Damián L. Delgado Averhoff | ESPN Digital 7y

WBC: La Novena de ESPN, día 17 y final

1. ESTADOS UNIDOS GANÓ EL CLÁSICO SIN Noah Syndergaard -el mismo que dijo que jugar el WBC no le llevaría a Cooperstown-, Clayton Kershaw, Mike Trout, Bryce Harper o Madison Bumgarner. Los nombres no ganan campeonatos. Dominicana y Venezuela lo saben. También Estados Unidos. En 2006 y 2009 habían apostado al nombre y no al compromiso. Creyeron que el WBC era una pasarela global para pavonearse con el rótulo USA. Un spring training más mediático. No, no, no. Nada de eso. Derek Jeter, Alex Rodríguez, Ken Griffey Jr. Chipper Jones, Mark Teixeira y compañía se fueron sin glorias. Jim Leyland que salió de la comodidad del retiro (2013) ante la llamada de Joe Torre, gerente general del equipo, sin dirigir siquiera la primera práctica, ya tenía la mitad de la batalla vencida. Cuestión de filosofías. Leyland ganó el Clásico desde el momento en que dejó claro que en su equipo estaría el que quisiera estar y tuviera verdadero compromiso. No mendigó compromisos ni presencias. "He tenido algunos jugadores que ya me dicen que esta es la mejor experiencia de su vida", dijo Leyland. "Teníamos los jugadores adecuados, teníamos jugadores que querían estar aquí, y ese es el tipo de jugadores que quieres". Y el resto de la historia ya la saben...

2. LA FRASE MÁS USADA EN LA FINAL, al menos la más publicable, fue: "No hay cuña que apriete más que la del mismo palo". Dicen que fue re-patentada por los fanáticos boricuas mientras el lanzador Marcus Stroman, de madre puertorriqueña, dejaba en un sencillo durante seis entradas a la poderosa artillería caribeña.

3. "USTEDES NO SABEN CELEBRAR", respondió el capitán de Puerto Rico, Yadier Molina, a su colega Adam Jones, del Team USA, después que éste asegurara que una de las cosas que más motivó al equipo norteamericano antes de la final del WBC fue conocer que Puerto Rico tenía un avión a su disposición y un gran desfile esperándolos en la Isla del Encanto sin siquiera saber el resultado del partido final. "Eso no nos sentó bien, así que hicimos lo que teníamos que hacer", dijo. No creo que lo hiciera de mala fe, simplemente revela el total desconocimiento que tiene de nuestros países. "(...) él no sabía lo que esto significaba para el (nuestro) pueblo", expresó Molina. Carlos Correa también habló del tema y puso los puntos sobre las íes: "Nuestro país ha estado detrás de nosotros desde que empezamos el torneo. (...) Es tan simple como esto: Si le preguntas a Ángel Pagán, si le preguntas a Yadi Molina si se siente mejor que en una Serie Mundial, dirían que sí. Si le preguntas a uno de los estadounidenses, dirán: 'No, ni siquiera cerca'. Así que eso sólo te dice que la forma en que jugamos cuando representamos a nuestro país. (...) Muchos de sus chicos dicen que no al WBC. Ninguno de nuestros chicos principales dice no al Clásico". Esta historia me hace recordar una famosa frase pronunciada hace unos añitos atrás "Y por qué no te callas".

4. DÍAS ATRÁS HABÍA DEFINIDO con una palabra la actuación de cada uno de los 12 países que quedaron en el camino durante las dos primeras fases del Clásico. Ahora corresponde completar el ejercicio de síntesis para estar en sintonía con esos apasionados de las redes sociales acostumbrados a devorar información en 140 caracteres. 1. Estados Unidos: Contundente; 2. Puerto Rico: Cautivador; 3. Japón: Estable y 4. Holanda: Sólida.

5. OTRO QUE SE METIÓ EN POLÉMICA fue el estadounidense Ian Kinsler. El intermedista dijo "espero que los niños que ven el WBC puedan ver la forma en que jugamos el juego y apreciar la forma en que jugamos el juego en contraposición a la forma en que Puerto Rico juega o lo juega Dominicana". La tormenta que generó trató de aplacarla diciendo que es meramente una cuestión de estilos y todos son válidos. Sí, todos son válidos, aunque esa supuesta tolerancia en Grandes Ligas es prácticamente cero. Criterios como el suyo (el inicial) se imponen. Por eso la temporada de MLB resulta aburrida para muchos. Las sacrosantas reglas no escritas han convertido al béisbol en un juego entre diplomáticos, algunos rechonchos, más pasivo que el golf o el ajedrez. En consonancia, hay que aceptar cuando los más jóvenes aseguran que hay que estar loco para engullir tres, cuatro y hasta cinco horas de juego. El WBC demostró que la pelota puede ser divertida. Una colega acá en ESPN me comentó que si todos los juegos tuvieran el ambiente que se vivió en la sede de Miami, el béisbol tendría muchísimos más adeptos. Respetable la opinión de Kinsler, pero ojalá que los niños que vieron el Clásico quieran parecerse más a boricuas y dominicanos. Que exterioricen sus emociones, a fin de cuentas el béisbol es un juego no un funeral.

6. LA POSTAL DE LA FINAL DEL WBC no podía ser otra que la captada por el fotógrafo Alex Trautwig de Getty Images. Carlos Correa, el antesalista boricua y Novato del Año de la Liga Americana en 2015, felicita a Marcus Stroman, pitcher estadounidense que maniató a los compatriotas de su madre boricua en la final del Clásico y que por dicha actuación mereció el premio de Jugador Más Valioso del torneo. La gorra que usó en la final, junto con la de Adam Jones, el casco de Brandon Crawford y la camiseta de Jim Leyland tendrán un espacio en el Salón de la Fama de Cooperstown.

7. EL CLÁSICO MUNDIAL FUE UN ÉXITO DEPORTIVO y comercial. Se rompió el récord de asistencia total (boletas pagadas) con 1, 086 720, un 23 por ciento mayor con relación a la edición de 2013. El partido de campeonato tuvo el segundo mayor aforo de la historia del torneo con 51,565 personas en el Dodger Stadium (54,846 acogió el Dodger Stadium para la final Japón vs. Corea del Sur del 2009). Japón rompió el récord de asistencias para una ronda con 209, 072 en la segunda fase. Según cifras brindadas por MLB, aproximadamente 2.3 millones de personas en los Estados Unidos sintonizaron el partido final USA vs. PUR en MLB Network. Esa cifra es la segunda mayor en la historia, únicamente superada por el Juego 2 de la Serie Divisional 2016 de la Liga Nacional entre Cachorros y Gigantes. Casi 800 mil personas adicionales vieron el partido en español a través de ESPN Deportes, ESPN2 y streaming, que significó la mayor audiencia en la historia reportada por la compañía en la trasmisión en Estados Unidos de un partido de béisbol. También 70 por ciento de los televisores en Puerto Rico sintonizaron el partido final. Y la mercadería del evento se vendió casi en un 50 por ciento más en comparación a 2013.

8. LO MÁS TRISTE DEL CLÁSICO: el hecho que acabó el torneo y habrá que esperar cuatro largos años para volver a estar en modo WBC.

9. Y DE LO MÁS TRISTE SE DESPRENDE LA PREGUNTA FINAL ¿y qué hacemos ahora en lo que llega el Clásico 2021?

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