MADRID -- Llegó el partido contra el Girona como el típico combate de boxeo entre el campeón del mundo y un púgil que, estando en la élite, es un testigo de la lucha por el cinturón de campeón. La diferencia presupuestaria y de planteles es lo que confirma esa diferencia abismal entre un equipo que opta a La Liga y otro que lucha, muy bien por cierto, para mantenerse en Primera División.
Quizá por exceso de confianza o porque, simplemente, el Real Madrid lleva unas semanas en las que no parece el equipo sólido que fue antes del parón de selecciones. O quizá también por las lesiones o porque alguno tiene la cabeza más en Qatar que en La Liga, pero los blancos sufren más de lo previsto últimamente.
Y ojo, porque bajones así son normales en un campeonato que, lejos de los nombres de la Premier League, tiene un nivel mucho más alto del que el marketing depara. Pero el Real Madrid tiene que estar por encima de estas cosas.
Al término del partido, y tras otro pinchazo en casa, Carlo Ancelotti declaró que el penalti de Asensio que supone el empate de los catalanes fue “una invención”.Es obvio que todo el mundo puede quejarse y tiene derecho a ello. El Madrid, pese a quien le pese, también. Sin embargo, achacar todo a una decisión arbitral no es propio de la historia blanca.
La web del club tituló la crónica del partido de la siguiente manera: “Un polémico arbitraje impide la victoria del Real Madrid”. Esto no es habitual, ni digno de una institución como la madridista. El club tiene que estar por encima de estas cosas. Si no, aquello del “señorío” del que tanto se alardea perdería un poco el sentido.
El Madrid tiene todo el derecho a quejarse, pero es que las normas arbitrales están para cumplirse. Sí que es cierto que las interpretaciones arbitrales deberían ser más coherentes porque da la sensación que jugadas muy similares tienen interpretaciones diferentes según el partido.
Pero de ahí a montar en cólera como pasó tras el pinchazo contra el Girona… Da la sensación de que el Madrid ha perdido el liderato, que está fuera de la Champions League y que no va a optar a más títulos este año cuando la realidad depara todo lo contrario: sigue de líder y más vivo que nunca en todos los torneos, y no es precisamente culpa de los árbitros, sino de un equipo que actúa como bloque y que tiene calidad suficiente como para seguir ahí arriba.
Como los púgiles, el Madrid tiene momentos mejores y peores. Ahora mismo atraviesa un pequeño bache por culpa de las lesiones, del cansancio y del síndrome pre Mundial de Qatar que no les permite estar como hace semanas, pero no es preocupante. Los resultados así lo dictan. Por tanto, calma porque el defensor del título sigue siendo el máximo favorito.