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Jorge Griffa: El hombre que moldeó el fútbol argentino, descubrió a Pochettino, fue referente de Bielsa y muchos más

BUENOS AIRES -- La historia de cuando Jorge Griffa y Marcelo Bielsa tocaron la puerta de la casa de familia de Pochettino durante una gira de captación de talento y encontraron a un Mauricio de 13 años durmiendo ya es relativamente conocida.

Según lo recuerda Griffa, él y Bielsa habían ido a Santa Isabel, provincia de Santa Fe, buscando talentos para llevar a Newell's Old Boys en Rosario. Estando ahí, los locales les comentaron que un chico de apellido Pochettino --de Murphy, a unos 30 minutos de viaje-- era el mejor juvenil de la región. El problema era que Pochettino no había ido a la prueba.

La dupla, que en aquel entonces estaba rastrillando el interior argentino en busca de talento joven para competir con los clubes más grandes del país, estaba dispuesta remover cielo y tierra en su búsqueda y llegó a la residencia Pochettino temprano por la mañana.

"Nos mostraron a Pochettino durmiendo", dijo Griffa en una entrevista reciente con ESPN. "En ese momento, era enorme para su edad. Era grande como un elefante".

El padre de Pochettino tenía malas noticias para Griffa y Bielsa. Su hijo estaba decidido a jugar en el archienemigo de Newell's, Rosario Central.

"¿Ya firmó?", preguntó Griffa. "No, no lo hizo", respondió el padre de Pochettino.

Sean cuales fueran las técnicas de persuasión que usaron Griffa y Bielsa, lograron su cometido. Griffa cuenta que, unos días más tarde, el padre de Pochettino se presentó en su oficina de Rosario con la tarjeta de ingreso de su hijo en la mano, y, tras una breve prueba, "Poch" se convirtió en jugador de Newell's.

¿Sería demasiado decir que si ese encuentro y esa persuasión no hubieran ocurrido Mauricio Pochettino no habría conducido a Tottenham Hotspur a la final de la Champions League por primera vez desde 1962? ¿O que no estaría por arrancar una nueva temporada de Premier League como el tercer favorito a ganar el título, a pesar de que su equipo tiene una fracción del presupuesto de sus principales rivales? Es demasiado para afirmarlo con certeza, ya que todo jugador o técnico exitoso debe tener alguna ayuda en el camino. Pero la escuela de fútbol que Pochettino tuvo en Newell's, además de las identidades y los valores compartidos que ayudaron a definirlo --y, por añadidura, a su equipo de Spurs-- fueron vitales para moldear su carácter y su filosofía.

Pochettino ha hablado sobre la influencia que tuvo Bielsa en su carrera, pero fue Griffa quien sentó las bases en la academia de Newell's para forjar talentos y mentes futbolísticas como las de Bielsa, Jorge Valdano, Gabriel Batistuta, Gerardo Martino, Gabriel Heinze, Maxi Rodríguez y Pochettino, obviamente.

Puede que Griffa, de 83 años, no sea tan conocido fuera de Argentina, y no suele buscar la fama con su trabajo, pero la estampa que ha dejado en el mundo del fútbol va más allá de América del Sur.

Una conversación de una hora en el modesto departamento de Griffa en el barrio de Recoleta, Ciudad de Buenos Aires, pasa volando. Griffa, vestido con una camiseta negra y una pañoleta, es cortés y cálido, pero también es imponente, lleno de convicción y pasión. Incluso a su edad, el ex defensor de Newell's no es alguien a quien quieras cruzar.

Como sucede con muchas de las personas exitosas en el fútbol y otros ámbitos de la vida, hay mucha claridad en sus ideas. La conversación salta de su rol en el reclutamiento y el desarrollo de jugadores de la talla de Batistuta y Carlos Tevez (para Boca Juniors) a cuando se convirtió en una leyenda de Atlético de Madrid y batalló contra el famoso Real Madrid de fines de los años '50/principios de los '60 como una de las primeras exportaciones exitosas de Argentina en defensa; a la transformación de Bielsa de jugador a entrenador; a cuando convenció al actual presidente argentino Mauricio Macri a comprar la tierra donde Boca podría construir una base de entrenamiento moderna; y, por último, a los elementos claves que tiene en cuenta a la hora de evaluar a un jugador joven.

