BARCELONA -- Diego Armando Maradona jugó en el Barcelona solamente dos temporadas, e incompletas a causa de una enfermedad primero y una lesión después, que permanecen a pesar del tiempo transcurrido en el imaginario barcelonista. Celebró una Copa del Rey, una Supercopa de España y una Copa de la Liga, torneo este último de corto recorrido (cuatro cursos) pero que ha dejado para la historia uno de los goles más míticos del Pelusa.
Ocurrió un 26 de junio de 1983, se cumplen 40 años, y fue en un escenario único como el Santiago Bernabéu, en el partido de ida de la final de la competición que acabaría ganando el Barça en el Camp Nou tres días después. El Barça, que tres semanas antes había conquistado en Zaragoza la Copa del Rey en una final legendaria frente al Real Madrid, visitaba al equipo merengue dirigido por un Alfredo Di Stéfano ávido de sacarse la espina... Y que acabó elogiando la magnificencia de un Pelusa que silenció el coliseo madridista con una jugada, un gol, de bandera.
Hacía apenas cuatro minutos, ya en la segunda mitad, que Carrasco había anotado el 0-1 cuando el extremo se escapó por la banda izquierda y vio el desmarque y carrera supersónica de Maradona a su lado, regalándole un pase adelantado que le dejó solo ante el portero local, Agustín, al que regateó en su salida para escorarse hacia el lado izquierdo de la portería, necesitando, solamente, empujar la pelota a la red...
Pero apareció a la carrera, desesperado, Juan José para intentar el milagro de rechazar ese disparo sencillo y entonces Diego, siempre con la izquierda, decidió esperar la llegada del lateral madridista y recortarle de manera tan insólita como magnífica.
Juan José se estrelló contra el poste tras el requiebro y Maradona marcó con toda la parsimonia el que en ese momento (57 minutos) era el 0-2 para el Barça, en un partido que acabaría empatando el Madrid (Del Bosque y Juanito) y que dejó la resolución para la vuelta, sentenciada a favor del Barça (2-1) en el Camp Nou... Pero para la historia del torneo, y del fútbol español, quedó aquella maravilla del Pelusa...
Un gol del que se quiso proclamar con el paso de los años fue recibido con aplausos por la hinchada local, cuando regresó al plano con ocasión del golazo que sí fue aplaudido de Ronaldinho en el coliseo merengue, algo que para nada ocurrió con el de Maradona, quien tiempo después llegó a argumentar su acción afirmando que en absoluto la hizo por humillar al defensa madridista sino por asegurar el gol.
Uno de los 38 goles que anotó en los 58 partidos oficiales que jugó con el Barça, hace ya cuatro décadas...