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Martinica, la selección que se sostiene a sí misma

Samuel Camille recoge los tacos y los guantes de portero que ya no usan sus compañeros en el Tenerife de la segunda división de España, hace lo mismo Jean Babin en el Sporting de Gijón, repite la rutina Jordy Belem en el Seattle Sounders de la MLS y copia Joris Marveaux del Ajaccio de Francia, es la forma en la que la Selección de Martinica alimenta su stock previo una competencia y con esas armas se prepara para enfrentar al llamado “Gigante de Concacaf”, México, en la Copa Oro.

“Económicamente sabemos que hay mucha diferencia entre los amateurs y los profesionales. Traje guantes, zapatos, camisetas. Me dijo Babin que iba a traer algunas cosas, entonces yo también quise ayudar a los compañeros”, cuenta Samuel Camille, lateral del Tenerife de España y seleccionado de Martinica.

“Cada vez que vengo trato de traer camisetas, botas, guantes que dejan los porteros del club y los traigo a la selección. Cuando vengo con Martinica doy todo lo que puedo y estamos ahora muy unidos”, se suma a la historia Jean Babin, jugador del Sporting de Gijón.

Martinica es una isla que desde el espacio se ve microscópica en el mar Caribe, tiene una población de 380 mil habitantes, no está afiliada a la FIFA y en su representativo de Copa Oro presume a seis futbolistas profesionales de una lista de 23 convocados. No tenían dinero para llegar al torneo que organiza la Concacaf y pidieron a su pueblo ayuda para arribar a territorio estadounidense.

“Hubo problemas de presupuesto. La verdad que jugar la Copa Oro requiere una inversión importante, al no ser una selección de la FIFA recibimos menos dinero. Gracias a la ayuda de todos, podemos estar aquí”, platica Camille, que nació en Francia, pero tiene papás martiniqueños.

La selección del país caribeño necesitaba 350 mil dólares para cubrir los gastos de logística que conlleva participar en una competencia en la que jugarían contra las mejores 16 selecciones de la Concacaf, aproximadamente una aportación de 0.92 centavos de dólar por habitante de la isla, el 10 por ciento del salario mínimo de un empleado en aquel país.

“Hicimos un llamado a la gente de Martinica para que nos apoyara económicamente y se cumplió la meta”, agrega Jean Babin, que ha jugado en España, Francia e Israel.

La Selección de Martinica se mantiene así misma y quiere seguir en lo que ellos llaman su Mundial, la Copa Oro.