Griffa fue un buen jugador por derecho propio, y esa dedicación con la que luego rastrilló la Argentina en busca de jugadores le fue inculcada desde muy pequeño. Al principio de su carrera, viajaba más de una hora en autobús y luego en la moto de su tío desde Casilda hasta Rosario para entrenar en Newell's. También trabajaba en la tienda de ramos generales "La Unión" de su padrino porque "solíamos ganar dos pesos, nada, muy poco" jugando para Newell's.

Después de cinco años en Newell's y de una exitosa Copa América 1959 con Argentina, Griffa captó la atención de Atlético de Madrid. Durante una carrera de 12 años en España, Griffa ganó tres Copas del Rey y La Liga en 1966, quebrando la hegemonía de Real Madrid en una defensa que solamente permitió 20 goles en 30 partidos esa temporada. Dice mucho que 50.000 personas hayan asistido a su homenaje en el Estadio Metropolitano.

Griffa se describe como un defensor "muy duro" que también podía jugar como mediocampista defensivo y, en una época con escasa ciencia del deporte, dice que jugó la mayor parte de su carrera con un desgarro en el ligamento cruzado anterior tras sufrir una lesión a los 21 años. Cuando su carrera terminó, dirigió a Newell's durante seis meses antes de darse cuenta de que no era lo suyo.

"Me di cuenta de que no sabía nada", dijo Griffa.

El descubrimiento de que el desarrollo de jugadores era su punto fuerte ha beneficiado a generaciones de jugadores argentinos.

"Fue el sacrificio de mi vida"
Griffa se avocó a construir un sistema de desarrollo de inferiores en Newell's, a construir un centro de entrenamiento en un basural en las afueras de Rosario y a recorrer el país en busca de talento. La calidad del trabajo de Griffa fue reivindicada en 1988, cuando Newell's ganó el título de la primera división argentina con un equipo integrado exclusivamente por jugadores formados en el club y, por añadidura, influenciados directamente por Griffa.

"Me pregunté lo siguiente: ¿Cómo vamos a competir, con un club chico como Newell's, contra River, Boca, Independiente, Racing y Huracán, que era grande en ese momento?", dijo Griffa.

"Lo haremos a la inversa", continuó. "Todos los clubes tienen el deseo de traer chicos del interior, pero no los van a buscar".

Griffa creó una red de informantes en la región, y les prometió a los clubes juveniles que serían recompensados si uno de sus chicos llegaba a la primera de Newell's.

"Fue el sacrificio de mi vida, de la vida de mis hijos, de mi mujer, todo, un torbellino de cosas. Compromisos, responsabilidades, ir a ver diferentes clubes del interior -- fue un trabajo inmenso", dijo Griffa.

Una vez que el talento era identificado e incorporado a Newell's, se hacía énfasis en que los jugadores estudiaran, lo cual quizá se vea reflejado en su prevalente cultura y ayude a explicar por qué tantos de sus graduados --Martino, Eduardo Berizzo, Heinze, Pochettino-- han tenido éxito como técnicos progresivos y con buena dicción.

"Siempre hice hincapié en la seguridad de estudiar, [y en que una carrera en] el fútbol era [sólo] una posibilidad", dijo Griffa. "Siempre intentamos que sigan el camino correcto, que no reciban solamente una formación futbolística, sino también una formación básica que es necesaria para formar parte de la sociedad".

La ubicación de Rosario lo ayudó en el proceso, ya que la provincia de Santa Fe tiene una rica historia de talento futbolístico. Valdano, por ejemplo, sugirió recientemente que Rosario merecía a Lionel Messi por su intensa cultura futbolística.

En 1976, el técnico argentino César Luis Menotti le preguntó a Griffa si la B de Newell's representaría a la Argentina en el torneo de clasificación regional para los JJ.OO. en Brasil en 1976. Griffa aceptó, y el equipo terminó tercero.

