EN EL SEGUNDO día de entrenamientos de New Orleans Pelicans del pasado mes de septiembre, a todos los miembros de la prensa acreditada se les permitió observar solo una jugada. Y que jugada fue.
Lonzo Ball estaba parado a la altura de la banca preparándose para poner la pelota en juego, mientras Zion Williamson se ubicaba en el codo más cercano a él y rápidamente empezó el movimiento.
Después de fingir una pantalla sobre Frank Jackson, Williamson se lanzó hacia la canasta. Ball lanzó un pase desde el borde, pero el mismo no tenía mucha precisión: hasta llegó a hacer contacto con el tablero cuando Williamson comenzó su ascensión.
Pese a ello, no importó. Williamson agarró la pelota y la hundió en el aro.
"Sí, ese no fue el mejor pase", dijo Ball en ese momento, "¿pero vieron lo que hizo con él? Es realmente difícil lanzarle un pase malo".
Así fue el comienzo de una relación prometedora. Una relación que se ha aplazado dos veces: primero, por la lesión de rodilla que le costó a Williamson los primeros 44 juegos de esta temporada. Y luego por la pandemia de coronavirus que obligó a la liga a suspender la competencia el mes pasado.
La química instantánea entre Williamson, la gran esperanza de la franquicia, y Ball, una ex selección general No. 2 que busca dejar su huella en la liga, ha tentado a New Orleans y a sus fanáticos. Pero también ha dado una muestra clara sobre cómo podría ser el futuro del equipo una vez que se reanude el juego.
"Creemos que el entendimiento entre ambos es muy, muy bueno", dijo el vicepresidente ejecutivo de operaciones de baloncesto de los Pelicans, David Griffin, antes de admitir: "No pensé que se vería algo así tan rápido".
BALL Y WILLIAMSON han compartido la cancha por solo 437 minutos en 19 juegos esta temporada. Pero han pasado mucho más tiempo juntos fuera de ella, formando un vínculo después de que Ball llegó vía cambio el verano pasado desde Los Angeles Lakers. Los dos publicaron con frecuencia bromas entre ellos en las redes sociales antes de que se iniciara el campamento de entrenamiento. Esa química continuó creciendo a medida que los dos pasaron tiempo juntos en la sala de entrenamiento mientras rehabilitaban lesiones en noviembre.
Una vez que llegaron a la cancha, rápidamente demostraron ser una de las duplas más efectivas de la NBA. Ball promedia tres asistencias a Williamson por juego, y solo dos dúos en la NBA se conectan más a menudo por juego: Trae Young a John Collins (3.6) y LeBron James a Anthony Davis (3.2). Tres de esos cuatro jugadores son All-Stars.
Cuando Zion y Lonzo están en la cancha al mismo tiempo, los Pelicans tienen un rating ofensivo de 114.6, mientras que la calificación defensiva es de 99.4. Esa calificación neta de +15.2 los ubica en el quinto lugar de la Conferencia Oeste entre los dúos que han jugado al menos 400 minutos.
"Zion es realmente un tipo diferente de talento", dijo Ball en el podcast de su compañero de equipo JJ Redick el 13 de abril. "Realmente nunca jugué con alguien como él. Complementa mi juego tremendamente. Estoy feliz de estar con él".
Aunque el tamaño de la muestra es pequeño, la producción ha sido exactamente lo que esperaban los Pelicans cuando combinaron a Williamson, un definidor único en su generación, con Ball.
"Zo es un gran pasador que no necesita tener el balon en sus manos constantemente", dijo Griffin. "Debido a que contábamos con Brandon Ingram y Zion, a quienes sí les gusta tener el balón en sus manos, Lonzo era el jugador perfecto para explotar lo que esos muchachos hacen bien y complementarlos".
Ese ajuste se exhibió el 8 de marzo, cuando los Pelicans estaban en Minnesota para lo que sería su último juego antes de que la NBA suspendiera su temporada. En el primer cuarto, D'Angelo Russell de los Timberwolves puso una bandeja para empatar el marcador. Antes de que la pelota hubiera caído a través de la canasta, Williamson comenzó a correr hacia el aro contrario para causar estragos.
Ball recibió el pase de Derrick Favors y rápidamente buscó a Zion, quien corría con ventaja respecto del centro de los Timberwolves, Naz Reid. Entonces, desde afuera de la línea opuesta de tres puntos, Ball lanzó la pelota.
Williamson atrapó el pase en el otro extremo y anotó con una clavada. Ni siquiera un minuto y medio después, el dúo lo hizo nuevamente.
