“El sábado voy a tener la oportunidad, porque Dana White se va a enamorar de Ailín Pérez”, sentenció.