CUERNAVACA -- Una telaraña de vendaje adhesivo rojo abraza el hombro y antebrazo izquierdo de Alessio Di Mauro. En su espalda, otras dos aplicaciones del ya popular kinesio-tape parecen crearle alas al zurdo italiano. A los 36 años, Di Mauro cuida su físico con suma atención, buscando extender una carrera singular, que combinó su mejor momento deportivo con una sanción de 9 meses que aún despierta la bronca en el ex top-100.
En noviembre de 2007, Di Mauro fue el primer tenista castigado por apostar en partidos de tenis. El jugador de Siracusa no hizo apuestas en sus matches, ni tampoco estuvo ligado a amaños de resultados. Pero siguiendo las por entonces nuevas políticas de ATP sobre apuestas, recibió una suspensión que además incluyó 60 mil dólares de multa por apostar en 120 partidos entre noviembre de 2006 y junio de 2007.
A la suspensión de Di Mauro le siguieron sanciones similares para los también italianos Potito Starace, Daniele Bracciali, Giorgio Galimberti y Federico Luzzi. Todos bajo circunstancias parecidas y con castigos iguales o menores. Di Mauro apeló ante la Corte de Arbitraje Deportivo, y su suspensión fue reducida a 7 meses y 25 mil dólares.
Hoy Alessio es 248 del mundo, y está en México para jugar el Morelos Open, un Challenger de 75 mil dólares que se disputa en Cuernavaca. En tierras mexicanas, hace menos de un año, conquistó su último título en esta categoría de torneos. Fue en San Luis Potosí, donde sorteó la clasificación y ganó 8 partidos en 9 días para quedarse con el triunfo final.
Ahora, antes de su debut, Di Mauro repasa cómo es ser tenista profesional con edad de senior, y qué sensaciones le quedan de aquel "suceso de las apuestas" que marcó su trayectoria.
--¿Cuál es la pregunta que más te hacen?
--Por cuánto tiempo más voy a jugar.
--¿Y ya estás habituado a responderla?
--Hasta el año pasado no sabía cuál era la respuesta. Entonces decía: "Hasta que deje de divertirme". Pero ahora ya lo sé. Juego de aquí hasta fin de 2014. Este es mi último año, porque si no tienes un buen ranking es normal que a los 37 pares de jugar y comiences a trabajar de algo más, siempre ligado al tenis.
--No es común que los jugadores alcancen los 36 jugando en el circuito.
--Ahora es un poco más normal. Tienes casos como Tommy Haas (35 años), Radek Stepanek (35), toda gente grande que conoce muy bien su cuerpo, su físico. Hay excelentes fisioterapeutas. La vida del tenista se alargó con respecto a los '80. Por eso se juega hasta esta edad. Y en mi caso, sigo haciéndolo porque comencé tarde a disputar los torneos ATP. Y esas ganas de jugar y ganar a alto nivel me llegaron más tarde. Físicamente no he tenido grandes lesiones, y eso me ha ayudado.
--Con respecto a tu juego, ¿qué te ha ayudado a mantenerte vigente?
--Mejoré mucho con el servicio. El saque me da la posibilidad de acortar los puntos, de ganar al menos un punto fácil por game, y eso me ha ayudado a ahorrar mucha energía. Y luego, con la experiencia ves mejor el partido, desde un punto de vista táctico, que un joven de 20 años. Busco basar mis partidos en la experiencia, encontrar rápidamente el tiro que puede fastidiar a mi adversario.
--Hace siete años, en 2007, jugaste tu única final ATP, en Buenos Aires. ¿Qué recuerdas?
--Fue un lindo periodo de mi carrera, porque me llevó a mi mejor ubicación en el ranking, que fue 68 del mundo. Pero ese torneo fue especial porque, poco a poco, vencí a Berlocq, Montañes, Ramírez. Cuanto más avanzaba, crecía mi confianza.
--También hace siete años sufriste la sanción por apuestas. ¿Cómo ves ahora aquella situación?
--(Piensa. Demora en responder) Pienso que aún hoy hay partidos arreglados en el tenis. Y la ATP ha hecho muy poco. En siete años ha habido 5 sancionados. Y con nosotros, los italianos, han hecho una cosa muy muy fea. Yo no vendí ningún partido. Solo aposté en Bwin con mi propia cuenta. Todas apuestas perdidas. Ninguna ganada. Entonces querían atrapar a Alessio Di Mauro (mueve su mano de arriba abajo, señalando con su dedo índice al suelo). No sé por qué me eligieron a mí, a Starace, a Luzzi, a Bracciali. Solo italianos. Esto lo sabe solo el Señor.
--Hace siete años este problema no era tan grande como lo es ahora. ¿Cómo explicas el accionar de la ATP?
--Pero nadie hace nada. Al final involucraron a Scotland Yard, pero así no se resuelven los problemas. Es difícil para ellos ir a buscar a la persona que hizo la apuesta. No sé ni siquiera qué consejo le daría a la ATP. Quizás quitar las apuestas en el tenis. Esta sería una buena solución. Pero hay mucho involucrado, y la ATP tiene interés en esto, porque hay torneos que tienen a Bwin como sponsor, Interwetten, tantos sitios online de apuestas. Esto se convirtió en un problema que está a la par del doping.
--Hemos escuchado otros jugadores que también han dicho que hay partidos arreglados. ¿Por qué crees que no se ha hecho más?
--Pienso que no se ha querido hacer más. Ellos han hecho poco para buscar a las personas. Ahora apareció el caso de (Guillermo) Olaso (jugador español suspendido por cinco años por supuesto arreglo de partidos). Yo no sé qué culpa tiene Olaso. Pero me parece que él también es uno tomado del grupo (hace un gesto con su mano, como sacando algo de una bolsa) y sancionado. Como nos ocurrió a los italianos. Pero se hace poco.
--¿Y por qué los jugadores no tienen tanto peso en la discusión de este tema?
--Cuando a mí me sancionaron, yo hablé con los tenistas que eran los representantes del Player Council. "Non gliene fregava niente a nessuno". No le importaba nada a nadie. Porque yo era el cien o el noventa del mundo, y ellos son los primeros cinco del mundo. Se reparten tanto dinero. Ellos deberían hablar, pero no tienen mucho interés en ir en contra de la ATP.