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El Piojo rescata de su piojosa situación a Roger Martínez

LOS ÁNGELES -- Roger Martínez pensó que impondría en el América sus caprichos, sus devaneos, sus excentricidades, sus calenturas, como lo hizo ya alguna vez con equipos argentinos, chinos y españoles, para forzar su salida de El Nido por voracidad económica. Se equivocó.

Las circunstancias críticas en El Nido resucitaron al colombiano, pero, además, lo dejan condicionado. Y todo esto beneficia a las Águilas y a la imagen de autoridad de Miguel Herrera.

El Piojo rescató a Roger Martínez. Montó un teatro. Que los jugadores habían intercedido por su compañero en el exilio, en el destierro, y que esa petición de clemencia, fue llevada a los pies, benevolentes siempre, por supuesto, de Emilio Azcárraga Jean.

Astuto, aguzado, ladino, Miguel Herrera ganó una batalla en todos los frentes. Fortalece su imagen de autoridad, fortalece al equipo y fortalece el ánimo del plantel de cara al juego con Pumas.

1.- Ya tiene un compañero para Federico Viñas y/o Henry Martín en el ataque. Es decir, por primera vez tiene variantes en este torneo.

2.- Sabe que en este momento tiene con collar y bozal al jugador colombiano. Será el más fiel, leal y sumiso de sus jugadores, al menos este torneo.

3.- Lanza una bomba de doble impacto moral en dos escenarios. El América sabe que recupera poder competitivo con un futbolista ávido de congraciarse, y en Pumas, inesperadamente agregan una preocupación a su lista.

Miguel Herrera no lo confirma como titular. Apenas, aclara a TUDN, lo agrega a la plantilla de convocados, pero es evidente que tendrá actividad.

Y El Piojo recibe a otro Roger Martínez. A uno muy distinto. El lobo feroz se viste con piel de oveja y una blanca caperucita. El tipo arrogante, desafiante, perdonavidas que quiso extorsionar, metafóricamente, al Inter de Miami y al América, cambia de plumaje.

Y Roger Martínez llega trémulo, necesitado desesperadamente de revaluarse, de congraciarse, ansioso del indulto y del perdón, porque no hay nada más peligroso para un jugador que estar arrumbado y herrumbroso.

Tal vez, el americanismo, para beneplácito de El Piojo, pueda ver la mejor versión, la que estuvo ansiando por años, de Roger Martínez, porque condiciones de alto nivel, las tiene, pero, tal vez inferiores a las que él cree que lo deben tener jugando en Europa.

Recordemos, cuando quiso emigrar, Roger Martínez, desoladoramente, se enteró que sólo tenía dos ofertas reales de Europa, y eran de clubes de zona descenso o de ligas de ascenso. Sí, en el Real Madrid, el Barcelona, el City o el United, no saben de su existencia.

Su traspaso al Inter de Miami abortó por su voracidad. O de su promotor. El colombiano quería 4.5 millones de dólares al año, además de 3.5 mdd por la ficha. Pero, encima, quería que el América lo premiara con un porcentaje similar por su traspaso. Los clubes no cedieron ante ese intento de extorsión.

Pero, a futuro, más allá de librarse de esa condena al ostracismo en que estaba, el colombiano recibe una poderosa oportunidad de reivindicarse, de reencontrarse y de confirmar las virtudes innegables que tiene, cuando su cabecita no elucubra, como lo hizo en otros equipos, una manera ventajista de forzar su venta.

Recordemos que el torneo anterior, Roger Martínez comenzó al tope de su rendimiento. Le hizo la promesa El Piojo de ayudarlo a emigrar a Europa. Un pacto placentero.

Sin embargo, aquella expulsión ante Cruz Azul, que con la lentitud de Miguel Herrera para generar los ajustes, terminó por meterlo en un letargo del cual ya no pudo salir.