El primer objetivo de Agustín Canapino en la cita especial que IndyCar organizó en The Thermal era correr la final. Y lo consiguió. Finalizó décimo, su mejor posición final en una competencia de la categoría, con lo que redondeó un muy buen fin de semana en el exclusivo country club californiano y, de paso, se llevó un cheque.
En la pista rodeada de lujosas mansiones y costosos autos, la categoría estadounidense organizó un evento por fuera del campeonato, sin puntos y con un premio de medio millón de dólares para el ganador. El Titán llegó a la definición en la pelea por ese botín, pero no tuvo resto para pelear y finalizó décimo (estadísticamente, el puesto 12 seguirá siendo su mejor posición porque The Thermal fue exhibición). Si bien quedó lejos de los 500.000 dólares, el piloto del equipo Juncos Hollinger Racing se llevó 23.000.
Para llegar a esa final, primero Canapino debió clasificarse en su manga. Se dividieron los corredores en dos grupos, quienes se enfrentaron en una carrera de diez giros. Los seis primeros avanzaron a la final y Agustín fue quinto en su serie. Para lograrlo salió indemne del accidentado comienzo, todo lo contrario de su compañero Romain Grosjean. El experimentado Scott Dixon le pegó desde atrás al francés en la partida y le provocó un trompo. El expiloto de Fórmula 1, quien compartía cuarta fila de largada con Canapino, cruzó la pista totalmente descontrolado y le pegó a Rinus VeeKay. El Titán pudo esquivar todo y esa carambola lo dejó quinto.
A Grosjean se lo llevaban los demonios. Un auxiliar de pista debió calmarlo, porque buscaba con quién pelearse. “¿Quién paga esto? No se corre así. Me pegaron desde atrás. Es una carrera sin puntos y me llevo el auto destrozado. ¿Quién lo paga?”, bramó el francés ante el micrófono de la TV.
Y llegó la final, pactada a 20 vueltas, dividida en dos sprint de diez, con un descanso en el medio. Dato para retocar el reglamento para las próximas ediciones. Todos tuvieron un juego de neumáticos disponible para la carrera definitoria y en el intermedio, la asistencia de boxes fue mínima. El reinicio para las segunda diez vueltas fue en fila india, partiendo en la misma posición en la que habían finalizado las diez iniciales, pero, y aquí el gris del reglamento, las diferencias se esfumaron. Es decir, Álex Palou ganó con una luz de un puñado de segundos esa parte inicial, pero en el relanzamiento, Scott McLaughlin estaba pegado. Agustín Canapino quedó noveno a un minuto de la punta, pero volvió a partir a escasos cinco segundos del español. Entonces, pilotos como Canapino o Colton Herta, por dar un par de ejemplos, se dedicaron a pasear entre mansiones en la primera parte, como estrategia para cuidar cubiertas para la decena importante. Tal vez, poner otro filtro de eliminación de seis en esa primera parte y tener media docena en la final daría más batalla y menos especulación.
De todas maneras, especulación o no, Palou no le dio chance a nadie. El actual campeón de la categoría voló durante todo el fin de semana, se quedó con el éxito y el cheque más jugoso. El catalán le puso el moño a un domingo soñado para España en el deporte motor: Carlos Sainz venció en F1, Jorge Martín festejó en MotoGP, Arón Canet se quedó con el éxito en Moto2, Daniel Holgado celebró en Moto3 y Palou se llevó 500 mil dólares.
Canapino, más allá de haber cuidad los neumáticos en la parte inicial, no tuvo ritmo para avanzar y fue último en la final (Graham Rahal abandonó y Pietro Fittipaldi fue descalificado porque no tenía el tanque de combustible lleno al momento de partir, tal como lo marcaba el reglamento de la carrera). Más allá de no haber podido avanzar, el Titán completó su objetivo de base.
IndyCar volverá a correr por los puntos el próximo 21 de abril en Long Beach.
El premio que ganó cada piloto en The Thermal:
Ganador: u$s 500.000
Segundo: u$s 350.000
Tercero: u$s 250.000
Cuarto: u$s 100.000
Quinto: u$s 50.000
Del sexto al 27º: u$s 23.000