Gregg Popovich observa la luz entrar por la ventana. El brillo de los rayos le ilumina el rostro y deja en evidencia imperfecciones del paso del tiempo. Tiene 74 años y recuerda como si fuera hoy la llegada de Tim Duncan a la NBA en 1997. Rememora quién era él en ese entonces. Qué eran los San Antonio Spurs hace casi tres décadas y lo que son hoy. Piensa en ese preciso instante en el que tomaron esa decisión. Reflexiona sobre lo que pasó en ese momento y, por sobre todas las cosas, lo que pasó a partir de ese momento.
En otro lugar de San Antonio, R.C. Buford está sentado sobre una silla de oficina y descansa el codo derecho sobre la mesa. El teléfono está en llamas. Se avecina la noche de Draft y las llamadas se suceden una tras otra. Es el gerente general de una franquicia que no solo tiene experiencia en resolver de manera adecuada las cosas importantes, sino que sabe cómo ganar. Como construir peldaño a peldaño una escalera hacia el éxito. Esto no es Los Angeles ni New York: es un mercado chico que supo erigirse en un equipo gigante. Desde el ostracismo esperable de las espuelas monocromáticas al resplandor del éxtasis que solo dan los campeonatos.
El calor que solo se explica con alegría.
Los Spurs se ilusionan, a partir de este jueves, con volver a ser. La apuesta de reconstrucción dio resultado: el alien francés llamado Victor Wembanyama es, para muchos, el prospecto más esperado desde que LeBron James llegó a la NBA dos décadas atrás. Y lo tendrán en pocas horas Popovich y compañía en el AT&T Center. La ilusión que despierta Wemby puede ser exagerada, pero no irrealista: su contextura física, su habilidad y su talento en proyección lo perfilan como un jugador de época. Y también, por qué no, de épica.
Wembanyama llega a la NBA con suerte: será moldeado por una franquicia que sabe cómo bajar el grado de intensidad que puede tener el contexto alrededor. No es la primera vez que San Antonio tiene un número uno, porque antes tuvo dos: David Robinson en 1987 y el mencionado Duncan diez años más tarde.
En aquel entonces, las torres gemelas acostumbraron a regar de champagne los vestuarios del equipo primero y del Riverwalk de San Antonio después.
El Almirante fue diez veces All-Star, 15 veces All-NBA, ocho veces All-Defense y ganó un MVP. Además, junto a Duncan ganaron dos títulos: el de 1994 y el de 2003.
Timmy D, por su parte, sumó a las vitrinas de los Spurs tres títulos más (2005, 2007 y 2014), además de haber sido 15 veces All-Star, 15 veces All-NBA, 15 veces All-Defense y dos veces MVP. Para muchos, Duncan es el mejor ala-pivote de la historia de la NBA y no suena para nada descabellado.
Es muy interesante ver qué lograron los Spurs con sus anteriores picks de Draft número 1. Terminaron la temporada que pasó con un récord de 22-60, fuera de todo. Cuando llegó Robinson al equipo en el '89 (lo draftearon en 1987 pero estuvo hasta ese año fuera por hacer el servicio militar), fue Novato del Año y San Antonio ganó 35 partidos más que la temporada anterior para avanzar a las Semifinales de Conferencia.
Cuando Duncan llegó al equipo en 1997, San Antonio ganó 36 partidos más para llegar a Semifinales de Conferencia. Ah, Duncan se llevó también el premio a Novato del Año.
Quizás sea por esto que la Wembymanía se haya encendido como un reguero de pólvora en esta ciudad. Aspiran a que el pasado se repita.
Popovich podría dejar la Liga hoy con honores, pero quiere tener la chance de poder ejercer su influencia en este joven que, para el día que nació, el 4 de enero de 2004, Pop ya había dirigido 557 partidos como entrenador NBA. No solo eso: ya tenía dos títulos y estaba a un año de ganar el tercero.
Por lo tanto, para Popovich, las ganas de estar en el banco para darle su impronta a Wembanyama vencen a la posibilidad de una buena tarde de pique en alguna laguna de turno. No es momento de jubilarse: el Clint Eastwood de los bancos NBA cumplirá 75 en enero y será el quinto coach de todos los deportes estadounidenses en dirigir un partido a esa edad. ¿Los otros? Connie Mack (MLB), Tony La Russa (MLB), Jack McKeon (MLB) y Al Arbour (NHL, 1 partido).
Si bien Wembanyama es más alto que David Robinson y Tim Duncan (de hecho, será el pick 1 más alto de la historia de la NBA solo por detrás de Yao Ming), no tiene demasiado que ver con ellos dos. Puede jugar adentro, pero es un externo de altura sobrenatural. Tiene movimientos de perimetral con piernas y brazos de gigante. En potencial -repito: EN POTENCIAL- es una mezcla de Kevin Durant y Giannis Antetokounmpo. Fiel representante de esta época de jugadores multiposición con un biotipo similar al de Chet Holmgren, pick 2 del Draft pasado, quien aún no pudo debutar en la NBA por lesionarse antes del estreno con su nuevo equipo.
Todos estaremos atentos a dos cosas:
1) su evolución en el mejor básquetbol del mundo
2) su salud. Su físico, trabajado durante todo el año en París, es una incógnita dado que su tamaño y su falta de peso es un problema para algunos y una bendición para otros.
La juventud de Wemby se abraza entonces a la sapiencia de Popovich y Buford.
¿Estamos en presencia de un nuevo renacimiento de los Spurs en la NBA?
Tiempo al tiempo: una historia nueva comienza a escribirse.