Cuando nos ejercitamos, nuestro cuerpo genera agentes altamente reactivos que derivan del metabolismo del oxigeno, llamados radicales libres de oxígeno. Se trata de un proceso natural en la vida de todos, tanto de humanos como de animales. Afortunadamente, son agentes que tienen una vida muy corta, aunque en ese corto espacio de tiempo pueden llegar a ser muy dañinos.
Cuando los sistemas fisiológicos antioxidantes se saturan, ya sea por la producción excesiva de radicales (radiaciones ionizantes, radiación ultravioleta, ejercicio físico, etc.) o por descenso de la capacidad de los sistemas endógenos antioxidantes (alteración enzimática), la neutralización de los radicales libres por parte de nuestro organismo involucra otros sistemas celulares como las membranas, ácidos nucleicos y proteínas, lo que en última instancia lleva a la muerte celular.
También es importante entender que para este proceso nuestro cuerpo tienen una serie de enzimas naturales que actúan como antioxidantes, pero sus niveles decreciendo con el paso de los años. Esa es la razón por la que cuando vamos envejeciendo el aspecto de nuestra piel y cabello se va deteriorando. Y es por eso que debemos estimulara estas defensas naturales, para así paliar los efectos negativos de los radicales libres.
En diversas notas ya hemos hablado sobre alimentos ricos en antioxidantes, que son los que contienen mayores cantidades de vitaminas como la C y la E, minerales como el selenio y el zinc, y péptidos como el L-Glutation. Incluirlos en tu dieta diaria es la mejor y más sana manera de combatir los efectos de los radicales libres, y en definitiva una inversión en salud a futuro.
¿Eras consiente de los radicales libres?