Este lunes, el plantel de Inter de Porto Alegre, con Paolo Guerrero incluido, volvió a los entrenamientos con diversos protocolos sanitarios y divididos en seis turnos.
Antes del ingreso a las canchas de entrenamiento, todos los jugadores debieron pasar por un test para detectar el COVID-19, y les tomaron la temperatura.
"Será una práctica diaria para controlar de cerca la salud de los futbolistas. Hay una escala de horarios para que puedan llevar a cabo sus actividades minimizando los riesgos", explicó el doctor Luis Crescente, Coordinador de Salud del equipo colorado.
Luego de los exámenes, los jugadores corrieron alrededor de la cancha e hicieron ejercicios con pesas.