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Spurs: Cómo Chris Paul ayudará a Wembanyama a conquistar el juego

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Paul George a los 76ers por 112 millones y cuatro temporadas (2:50)

Mientras el alero acordó irse a la Conferencia del Este, aquí te presentamos las mejores jugadas del nuevo jugador de Philadelphia 76ers. (2:50)

Chris Paul se unirá a los San Antonio Spurs, a Gregg Poopovich y a Victor Wembanyama tras convertirse en agente libre


Si cualquiera de nosotros pudiese elegir un mentor, solo uno, para formar jugadores del mañana, seguramente coincidiríamos en señalar a Chris Paul. El tiempo puso las piezas del rompecabezas en un lugar deseado. Porque ahí estarán, unidos, Paul, director de orquesta dentro de la cancha, con Gregg Popovich, el cerebro fuera.

CP3, de 39 años, jugó 19 temporadas en la NBA. Pop, de 75, dirigió 28 ligas ininterrumpidas. Dos leyendas amalgamadas en el epílogo de sus artes.

El interno francés Victor Wembanyama, unicornio por excelencia de la NBA 3.0, sabe que lo mejor estará por venir. Será una escuela de fundamentos para conquistar lo mejor de su juego, para aprender lo que le falta, para adquirir certezas de un base armador que vivió todo. Que conoce cada uno de los pasillos de esta Liga hace décadas. Que enfrentó a capa y espada a los San Antonio Spurs años atrás pero que ahora vivirá en carne propia la cultura del hombre en la roca resumido en la frase de Jacob Riis: "Cuando nada parece ayudar, visito al cantero. Lo veo golpear la roca con su cincel y su martillo. Pueden pasar un centenar de veces sin hacerle siquiera una grieta. Sin embargo, al dar el siguiente golpe la roca se romperá en dos. Sé entonces que no se tratará de ese último golpe sino de la suma de los que lo precedieron".

Los Spurs perdieron 60 partidos en la temporada 2023-24. Sin embargo, fue una temporada positiva, porque sirvió para ver un desarrollo acorde de Wemby, quien finalizó la temporada mucho mejor de lo que la comenzó. Paul llega al equipo por una temporada, con contrato valuado en 11 millones de dólares. Nunca pudo ganar un título de campeonato, sin embargo es una leyenda en curso y San Antonio tiene bien claro lo que necesita: una voz de mando para conducir a la armada joven, un líder que señale la hoja de ruta con claridad y respeto. Nada distinto a lo que hizo con Shai Gilgeous-Alexander y compañía en Oklahoma City Thunder, antes de jugar en Phoenix Suns y Golden State Warriors respectivamente.

En ese desarrollo, no está solo Wembanyama. Se entiende, existen pocos pasadores en la NBA que puedan jugar en parejas como CP3, tan es así que tiene 715 asistencias de alley oop en su carrera, el máximo entre jugadores activos. Esto ilusiona, pero también Paul será mentor de otros jugadores, entre ellos Stephon Castle, flamante pick 4 en el Draft. Castle es una especie de Jrue Holiday con tamaño. De Connecticut a Texas traerá consigo explosión, criterio y gran capacidad defensiva.

Paul viene de una temporada floja en los Warriors. Eso también hay que decirlo. Tuvo mínimas de carrera en puntos (9.2), minutos (26.4) y saltó del banco en 40 de 58 partidos en los que jugó. De todos modos, no es por esta razón que el base formado en Wake Forest llega a esta franquicia. Es algo así como el reposo del guerrero. De ejecutor extremo a estratega, de director absoluto en primer plano a consultor en segundo. El catalizador que hace mejores al resto, que permite que el ecosistema fluya con avances sostenidos y escasos retrocesos. Su nuevo y necesario papel en el mundo NBA.

1.421 partidos jugados. El tercer jugador más veterano de la Liga detrás de LeBron James y P.J. Tucker. Junto a Pop, 3.481 partidos combinados. Toda una vida deportiva que entra en su etapa final.

Los Spurs figuraron en la temporada pasada, según Second Spectrum, vigesimocuartos en porcentaje de pérdidas y vigesimoséptimos en pérdidas reales por encuentro. ¿Cuándo tuvieron una mejor eficiencia ofensiva? Cuando tuvieron un base natural como Tre Jones junto a Wembanyama para jugar en parejas. Lo que marca a las claras el nivel de evolución que puede tener este equipo con CP3 como cerebro, por su veteranía, calidad y experiencia en el puesto.

Wembanyama es el futuro de la NBA. Quizás también sea el presente. Es decisivo en ambos costados de la cancha, con una extensión de brazos ridícula, un tiro de excelencia para su estatura y movimientos que lo convierten en una versión extra large de Giannis Antetokounmpo. Nunca antes hubo un jugador con estas condiciones físicas en el mundo del básquetbol. Jamás.

La llegada de Paul es lo que necesita él. Lo que requiere el equipo. Puede ser, sin exagerar, la piedra angular de la reconstrucción de los Spurs como una franquicia ganadora. Su fichaje es un ejemplo, porque empuja al fondo del océano al egoísmo, principalmente por el lado del propio jugador que nunca ganó un título, y no se espera que lo logre este año aquí. La generosidad de Popovich en el banco es la que viene a dejar Paul en el vestuario: dar un paso atrás para que el resto se luzca. Visión de estadista, construir para el futuro. Edificar para lo que viene.

En una NBA que acostumbra a que lo único que importa es lo que ocurrió en la noche anterior, la llegada de Paul a las cercanías del Álamo es una inyección de aire fresco: Jeremy Sochan, Malaki Branham y Blake Wesley, todos picks de primera ronda en años anteriores, seguirán también su evolución con un talento así. Es mirar más allá de uno mismo y eso es fantástico.

En el verano próximo, con esta movida, los Spurs lograrán mantener 40 millones de espacio salarial para quedarse con un agente libre estelar.

El primer paso para rebotar del ocaso al éxito está en marcha.

Una nueva película comienza. Es momento de disfrutarla.