El capitán tuvo la oportunidad de tener todo un estadio lleno para jugar su último partido como profesional
La tarde era espectacular. Era como si supiera lo que estaba por venir en el Morera Soto donde Bryan Ruiz estaba listo para dar su última cátedra de fútbol entre los dos equipos de sus amores, la Liga Deportiva Alajuelense y el FC Twente.
La afición de Alajuelense respondió al llamado de su equipo y de su capitán al que le dieron una despedida en un evento de mucha armonía entre ambos equipos.
En la salida de ambos cuadros a la cancha llamó la atención aspectos como que Ruiz empezó de titular con los tulipanes. Con la ‘10’ en su espalda y la banda de capitán en su brazo izquierdo, la ‘Comadreja’ volvió a jugar con Twente desde que se marchó en agosto de 2011.
Con los visitantes también estaba el costarricense Manfred Ugalde, a quien la afición manuda le recordó su pasado en Saprissa con uno que otro chiflido.
La prueba de que la calidad no se pierde es que apenas empezando el juego en 3 minutos Bryan Ruiz se encargó de abombar las redes en una jugada que participó Ugalde y con un remate de seguido dejó sin opción al portero Miguel Ajú, lo cual no frenó a los aficionados de celebrar y aplaudir el gol del capitán, aunque fuera con otra camiseta.
Al minuto 10 hubo un gesto muy significativo de la afición que armó un mosaico alusivo a Bryan Ruiz. En el sector Norte se veía cómo se formaba el número 10, en el Oeste se formaban las siglas LDA y en sector Sur se veían tres imágenes de momentos importantes del futbolista.
Quien también tuvo protagonismo poco después fue Manfred Ugalde que se fue en punta de ataque para cerrar una jugada de contra de su equipo y castigó a Ajú sin problema alguno.
Con el paso de los minutos la presión del Twente se disipó un poco, esto generó que la Liga lograra acomodarse mejor en el campo y empezar a atacar un poco más.
Aarón Suárez tuvo la primera clara de Alajuelense, pero el arquero Lars Unnerstall le dijo que no con un atinado achique, pero en la jugada siguiente Suhander Zúñiga envió un centro con veneno al área pequeña, que llevó a la confusión a la defensa del Twente que propició una pelota que le quedó muerta a Johan Venegas para marcar el descuento.
Si la primera parte fue especial, la segunda lo fue todavía más, ya que Bryan Ruiz ingresó al campo vistiendo los colores rojinegros de Alajuelense y tuvo la oportunidad de volver a jugar con uno de sus ídolos, Wilmer López.
El ‘Pato’ volvió a ponerse la dorsal número ‘6’ para el deleite del Morera Soto que le aplaudió cada intervención que tuvo, mientras que luego de 15 minutos ingresó al campo Matías Ruiz, hizo el capitán, el cual fue recibido con una gran ovación por el cariño que le tiene la afición liguista, así como Álvaro Saborío, delantero que se retiró del fútbol hace unos meses, pero que todavía tenía pendiente ponerse la camiseta de la Liga una vez más y esta era una ocasión perfecta para hacerlo.
Siempre ha estado acostumbrado a ser el que se roba los reflectores con sus goles, asistencias o su caracter en momentos importantes, pero en esta oportunidad no fue él quien se dejó el protagonismo, sino su hijo Matías, quien con 14 años, se encontró una pelota suelta y con un remaste de pierna derecha puso el 2-2.
El marcador no se movió más, los dos equupos disfutaron de una noche de fiesta en un estadio Morera Soto que apotó en cada momento para despedir a Bryan Ruiz, al que para muchos ha sido, el mejor jugador de campo que ha tenido el fútbol de Costa Rica.
Finalmente, el juego se terminó al minuto para dar paso al discurso de despedida de Bryan Ruiz, quien cargado de emotividad dio unas palabras que calaron en lo más profundo de la afición que le rindió una última ovación.