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La mexicana Alexa Grasso está lista para cumplir con las expectativas

La tapatía Alexa Grasso sube al octágono en la Arena Ciudad de México este sábado para medirse a Carla Esparza en el UFC Fight Night. Getty Images

CIUDAD DE MÉXICO - La distancia que ha viajado Alexa Grasso para la pelea más importante de su carrera no se compara al recorrido en su vida personal, cuando era una niña en Guadalajara.

Grasso, de 26 años de edad, recuerda ser víctima del bullying en la primaria y lamenta no haber hecho algo al respecto. Desconoce el motivo por el cual un compañero la molestaba, la pateaba, jalaba su cabello y robaba su lonchera.

"Era muy cruel, la verdad," dijo Grasso en entrevista para ESPN.com.

Ahora, está situada como la novena mejor peleadora en la división de peso paja en UFC y se prepara para enfrentar a Carla Esparza en el Fight Night (ESPN+ en Estados Unidos).

Pareciera entonces que la adversidad que sufrió Grasso también sirvió como inspiración cuando su padre le enseñó a boxear de adolescente.

"De cierta manera, mentalmente, ponía su cara en el costal y me daba cierta motivación," dijo Grasso de quien la atormentara de niña.

Además de la catarsis, sus habilidades y pasión por el deporte le han bastado para lanzarse en el mundo de las artes marciales mixtas en la última década. El camino comenzó siendo alumna de su padre Luis y su tío, Francisco, un ex peleador de MMA que ahora dirige el Lobo Gym en Guadalajara, donde Alexa aun entrena.

Grasso inició su carrera profesional a los 19 años, noqueando a Sandra del Rincón en apenas 15 segundos. Menos de cuatro años después, en 2016, fue firmada por UFC tras ocho victorias consecutivas en artes marciales mixtas. La oportunidad fue oro puro para Grasso, sobre todo considerando la cantidad de trabajos que tuvo que realizar en su juventud para salir adelante.

"Trabajé en un despacho de abogados, ayudaba con papeleo y documentos. También fui mesera en un sushi, recepcionista en el gimnasio", relató Grasso. "Luego daba clases a los niños pequeños, y me tocaba de intendente en el gimnasio todos los días".

El presidente de la UFC, Dana White, fue quien vio potencial en Grasso y concertó el fichaje. Pese al espaldarazo, las lesiones y el gran salto de calidad en los rivales, el crecimiento de la tapatía en la disciplina tuvo altibajos.

"Antes que nada, ella era alguien que habíamos estado viendo por mucho tiempo", dijo White en UFC 238, el pasado junio, tras la victoria de Grasso sobre Karolina Kowalkiewicz. "Y luego llegó y la verdad no llenó la expectativa al principio".

Tras unirse a UFC, Grasso perdió el invicto y sufrió dos largos periodos de inactividad gracias a las lesiones, acumulando récord de 3-2. Su pelea ante Esparza será la segunda en apenas tres meses, un periodo muy corto sobre todo considerando que peleó apenas dos veces entre marzo del 2017 y mayo de este año.

"Cambié la preparación física", dijo Grasso. "Había cosas que yo creía que entrenaba bien y pues no era así. Ha sido el cambio más radical para ya no lastimarme. Siempre vas a seguir teniendo molestias y estás en riesgo de lesionarte, pero la forma de tratarlo y recuperarte es la clave".

Luego de vencer a Kowalkiewicz, White notó el cambio al que aludió Grasso.

"Entrando a la semana de pelea, la vi y dije 'Wow'. Estaba en la mejor forma física que la he visto. Se veía fenomenal, y se nota", dijo White.

Grasso entra como la favorite ante Esparza en el duelo que disputará en la Arena Ciudad de México el sábado. Mientras algunos de sus compatriotas han batallado para tener éxito en México - el tijuanense Brandon Moreno perdió ante Sergio Pettis en el evento principal del UFC Fight Night 114 en 2017 - Grasso ha tenido éxito, ganando dos veces en la capital mexicana.

"Me encanta pelear en México", dijo Grasso. "Mis mejores peleas las he tenido aquí, estar en una arena donde todos saben tu nombre y te están apoyando es increíble. Te lo juro que sientes esa energía y esa vibra de todos".

La fama en su país natal ha sido mayormente beneficioso para Grasso, aunque viene con crítica también. Quizás es la fama lo que le ha otorgado a sus fans tanto como sus detractores la posibilidad de hablar con demasiada libertad.

"Muchos me han dicho: 'Vas a quedar fea, cuida tu cara'", contó. "Puedo estar en un deporte de contacto y ser femenina. Yo sé que mi cara ha cambiado, mi nariz ha cambiado mucho, pero amo tanto este deporte que no me importa".

Una victoria sobre Esparza podría levantar la carrera de Grasso a otro nivel. Desea pelear ante rivales de élite, diciendo que serían "peleas espectaculares" ante cualquiera de las que están en el ranking sobre ella. Hoy día esas incluyen a Zhang Weili, la campeona de la división, y Tatiana Suárez, que venció a Grasso en 2018.

"Es un ejemplo", dijo su tío y entrenador, Francisco Grasso. "Hay mucha presión no solamente porque tiene los ojos de México encima, sino por todas las mujeres que buscan emularla".

Cualquiera que sea el resultado este sábado, los que rodean a Grasso notan que ha crecido mucho tras aquellas experiencias que sufrió de niña, continuó en parte el inicio de su carrera y de cara a su enfrentamiento más grande.

"Creéme que estar consideradas con ellas pese a que tienen más años de experiencia - quiero la pelea que sea. La pelea que me den voy a entrenar durísimo para ganar".