Real Betis puso en jaque este sábado al todopoderoso Real Madrid en LaLiga, se hizo fuerte en su cancha, nunca se rindió y terminó cosechando un empate 1-1 ante un Merengue que lució demasiado liviano.
El conjunto dirigido por el chileno Manuel Pellegrini le hizo un gran partido al Madrid, y lo pudo haber ganado sobre el final, cuando Isco ejecutó un gran cabezazo desde la zona del punto penal y, mientras toda la tribuna ya gritaba el gol, la pelota pegó en el palo izquierdo.
El encuentro fue magnífico. Porque las individualidades de Real Madrid siempre generan peligro y espectáculo. Y porque Betis hizo un enorme sacrificio para discutirle el dominio y, por momentos, logró arrebatárselo.
El restante ingrediente para que un cotejo sea calificado como partidazo es que haya buenos goles, y tanto la conquista de Jude Bellingham a los 53, como el bombazo de Aitor Ruibal a los 66 lo fueron.
Ya en los primeros compases del encuentro se percibió que los de Pellegrini estaban dispuestos a discutirle a su rival la posesión de la pelota. Si bien la mayor jerarquía individual del Madrid hacía que volcara el dominio a su favor, lo había merced a un esfuerzo mayor al habitual.
Bien parado en el fondo, el Albiverde decidió entonces salir con contras rápidas ante la menor oportunidad. Por eso las ocasiones de peligro estuvieron muy repartidas entre ambos conjuntos.
En el balance final del primer tiempo, el local ostentaba mejores chances de gol que el Merengue.
En el segundo tiempo, los de Pellegrini parecieron sacar un poco el pie del acelerador y eso, ante un equipo como el madrileño, se suele pagar.
El encargado de castigarlo fue, cuándo no, el inglés Jude Bellingham. En una jugada que comenzó por izquierda con una pérdida justamente del británico, el despeje defectuoso de la defensa bética le cayó de nuevo a él.
Encaró hacia el medio, le dio un pase a Brahím Díaz y el español le devolvió la pared con un sombrerito que pasó por arriba a toda la línea defensiva y llegó al botín de un Bellingham que definió de primera por bajo y por entre las piernas del portugués Rui Silva.
Betis soportó bien el golpe, no se desenfocó y tuvo premio rápido. 13 minutos después del gol de Bellingham, Ruibal llegó con pelota dominada por derecha y, cuando vio que la defensa merengue no le salía, sacó un bombazo cruzado inatajable, que entró al arco y pegó en la 'pared' lateral de la red.
Los minutos finales fueron no aptos para cardíacos. Porque Real Madrid, conocedor de que el empate le hacía dejar expuesta la cima de la tabla, fue a buscar con todo, por momentos desbocado. Dejó espacios y las contras de Betis se hicieron más incisivas aun.
Así llegó el cabezazo al palo de Isco pero también un par de buenas intervenciones de Rui Silva.
Partido muy entretenido para los neutrales pero seguramente de mucho nervio para los hinchas de ambos contendientes.