El acento francés que imponen Aurélien Tchouaméni y Eduardo Camavinga fue la apuesta de Carlo Ancelotti en el primer día sin el brasileño Carlos Henrique Casemiro, a la que se sumó una inoportuna gripe de Toni Kroos, en una apuesta por el músculo de un Real Madrid que fue de menos a más y en el que se acabó imponiendo la clase eterna de Luka Modric en la goleada por 4-1 sobre Celta de Vigo.
Despedido con aplausos de la grada de Balaídos, así fue el reconocimiento de la afición rival al partido realizado por el croata. Cuando sufría su equipo apareció para poner el balón en la escuadra con un derechazo que cambió el partido en la recta final del primer acto. Y con su visión del pase al espacio sirvió a Vinícius Junior la sentencia en un contragolpe letal en el segundo. En un Real Madrid más físico, mandó el jugador de menos músculo.
El impacto de la perdida de Casemiro no afectó a la plantilla madridista en Balaídos, pese a momentos de incertidumbre y dominio vigués durante media hora. Sin lanzar presión en campo contrario y cometiendo imprecisiones tanto con balón como en labores defensivas. Es donde Tchouaméni debe realizar un curso acelerado para acercarse a lo que aportaba Casemiro, el mejor del mundo en coberturas. Y su imagen mejoró considerablemente respecto a Almería.
No parece que la presión, el cambio inesperado en la situación de Tchouaméni, quien debía aprender de Casemiro e ir adaptándose al fútbol español y a un club de la entidad del Real Madrid en su primer curso, vaya a asustar al mediocentro francés. Ya tiene cierto recorrido con su selección como para actuar con descaro. Sin aspirar, de momento, a acercarse al rendimiento de una leyenda como el brasileño fichado por el Manchester United, pero creciendo a base de minutos.
Estuvo firme especialmente Tchouaméni en el juego aéreo, despejando centros laterales mostrando poderío. Como en Almería, en su estreno de titular con su nuevo equipo, más efectivo en el robo que en la construcción limpia. Tapando subidas de Ferland Mendy. Evitando complicaciones con el esférico. Añoró el Real Madrid más balón, especialmente llega con Kroos, pero Ancelotti no apostó por Dani Ceballos de inicio. Optó por el músculo con la pareja francesa.
Y Tchouaméni firmó un partido notable, asumiendo responsabilidades, lanzando contragolpes tras robos de los que sacó provecho Vinícius. Y cuando no fue él quien se hizo con el esférico en campo propio, fueron las ayudas de Camavinga, que permitieron a Aurélien mostrar poderío en la carrera, potencia en la conducción y generar el cuarto tanto, con la firma final de Fede Valverde.
RECITAL GOLEADOR CON GESTO DE BENZEMA
En la segunda jornada llegó el primer gol de la larga lista que espera a Karim Benzema. De penalti firmó el primero del Real Madrid en Balaídos. Cuando su equipo ya goleaba y fue víctima de un nuevo penalti, el delantero francés actuó como capitán. Lejos de ser egoísta y buscar un nuevo gol que le impulse hacia el reto de mejorar los mejores registros de su carrera firmados el curso pasado, tuvo el gesto de dar el balón a Eden Hazard.
El objetivo de que el belga recupere la confianza y de la mano su verdadera identidad, es compartido por cuerpo técnico y plantilla. Todos saben lo que ha sufrido en años de lesiones y continuas molestias. Sin embargo, el portero argentino Agustín Marchesín le adivinó el lado del lanzamiento e impidió la celebración de Hazard.
Junto a Benzema, llegó el estreno goleador del brasileño Vinícius Junior, exhibiendo velocidad al contragolpe y templanza en el mano a mano para regatear con calidad al portero antes de marcar a puerta vacía. También los primeros minutos de la temporada para Marco Asensio, al que le quedan nueve días para decidir si se queda en el Real Madrid o pide su salida como Casemiro. El primer día sin el brasileño lo superó con solvencia el Real Madrid.