Al cabo de 22 años, la máxima competición continental no contará con las dos mayores estrellas de este principio de siglo, Leo Messi y Cristiano Ronaldo.
BARCELONA -- Vuelve la Champions League… y por primera vez desde la campaña 2001-02 no tendrá entre sus participantes a Leo Messi ni a Cristiano Ronaldo. El argentino (debutante en diciembre de 2004 con el Barça) se despidió el pasado curso defendiendo la camiseta del PSG; el portugués (que se presentó en agosto de 2002 con el Sporting de Portugal) ya lo había hecho el anterior en su segunda, y tormentosa, etapa con el Manchester United. Ahora, al cabo de 22 años la máxima competición continental no contará con las dos mayores estrellas de este principio de siglo.
El internacional portugués de origen brasileño Pepe, que debutó el 14 de septiembre de 2004 con el Porto (0-0 frente al CSKA Moscú), será esta temporada el futbolista más longevo en la Champions, en la que suma 115 partidos, lejos de los 187 de Cristiano Ronaldo y, también, de los 144 que suma (todos con el Bayern Munich) Thomas Müller, el jugador con más presencias de los que tomarán parte en el torneo.
Será, la de esta edición, una competición que volverá a poner en el escenario el nuevo y mediático pulso entre Haaland y Mbappé, llamados a ser los sucesores de Messi y Ronaldo, y en la que además del argentino se echará en falta la presencia de otros míticos futbolistas de los últimos tiempos, como es el caso de Benzema o Busquets…
Pero por encima de todo será la primera Champions post Messi, una vez despedido ya antes su gran competidor, y que marca el final de una era que quedará en los libros. Los 187 partidos y 141 goles que mantienen a Cristiano Ronaldo en lo más alto, los 13 trofeos de máximo goleador que se repartieron en 15 temporadas, el record de 17 goles en una sola campaña del portugués, el record de 80 dianas en fase de grupos del argentino, los ocho hat-tricks que comparten ambos… Y el impacto mediático, monumental, que supuso su presencia en el torneo del que se convirtieron en reyes indiscutibles.
La Champions en la que el Manchester City, primer equipo que estrena defensa desde que lo hiciera cayendo en la fase de grupos el Chelsea en 2012, partirá como principal favorito, bajo el mando de Pep Guardiola y abrazado a la voracidad de Haaland; el torneo que volverá a ser la obsesión del PSG de Mbappé y de Luis Enrique, cuyos inicios en el banquillo han sido desoladores; el campeonato con el que sueña Harry Kane, que cambió Tottenham por Bayern Múnich; la competición fetiche del Real Madrid que alumbra a Bellingham como nueva estrella galáctica o que provoca escalofríos a un Barça que tras caer en la fase de grupos dos temporadas consecutivas confía en volver a dar que hablar.
La seguirá Messi desde Miami y lo hará desde Riad Cristiano Ronaldo. Allí, uno en el Inter Miami y el otro en el Al Nassr, apuran sus últimos años de carrera sin el nivel de exigencia que disfrutaron, y sufrieron, durante dos décadas en una Europa futbolística que les encumbró a lo más alto.
En una era que ya acabó.