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Frente a Frente: Thomas Müller vs Fernando Torres

Getty Images

El Bayern Münich, dispuesto a cobrarse la ofensa de la ida y aprovechando que al Atlético de Madrid le acomoda el papel de víctima, salió con artillería pesada desde el principio. A Guardiola le habían llovido las críticas por guardarse a Thomas Müller en la ida, pues el potencial de creación y llegada del equipo al área rojiblanca había disminuido considerablemente sin él. Guardiola recapacitó y desde la víspera anunció su presencia en el cuadro titular que intentaría remontar el 1-0 con que habían vuelto de Madrid.

Y vaya que demostró ser vital para el cuadro teutón. Oscilando entre la media punta y la banda derecha como apoyo para Douglas Costa, el atacante hizo la vida imposible a Diego Godín, uno de los mejores centrales del mundo. Junto con Fran Ribery, en la banda izquierda, fue uno de los hombres más incisivos del Bayern Münich en la primera mitad.

Tuvo varias llegadas al área rojiblanca e incluso probó suerte en dos ocasiones. Para su mala fortuna, se topó con un muro llamado Jan Oblak, que paraba todo dentro de su campo de visión. El atacante tuvo la más clara del primer tiempo pero sólo sirvió para hacer lucir al esloveno con la atajada de la temporada. Trabajó incansablemente buscando a Lewandoswsky, aunque el polaco, de nueva cuenta, se vio superado por la importancia de la cita. O bien fallaba en el disparo, o bien llegaba tarde a los pases de su compañero, facilitando las cosas a Jan Oblak.

Pasada la media hora en que se pusieron 1-0 por delante después de un sofocante asedio a la portería rojiblanca, los teutones se lo tomaron con más calma. El Atlético era un manojo de nervios y dio una oportunidad de oro al rival regalando un penal. Como podía ser de otra manera, cobró Müller. Y tan increíble fue el grave error defensivo como el hecho de que el autor de 32 de los 117 goles marcados por el Bayern fallara. Oblak, el portero joven más prometedor de Europa, le adivinó el tiro.

Pasado el descanso, Müller se esfumó. Y eso que el Bayern pasó los siguientes 45 minutos en el área del Atlético buscando aumentar la ventaja por todos los medios.

Entonces apareció la chispa del ‘Niño’, que sigue dando suerte al Atlético. Fernando Torres apenas había dado señales y ni siquiera era su culpa. El Atlético vivió prácticamente encerrado en su área. Si tuvo dos oportunidades claras fueron muchas. Apenas un par de disparos a puerta, ambos de fuera del área y desde la segunda línea.

Torres se vio amarrado desde el principio por su excompañero de selección Xabi Alonso, que lo siguió a sol y sombra en las escasas ocasiones en que el Atlético se hizo con el balón. El resto del tiempo, Fernando Torres se había limitado a ser un obrero más en la media, presionando, sin mucho éxito, en un intento por recuperar el balón. Pero entonces llegó el robo clave. El contragolpe con dos puñales, Griezmann y Torres, imposibles de contener. Grizi emprendió la carrera. Torres midió y aguantó lo que pudo el balón hasta que lo vio en línea con la defensa. Solo entonces filtró un balón largo para que el francés pusiera el 1-1. Vino un segundo tanto del Bayern. Una asistencia imposible de Vidal, que voló para ganar en el salto a Filipe Luis y centrar para Lewandoski y poner el 2-1. Y un penal regalado al Atlético por una falta en el borde del área, que Torres, como Müller antes que él, falló. No importaba. Había registrado su primera asistencia en la Champions para que Griezmann, con el tanto, sacara el boleto a Milán.