Los dos pases midieron 64.7 y 51.5 pies, según los datos de Second Spectrum. Fue la primera vez desde que la compañía comenzó a recopilar datos sobre este tipo de pases (2013-14) que un jugador realizó un par de asistencias de más de 50 pies en un juego y que un jugador pudo encestar en dos puentes aéreos de 50 pies.
Si a ello le agregamos que el 2 de febrero consiguieron una conexión de 56.9 pies, Lonzo y Zion son el primer dúo con tres conexiones desde que Second Spectrum comenzó a contabilizar esta estadística.
"Honestamente, a veces ni siquiera creo que vaya a tirarlo, pero luego lo lanza", dijo Williamson después del partido contra los Timberwolves. "Siempre trato de estar listo y pienso: Intentaré atraparlo. Él hace un gran trabajo a pesar de estar muy lejos. Simplemente pone el balón en su lugar como si estuviera lanzando un pase a corta distancia. Lo coloca en el lugar perfecto. Yo solo voy a buscarlo".
El base Jrue Holiday dijo que la química entre los dos parece ser algo que realizan "sin esfuerzo".
"Simplemente tienen esta conexión", dijo Holiday. "Es como un mariscal de campo y un receptor. Es como, cuando lo tira, no estoy diciendo que Zion no pueda saltar, pero se coloca en el lugar correcto y Zo le manda el pase. Me encanta verlo".
Las conexiones no son un accidente. Ball dijo que el dúo comenzó a practicar los pases de cancha completa cuando todo el equipo estaba entrenando aún antes de que comenzara la pretemporada oficial.
"Sabía que podía tirarle un pase largo", dijo Ball, "pero solo quería ver si podía atraparlos".
¿Cómo ha funcionado eso?
"No creo que haya dejado de atrapar alguno".
WILLIAMSON HIZO SU debut en la NBA el 22 de enero. Desde entonces, Ball ha jugado algunos de los mejores partidos de su carrera, promediando 13.1 puntos, 8.4 asistencias, 7 rebotes, 1.8 robos y casi un bloqueo por juego. Lanzó el 45.7% de efectividad en tiros de cancha y 43.2% en triples durante ese tramo de 20 juegos.
Ha sido el lapso más divertido que ha podido vivir en su carrera, quizás en parte porque es el período que ha estado más sano en sus tres temporadas en la NBA.
"Es la mayor libertad que he tenido", dijo Ball a ESPN el mes pasado. "Solo trato de hacer lo que puedo, ahora juego entre 35 a 40 minutos por noche".
Ball tuvo problemas para comenzar la temporada tras sufrir un esguince de tobillo que le impedía hacer ejercicios durante el verano. Luego se perdió seis juegos en noviembre con unas molestias en el aductor. Griffin dijo que a mediados de diciembre, Ball comenzó a cambiar su rutina en la sala de pesas y empezó a levantar más en los días de juego. Eso lo hizo sentirse más explosivo, dijo Griffin. En sus últimos cinco juegos antes de la suspensión de la liga, Ball llevó sus números a otro nivel, promediando 20.8 puntos, 7.8 asistencias, 7.8 rebotes y 2.2 robos mientras aumentó sus promedios de tiro al 53.5% y 51.2% desde la línea de tres puntos.
Griffin le dio crédito al entrenador asistente Fred Vinson por la mejora en el tiro de Ball.
"Eso lo convirtió en un mejor complemento aún", dijo Griffin. "Creo que esperábamos que el ajuste fuera así, pero creo que sería falso que alguien dijera que pensaba que lo veríamos tan rápido".
Jugar con una amenaza posterior como Williamson ha hecho que su juego sea "muy fácil", dijo Ball.
"Ya sea que se trate de pick-and-roll o lanzar pases para que vaya a buscarlos, requiere mucha atención en el lado ofensivo, por lo que libera muchos tiros para los otros muchachos, incluído yo mismo", dijo Ball. "Ha sido muy divertido jugar con él".
Ball es elegible para una extensión en este verano, siempre que sea posible, pero dada la incertidumbre con respecto al futuro del límite salarial de la NBA, podría terminar aplazando cualquier decisión contractual hasta el verano siguiente, cuando se convertiría en un agente libre restringido. Ingram, un All-Star en 2020, será un agente libre restringido este verano, pero los Pelicans han indicado que planean traerlo de regreso con un nuevo contrato a largo plazo.
Con Ball e Ingram junto con Williamson, los Pelicans creen que tienen un núcleo sólido para el futuro, aunque también para el presente ya que New Orleans estaba a solo tres juegos de los playoffs cuando se suspendió la temporada.
"Ahora mismo los estamos viendo como rascando la superficie de lo que pueden llegar a hacer", dijo Griffin. "Pero lo que más me emociona de su futuro, es que están muy entusiasmados el uno con el otro. Ven el potencial de algo especial entre ellos".