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Por qué el próximo desafío de Amanda Nunes será el más grande de su vida

MOMENTOS DESPUÉS DE que suena la campana para el quinto round en la pelea por el título de peso gallo femenino en UFC 245 en Las Vegas a fines de diciembre, la actual campeona Amanda Nunes envuelve a la retadora Germaine de Randamie y la envía al suelo. A partir de este momento, se pasan casi los cinco minutos enteros con Nunes encima de De Randamie, aterrizando golpes al cuerpo, y haciendo una demostración completa de su jiu-jitsu brasileño. Los segundos pasan hasta que suena la bocina, y Nunes da una vuelta de victoria alrededor de la jaula previo al anuncio.

"Otra muerde el polvo", dice el locutor del ring Jon Anik.

El primer round fue una ráfaga: Nunes primero encerró a De Randamie en una guillotina, luego la sometió a golpes fuertes en el suelo y luego la encerró en un triángulo de brazo. Fue un milagro que De Randamie sobrevivió al ataque. Pero hay una razón por la que Germaine de Randamie no ha perdido una pelea de MMA en los últimos nueve años con alguien que no se llame Amanda Nunes. De Randamie se defendió en el segundo, mediante una exitosa patada y una rodilla voladora, y en el cuarto casi logra una sumisión triangular.

Fue la mayor adversidad que Nunes enfrentó en el Octágono en años.

Pero Amanda Nunes, al parecer, es inevitable

Ahora, de pie en el medio del Octágono, con los brazos en alto, con los cinturones de campeona colocados sobre sus hombros por el presidente de UFC, Dana White, Nunes trota alrededor de la jaula. Su esposa, la también peleadora Nina Ansaroff, observa a unos metros de distancia, con la gorra en la cabeza hacia atrás que Nunes tenía al entrar a la jaula. Es la quinta defensa de Nunes de su título de peso gallo. Solo Ronda Rousey tiene más.

Cuando regrese al Octágono en UFC 250 contra Felicia Spencer el sábado para defender su título de peso pluma, su otro cinturón, hará la misma caminata rodeada de las mismas personas que ha tenido durante los últimos siete años. Pero la familia que ha rodeado a Nunes mientras domina su deporte está a punto de obtener una incorporación, una que promete cambiar su carrera de una manera única y sin precedentes.

MÁS: Cómo ver UFC 250: Amanda Nunes vs Felicia Spencer

LA REALIDAD ES que Amanda Nunes no tiene mucho que hacer en el deporte. Si vence a Spencer el sábado, marcaría su primera defensa del título de peso pluma. Ella ha vencido a todas las mujeres que tuvieron el título de peso gallo. En 2018, noqueó a Cris Cyborg en la primera ronda para convertirse en la primera mujer "campeona-campeona", con cinturones en dos clases de peso. Según todas las mediciones, Nunes es una de las atletas LGBTQ más exitosas de la historia, y en la conversación de las mejores atletas de todos los tiempos, punto. Como alguien que mencionó casualmente el retiro hace casi dos años, no sería una locura pensar que Nunes podría alejarse del juego de lucha.

Ella, después de todo, tiene un nuevo desafío por delante.

El 5 de marzo, Nunes tuiteó una foto: ella y Ansaroff sostenían en alto un pequeño vestido de algodón blanco y azul marino con volantes en las mangas de los hombros, y un par de zapatos de vestir blancos en miniatura con cintas blancas en los dedos de los pies. El tuit anunció que Ansaroff estaba embarazada del primer hijo de la pareja, Raegan Ann Nunes, y que iba a dar a luz en septiembre.

Fue un tuit que se estuvo fabricando por años.

Nunes y Ansaroff no han escondido su relación desde que se conocieron hace casi una década. A veces es fácil olvidar que han sido una pareja pionera. Nunes se convirtió en la primera campeona LGBTQ de UFC en salir al público en 2016 después de asfixiar a Miesha Tate para capturar el cinturón de peso gallo femenino. Cuatro años después, no hay otro u otra.

En junio pasado, después de la última pelea de Ansaroff contra Tatiana Suárez, ella y Nunes decidieron que era el momento adecuado para formar una familia. Optaron por la fertilización in vitro y tuvieron éxito en el primer intento. "No era como si me retiro para formar una familia", dice Ansaroff. "Quiero tener a mi hija y seguir luchando. De hecho, tengo mucha curiosidad por ver cómo responde mi cuerpo. Probablemente me tome un año o dos y luego tenga otro".

Cuando Nunes y Ansaroff decidieron convertirse en madres, sabían que tampoco lo iban a esconder. "Cuanto menos abordamos que es algo diferente, menos personas prestan atención a que sea algo diferente", señaló Ansaroff. "No necesito decir que este es un tipo diferente de familia porque ambas somos mujeres".

Ahora Nunes, de 32 años, sueña con el día en que mirará al borde del Octágono y verá a su hija.

Ser madre y atleta no es nada nuevo, por supuesto. Muchas mujeres han dado a luz y continúan con el éxito atlético. Serena Williams en tenis, DeWanna Bonner en baloncesto y Michelle Waterson en UFC, por nombrar algunas. Pero no todas las madres dan a luz, y Nunes será la esposa de una mujer que dará a luz, la primera en la historia de UFC.

“No hay diferencia", comenta Nunes. "No puedo esperar a que Raegan me vea finalmente. Quiero poder llevarla a las peleas para tener recuerdos de ella allí conmigo".

En total, los últimos años para Nunes y Ansaroff han sido innovadores. Su papel en la progresión de la historia LGBTQ ha sido fundamental. Y cuando Nunes vaya al Octágono este sábado - en el primer fin de semana de Pride Month - será una declaración visible para muchos en su comunidad.

Excepto, aparentemente, por Nunes.

"Ni siquiera sabía que era Pride Month", dice Nunes, riendo. "Estoy concentrada en mi trabajo. Y Pride Month viene con eso. Por supuesto que voy a apoyar a todos. Pero la parte principal de mi trabajo [es seguir] haciendo historia".

Y como ella lo cuenta, no irá a ningún lado.

"Estoy ansiosa por que me levanten la mano y me vaya caminando con mis cinturones", dice Nunes. "Cada vez que pienso que no me queda nada más, surge algo. La vida siempre me lo muestra".