Luis Urías solía ser uno de los mejores prospectos no solo en el sistema de los San Diego Padres, sino también en todo el béisbol.
Es un jugador del medio del cuadro orientado al contacto que probablemente batea mejor que .300 incluso en el nivel más alto, aunque con modesta potencia y velocidad. Luego, Urias debutó en Las Mayores y no bateó como se esperaba y los Padres, como un entrenador de fantasía abandonado que confía en una pequeña muestra para guiarlos, lo enviaron a los Milwaukee Brewers en el intercambio de Trent Grisham el invierno pasado. No hace falta mucho para que los managers de béisbol de fantasía se olviden de los mejores prospectos. Nada contra Grisham, pero eso podría ser un error en este caso.