"Hay un triángulo, entre el sur de Santa Fe, el este de Córdoba y el norte de Buenos Aires. Es un triángulo en el que hay familias normales, familias disciplinadas, bien intencionadas, que viven en entornos muy sanos y además tienen una buena alimentación", dijo Griffa, como si estuviera describiendo al clan Pochettino. "En otras palabras, tienen los principios y las necesidades básicas".

Además, Griffa tenía ojo para identificar talento.

"¿[El jugador] tiene buena técnica? ¿Es rápido? ¿Fuerte? Esas son las tres condiciones fundamentales, pero luego, en el jugador ideal busco: técnica y temperamento, fuerza y coordinación, rapidez física y mental, inteligencia y equilibrio psicológico".

Griffa cree que Messi y Diego Maradona son los que más se han acercado al concepto del jugador ideal. Pero más que por su pericia en la identificación de talento, cuando se menciona el nombre de Griffa fuera de Argentina, generalmente es asociado con Bielsa y su relación especial. El pasado mes de noviembre, se inauguró el hotel Jorge Griffa en la sede de entrenamiento de Newell's. El proyecto fue financiado por el DT de Leeds, quien insistió en nombrarlo en honor a Griffa.

"Marcelo Bielsa estaba jugando en inferiores y vino a verme. En la primera conversación que tuvimos, me dijo: '¿Sos Griffa?' 'Sí', le contesté. [Él respondió:] 'Si viniste de Europa a dirigir acá en inferiores, estás loco'".

Griffa describe a Bielsa como un defensor "rústico" como jugador, y agrega que tenía un "compromiso tremendo". Era claro que el futuro de Bielsa estaba en el fútbol, pero no sería como jugador.

"Me abordó con decisión y me dijo: 'Jorge, quiero ser entrenador'".

Pero Griffa no quería que Bielsa que se apresurara en dirigir al primer equipo que se presentara. Le dijo que sería su mentor y desarrollaría su potencial como entrenador: "Vas a llegar [a ser entrenador] en la primera división, [pero antes] vas a trabajar conmigo, a mi lado, y cuando llegue el momento, vas a dar el salto".

En 1990, luego de que la dupla emprendiera aquella monumental búsqueda de talento y desarrollara a los jugadores, Griffa fue a hablar con el presidente de Newell's y le dijo que Bielsa estaba listo para ser el DT del club. Como mentor, Griffa seguía guiando a Bielsa cuando su estudiante condujo al club al título del Apertura en 1991 y al título del Clausura en 1992, y también a la final de la Copa Libertadores de 1992, con un equipo integrado por Pochettino, Berizzo y Martino, entre otros.

"Marcelo tenía todos los ingredientes para ser un gran entrenador, como lo es ahora", dijo Griffa. "Lo empujé y también lo frené en ciertas situaciones, un poco como un padre".

El trabajo de Griffa en Newell's continuó tras las salidas de Bielsa y Pochettino. Luego se dedicó a desarrollar talento en Boca Juniors, donde se formaron jugadores de la talla de Teves, Fernando Gago, Éver Banega y Nicolás Burdisso durante su ciclo de 10 años en el club. Luego pasó por México, Independiente, y dio conferencias en diferentes países.

Ahora, mientras el Tottenham Hotspur de Pochettino se prepara para otra campaña de Premier League, que Bielsa le ha dado nueva vida a Leeds United, que la selección México está siendo reconstruida por Martino, que Heinze es uno de los jóvenes entrenadores argentinos más prometedores en Vélez Sarsfield y que Berizzo está prosperando con Paraguay, uno imaginaría que Griffa se está regodeando en los frutos de las semillas que él ayudó a sembrar. Pero ese no es el caso.

Fue llamativo que durante el transcurso de la conversación Griffa se lamentara por el poco tiempo que ha pasado con su familia por haberse dedicado al fútbol con un fervor casi religioso. Pero tras un período en el que se retiró a medias, el bichito del fútbol no lo dejó y hoy está nuevamente donde empezó todo. Griffa fue nombrado director de captación en Newell's Old Boys en febrero y está nuevamente en la búsqueda del próximo Pochettino, Tevez o Batistuta.