<
>

¿Quién puede llenar el vacío en el ataque del Real Madrid tras la salida de Benzema? ¿Kane, Neymar, Joselu?

play
Karim Benzema se despide de Real Madrid (2:43)

El delantero francés y un emotivo discurso de despedida de la Casa Blanca. (2:43)

La última vez que el Real Madrid se sorprendió tanto por la salida de un jugador, no supo cómo afrontarlo y fue un desastre. Y no se hagan ilusiones: el Madrid creía que Karim Benzema, que fácilmente es uno de los tres o cuatro mejores futbolistas en vestir los mundialmente famosos camiseta y escudo de la Casa Blanca, se quedaría con ellos por al menos otra temporada. No estaban preparados para enfrentar esta partida.

El diario deportivo Marca, el favorito del Madrid, dedicó la portada y siete páginas internas de su edición del jueves por la mañana al hecho de que el hombre a quien le otorgaron su premio "Marca Leyenda", se quedaba en el equipo merengue, sin lugar a duda.

El delantero francés declaró a Marca, cuando se les preguntó con respecto a las especulaciones de una posible partida a Arabia Saudita: "Internet ha hablado sobre mi futuro, pero la realidad no es internet. Disfruto todos los días en el Madrid, todas las sesiones de entrenamiento. No hay otro club en el mundo como el Madrid ni un estadio como el Santiago Bernabéu.

"La leyenda continúa", fue el contundente titular de gran tamaño. No se hizo nada sin la bendición del Madrid. Ellos también creían que este tema podía atenderse hacia el final de su contrato… dentro de un año.

A propósito: ¿cuándo fue la última vez que la Casa Blanca fue sorprendida de esta forma tan evidente? Pues, ocurrió en 2018 cuando otra leyenda francesa, Zinedine Zidane, renunció a la dirección técnica menos de una semana después de llevar al Madrid a conquistar su decimotercer trofeo de Champions League (y tercero de forma consecutiva) en Kiev al vencer 3-1 al Liverpool. Zidane meditó su sorpresiva decisión por unos días, se la comunicó a Florentino Pérez, se negó a escuchar al normalmente persuasivo presidente madridista y ambos dieron una rueda de prensa conjunta, en la que el presidente no pudo ocultar su enojo. A juzgar por su rostro, parecía que masticaba una avispa.

Enfrentado a un dilema inesperado, el Madrid tocó el hombro del seleccionador de España Julen Lopetegui, llegaron rápidamente a un acuerdo a finales de julio, lo anunciaron antes del primer partido de La Roja en el Mundial de Rusia 2018 contra Portugal, y la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) despidió a Lopetegui antes de que se pateara el balón en el Stadion Fisht de Sochi.

Lopetegui (que nunca tuvo la personalidad apropiada para ese club, ese presidente, esa afición o esos medios de comunicación tan terriblemente exigentes) duró hasta el mes de octubre de su primera temporada en el Bernabéu. Exactamente, 14 partidos competitivos. Fue sustituido por Santiago Solari, que se mantuvo en el puesto hasta marzo. La nave no enderezó su rumbo hasta convencer a Zidane de que volviera al banquillo en marzo de 2019.

Sin embargo, el precio de haber sido sorprendidos y luego fallar en las decisiones sobre los pasos a seguir, fue alto. El Madrid cayó jugando de local 4-1 ante Ajax en octavos de final de la Champions League, perdió 3-0 en su patio con el Barcelona en semifinales de Copa del Rey, y quedó tercero en LaLiga por 19 puntos.

Tienen razón: la dirección técnica y el puesto de delantero centro no son problemas idénticos. Solo puede haber un entrenador, el mercado es más pequeño; mientras que la partida del segundo podría ser factiblemente compensada por dos o tres fichajes. Pero la estrategia implícita es similar. Cuando el Madrid asume una actitud estratégica, demuestra genialidad en sus negociaciones: los fichajes de Vinicius Junior, Rodrygo, Federico Valverde, Eder Militao y Eduardo Camavinga fueron operaciones inteligentes, mientras que Antonio Rudiger y David Alaba llegaron libres del Chelsea y Bayern, respectivamente.

Esta vez, no tienen esa ventaja.

Tampoco es irrelevante la salida de Marco Asensio, gratis, que coincide con la partida de Benzema. El hecho de que estos dos hombres de talento prodigioso, junto a Mariano y Eden Hazard, queden fuera de la masa salarial representa un impulso al perfil de Fair Play Financiero del Madrid de €75 millones, para poder satisfacer las normas de fichajes de LaLiga. Tienen músculo económico (poder para concretar fichajes y sueldos ambiciosos). Sin embargo, es una pérdida inmensa: Asensio y Benzema aportaron 139 goles y asistencias en las últimas dos temporadas. Un gran vacío para cubrir. Y el Madrid no puede darse el lujo de meter la pata como lo hizo cuando Zidane abandonó repentinamente al equipo.

Podemos asumir que son ciertas las señales de humo que indican que el delantero Joselu fichará por el Madrid proveniente del Español. Y la Casa Blanca, actual campeona reinante del mundo, disfrutará de la presencia de este inteligente profesional como hombre de plantilla. Joselu tiene 33 años, anotó un gol en competiciones europeas, dos a nivel internacional y acaba de registrar su tope personal en LaLiga con 16 tantos. A pesar de su gran calidad, el fichaje de Joselu no puede ser la solución a los problemas con los que el Madrid se ha topado de repente.

