COSTA RICA -- Pablo Salazar, exdefensor y actual asistente técnico de Herediano, es muy recordado por los costarricenses gracias al liderazgo y buen desempeño que tuvo en su trayectoria como jugador; sin embargo, detrás de sus buenos momentos esconde una historia de sacrificios para alcanzar su sueño de ser futbolista.
En entrevista con ESPN, Salazar abrió su corazón y contó que muchas veces no tenía el suficiente dinero para poder ir a los entrenamientos o para regresar a su hogar, al punto que en las distintas paradas de los autobuses se quedaba esperando a algún conocido que le pudiera ayudar.
“Tuve que hacer muchos sacrificios, puedo decir que en mi camino a ser profesional nunca me regalaron nada, siempre luché al máximo. Hubo un momento en mi juventud donde no tenía dinero para completar mis pases, entonces preguntaba si algún compañero me podía llevar o pedía un poco de plata por un lado y luego por otro. Otras veces lo que hacía era que me quedaba esperando en la parada a alguien conocido para pedirle ayuda, pero tenía que lidiar con la vergüenza”; contó.
Pablo Salazar empezó su carrera como futbolista en Santa Bárbara, pasó por las filas de Alajuelense, Cartaginés, UCR, Liberia Mía y en 2015 jugó en México con el CF Mérida. Podría ser algo llamativo por el hecho de absorber experiencia; no obstante, algunos de esos episodios fueron complicados y se aferró a la fe para no dejarse caer.
“Había entrenadores que no me tomaban en cuenta o compañeros que trataban de complicarme el camino, yo trataba de que eso no me desviara. En medio de eso capítulos siempre tenía a Dios muy presente porque sabía que me estaba preparando para algo bueno. Mis padres fueron esenciales para ayudarme, ellos siempre me apoyaron y yo les agradezco que desde pequeño me enseñaron a tener buenos valores que me ayudaron a permanecer”; destacó.
Por un momento pensó en colgar los tacos antes de tiempo, ya que en una parte de su carrera como jugador se había quedado sin equipo y muchos le cerraron las puertas, hasta que una luz iluminó su vida y provenía desde las instalaciones del estadio Eladio Rosabal Cordero.
“Antes de llegar a Herediano estaba sin equipo, fue el momento más difícil para mí retirarme porque se había hecho un pequeño grupo en contra de mí y de un compañero para que no nos contrataran por una situación jurídica que teníamos con Liberia Mía. Toqué las puertas de Cartaginés, San Carlos, Alajuelense y Saprissa, pero me las cerraron. Cuando todo parecía perdido me contactaron desde Herediano y ahí comenzó esta aventura”; dijo.
“Yo le dije a mi esposa que estaría agradecido con ellos y por eso les juré lealtad. Los compañeros que tuve desde el 2011 que llegué fueron muy especiales y se hizo una cultura muy fuerte donde primero estaba la parte humana y luego la futbolística. Nadie era más que nadie, no había intereses individuales y hasta la fecha todo eso prevalece”; agregó.
Nueva aventura desde la parte técnica
Desde entonces Pablo Salazar representó con mucho orgullo los colores de Herediano, en donde logró alcanzar cinco títulos nacionales, uno de Liga CONCACAF, 266 partidos, 26 cotejos internacionales y 26 goles en su cuenta.
Gracias a sus estudios en gestión deportiva y los cursos de entrenador que llevó mientras ejercía como jugador, hoy le permiten ser parte del cuerpo técnico rojiamarillo y eso lo sigue manteniendo ligado al club.
“Empecé a estudiar gestión deportiva hace nueve años porque me encantaba que cuando me retirara siguiera ligado al futbol, me pareció algo muy interesante y provechoso. Conforme fue pasando el tiempo en mi carrera como jugador me empezó a gustar mucho la parte técnica, me identificaba con ciertos comportamientos que yo tenía en la cancha y pude complementar muy bien todo”; explicó.
Amante del estudio
A sus 37 años, apuntó que desde su adolescencia se considera una persona amante del estudio y que le gusta estar informado de las ligas más importantes del mundo. Sus mejores horas para estudiar son por las noches, justo cuando su familia duerme, pero es algo que le apasiona.
“Me encanta estudiar todo lo que esté ligado al fútbol y observar las mejores ligas del mundo para estar bien informado. Nunca repetía años en la escuela o colegio, de hecho no fui a ninguna convocatoria porque mis padres me inculcaron mucho la importancia de estudiar y eso me sirvió para todos los días. Me encanta estudiar bien tarde, ya cuando mi familia duerme”; resaltó.
Selección de Costa Rica: sinónimo de orgullo
Antes de concluir la entrevista, a Pablo Salazar se le dibujó una sonrisa en su rostro al recordar los momentos en los cuales tuvo la oportunidad de jugar con la Selección Nacional de Costa Rica, una experiencia que lo ha llenado de orgullo y difícil de olvidar.
“Estoy muy agradecido con Dios por los momentos que me permitió tener en la Selección de Costa Rica. Tuve la bendición de ir al Mundial Juvenil de Argentina 2001 y a las Olimpiadas de Atenas 2004. Mis etapas fueron increíbles y ni que decir con Herediano, sin duda alguna, son cosas que valoro mucho de mi carrera”; opinó.
Finalmente, reveló que su ídolo siempre fue el español Carles Puyol “por sus movimientos y liderazgo dentro del campo”, mientras que, los delanteros en el campeonato costarricense que más le costaba marcar fueron “Minor Díaz y Andy Herron porque eran jugadores muy potentes jugando en corto y, cuando empecé a dar mis primeros pasos, ellos ya tenían un poco más de recorrido”.