Atlético Nacional se instaló de nuevo en una final de Liga Colombiana después de cuatro años en los que venía dando tumbos en la máxima división del fútbol colombiano, el equipo ‘Verdolaga’ corrigió el rumbo a mitad de temporada y ahora irá por el título ante el siempre difícil Deportes Tolima. La llegada de Hernán Darío Herrera al banquillo del equipo fue clave para corregir detalles que hoy tienen al club muy cerca de una nueva estrella.
‘El Arriero’, como es bien conocido, es sin duda un hombre de la casa, a sus 64 años la sangre verde sigue corriendo por sus venas, primero se hizo como jugador, ha estado en el fútbol base del equipo y cuando el club lo llamó a tomar las riendas de la nómina estelar estuvo a la altura.
Como futbolista Herrera fue un jugador con calidad exquisita, se hizo en la entraña de Atlético Nacional donde jugó más de trecientos partidos, gambeteador y quien con gran dominio de la pelota gustaba de ir dejando tres y hasta cuatro rivales por el campo, siempre con la cabeza en alto, con gran visión de juego y explosivo a la hora de atacar, brillante y efectivo en las áreas contrarias, se le recuerda por fascinantes jugadas de la mano con Cueto, La Rosa y/o Sapuca. Con la camiseta del club de sus amores alcanzó a celebrar más de setenta goles gracias a una gran precisión en el remate como mediocampista y pudo gritar campeón en los años 1976 y 1981.
Tras dejar el fútbol como jugador en los inicios de la década de los años noventa, Herrera empezó a forjar su carrera como Director Técnico, primero se le recuerda al mando del Real Cartagena con el que logró el ascenso a Primera División y luego su destacada labor en el equipo base de Atlético Nacional, la cual lo ha llevado a convertirse en el DT del primer equipo.
Jugar finales como entrenador para un hombre como Hernán Darío Herrera no es algo ajeno en su carrera dentro de Atlético Nacional. Ya en 2018 en condiciones muy similares a las actuales asumió como Director Técnico tras la salida del argentino Jorge Almirón y ‘El Arriero’ haciendo algunos ajustes y con buen manejo de grupo, estuvo a la altura de las circunstancias, tanto, que hasta logró el título de la Copa Colombia de aquel año.
En el banquillo a Herrera se le reconoce como un hombre tranquilo, pero que explota cuando ve que las cosas no andan bien, gesticula y se mueve en su recuadro buscando soluciones desde la raya. Asumió de nuevo como técnico de Nacional en esta temporada luego del fracaso del equipo en Conmebol Libertadores y del inconsistente juego que mostraba el equipo de la mano de Alejandro Restrepo. Como buen trabajador, ‘El Arriero’ Herrera le ganó la pulseada a nombres de cartel que sonaban con mucha fuerza para llegar a dirigir como Hernán Crespo, Sebastián Beccacece y/o el mismo Reinaldo Rueda.
Desde el banquillo Herrera corrigió, le habló al oído al jugador ‘Verdolaga’ y las cosas empezaron a enderezarse por el camino. El equipo antioqueño ya instalado en los cuadrangulares semifinales y pese a algunas bajas sensibles como las de Gio Moreno, supo salir delante de encuentros difíciles y terminó ganando el Grupo A para ahora estar ad portas de lo que puede ser un nuevo trofeo para sus vitrinas, aquel que sería el primero en Liga para la carrera de su estratega.