En parte, están en aprietos debido a dos jugadores fabulosos y dos pecados humanos: la lujuria y la ira del rechazo. Los dos jugadores son Kylian Mbappe y Erling Haaland. El primero ha rechazado las propuestas del Madrid tres veces hasta ahora, siendo su última negativa la más espectacular. Florentino no es el único que ha tenido dificultades en asimilar semejante comportamiento. La magnífica historia del club merengue implica que sus hinchas, y los medios que lo cubren, tienen derecho a sentir cierta soberbia.

Si bien Mbappé tiene previsto convertirse en agente libre en un año y es un futbolista codiciado por el Real Madrid desde que era niño, para Florentino no es un proceso simple resignarse a la idea de que el parisino ha elegido constantemente la pila de dinero del PSG en las dos últimas invitaciones que se le han extendido para fichar por el club más exitoso del mundo. El Madrid sabe que es el jugador apropiado para ellos en cuanto a lo deportivo. Pero ¿deberían tragarse su orgullo? ¿Deberían (o podrían) esperar un año por él?

Pero también está el otro objeto de su fascinación: Haaland. Un ejecutivo influyente del Madrid ha informado constantemente a los dos grandes diarios deportivos de la ciudad que esperan persuadir al deslumbrante goleador noruego de 22 años para que fiche pronto por la causa merengue. Podría ser un destello de imaginación madridista. Podrían estar desinformados. Sin embargo, creen que serán capaces de convencerle para que deje el Manchester City.

Sinceramente, dudo que eso ocurra en el futuro cercano… pero mi trabajo es contarles cómo el Madrid ve el panorama. Y, siendo francos, si el Madrid ha tenido una forma de sorprendernos durante la totalidad del cuarto de siglo del mandato de Florentino, ha sido con fichajes contundentes que nadie creía posibles.

Lo que nos trae al tema de Harry Kane. Sí, tienen razón. El Madrid podría intentar sacarse una espina (distinta a la de Mbappé) y hacer una oferta al PSG por Neymar. En un caso similar al de Mbappé, el Madrid estuvo cerca de tener a Neymar en sus manos… hasta que el Barcelona en medio de la polémica. Aunque Neymar no se ha cuidado de la mejor forma posible, su ciclo en el PSG ha sumado 145 goles en menos de 170 encuentros. Es probable que la vela se apague más rápido en el caso de Neymar; sin embargo, sigue siendo un talento excepcional y la idea de asociarlo con Vinicius y Rodrygo podría tener cierto atractivo para Florentino.

Sin embargo, el Madrid ha estudiado exhaustivamente a Kane por largo tiempo. No hay mucha gente que lo considere como una de las insignias de honor del capitán del seleccionado de Inglaterra.... Pero no es muy distinto a Benzema.

Muy bien. El artillero francés ha ganado infinitamente más trofeos que Benzema, con club y selección. Pero una de las cosas que el Madrid se pierde sin Kane es su sorprendente capacidad para jugar, bien sea de '10' inteligente, difícil de marcar, inventivo, creativo y sublimemente talentoso; o como un '9' propositivo y chapado a la antigua. Por esa misma razón, en España a veces se refieren a Kane como '9 y medio'.

Kane tiene algunos frijoles mágicos en su haber. Si bien la figura del Tottenham de 29 años, que se quedará dentro de un año sin contrato, es mejor conocido por su maravillosa producción goleadora, una parte de su maravillosa sociedad con Son Heung-Min radica en la habilidad de Kane para replegarse para jugar de '10' y hacer conexiones geniales.

El londinense, que suma 350 goles con club y selección, fue bendecido con técnica, visión e inteligencia futbolística tremendas. Sería infantil calificarlo como una réplica de Benzema: hablamos de uno de los mejores jugadores europeos de todos los tiempos. Pero Kane se ha ganado la admiración de Florentino durante muchos meses. La interrogante ahora radica en si el multimillonario empresario español está dispuesto a someterse a otra ronda de negociaciones tortuosas con su homólogo del Tottenham Daniel Levy.

Juró que no volvería a hacerlo. Después de toda la sangre, sudor y lágrimas que le costó el fichaje de Luka Modric y posteriormente el de Gareth Bale, ambos ex jugadores de los Spurs, el presidente madridista juró no volver a sentarse a una mesa de negociaciones con Levy. ¿Quizás llegó la hora de un cambio de opinión?

La gente puede hablar de candidatos tales como Kai Havertz (un jugador elegante con tope personal de 17 goles, alcanzado hace cuatro años, y con un máximo de ocho tantos en una temporada desde que fichó por el Chelsea), Romelu Lukaku o el prolífico Victor Osimhen. El Madrid hasta podría extender una traviesa oferta a Lionel Messi... ¡lo que ha hecho antes!

Pero los hechos se mantienen: El Madrid, tras la importante baja de Cristiano Ronaldo, no está preparado para afrontar la salida de Benzema. Se encendió la temperatura y deben reaccionar con inteligencia y astucia, más que con velocidad pura. Una descripción que también es apropiada para el mago francés. Inteligencia y astucia, más que velocidad, cuando aumenta el calor del partido.