Con una eficiencia de nivel excelso en los primeros tres meses de la temporada del 2023, el venezolano Luis Arráez ha retornado la atención al promedio de bateo, una de las estadísticas más prestigiosa del béisbol, pero que en los últimos tiempos ha perdido parte del valor casi absoluto que una vez tuvo en la evaluación de los bateadores.
Arráez, quien conquistó el título de bateo de la Liga Americana la temporada pasada, con promedio de .316, (ha sido un tormento para los lanzadores rivales desde el día uno bateó de 4-2, .500, en el juego inaugural) con los Miami Marlins y básicamente ha rondado el porcentaje de .400 por la mayor parte del año.
El intermedista bateaba sobre .500 (.511) luego de los primeros 15 juegos de los Marlins, lo más bajo que ha descendido su average es a .371 (dos veces, la última el 27 de mayo) y hasta el domingo estaba en .402.
Desde 1900, apenas 13 bateadores elegibles para el liderato de bateo (al menos 502 apariciones o 3.1 apariciones por juego de calendario) terminaron la temporada de las Grandes Ligas (MLB) con promedio de .400 o mejor. La pelota estadounidense no ha tenido un bateador de .400 desde 1941, cuando Ted Williams conquistó la corona del joven circuito con .406.
Por la mayor parte de la historia del béisbol, cuya versión moderna data desde mediado del siglo XIX, el promedio de bateo, en sus diferentes variantes, fue la estadística por excelencia para calibrar la contribución de un bateador a su equipo, sin embargo, en los últimos tiempos, con la revolución de los registros avanzados, figuras como el OBP (que mide la frecuencia con que el bateador llega a bases) y OPS (la suma del OBP y el Slugging, que mide la potencia), entre otras, han ganado prominencia.
Pero cuando un bateador puede hacer lo que hace Arráez, es imposible ignorarlo.
Entrando a la tercera semana de junio, Arráez encabeza MLB con promedio de .397, una ventaja de 59 puntos sobre su escolta en la Liga Nacional, el inicialista Freddie Freeman, de los Los Ángeles Dodgers, y 80 puntos por encima del líder de la Liga Americana, el torpedero Bo Bichette, de los Toronto Blue Jays. Además, es primero del béisbol con OBP de .447 y quinto en su liga con OPS de .942. Cuenta con 17 extrabases, 30 carreras impulsadas y 27 anotadas. Su OPS+ es de 157, lo que significa que ha sido un 57% mejor que el bateador promedio.
"La Regadera" está empatado con Bichette, con 91, en el liderato de hits de las ligas mayores y en la lista de juegos con dos hits (27). Tiene ocho juegos de tres imparables, dos de cuatro y uno de cinco. Tuvo una racha de 12 juegos con hit, solamente dos veces no logró incogible en dos choques seguidos y apenas falló en anotarse hit en 9 de sus primeros 61 cotejos.
Arráez, quien fue cambiado por los Minnesota Twins a los Marlins por su compatriota, el lanzador abridor Pablo López, y dos prospectos de ligas menores, durante el invierno, batea .326 (1,642-535) en 450 juegos en sus primeros cinco años en MLB.
Solamente se ha ponchado en 13 ocasiones en 253 apariciones en el 2023 y 144 veces en 1,822 viajes al plato en su carrera. Desde 1980, Arráez, quien tiene 151 juegos de hits múltiples, es el quinto bateador en 40 años con menos de 150 ponches en los primeros 450 juegos.
Los 155 puntos que tiene Arráez por encima del promedio general de MLB (.247) superan los 144 que tuvo Williams en 1941, un año en el que las dos ligas se combinaron para batear .262, lo que arroja una idea sobre la grandeza de la hazaña que está tejiendo el venezolano hasta ahora y la razón para que los aficionados vuelvan a poner atención a la casilla de los líderes de bateo.